El Banco Santander está siendo señalado por organizaciones ecologistas por su participación en la búsqueda de financiación para el proyecto Saguaro Energía LNG, una iniciativa de Mexico Pacific que busca transportar gas natural licuado (GNL) obtenido por fracking desde Texas hasta el Golfo de California, en México.

Como parte de su acción de denuncia, activistas han colocado pegatinas y carteles en diversos espacios de Santander vinculados al banco, como el Centro Botín, cajeros automáticos, oficinas bancarias y mobiliario urbano en el entorno del centro. Estas intervenciones buscan visibilizar la relación entre la entidad financiera y los daños medioambientales asociados a sus inversiones, llevando hasta la sede del banco el impacto que su actividad genera en otros territorios.

 

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Diversos colectivos, entre ellos Extinction Rebellion Cantabria han denunciado el impacto ambiental del proyecto y exigen que la entidad financiera retire su apoyo. Esta organización  ha subrayado que la financiación de este tipo de proyectos prioriza los beneficios económicos sobre la biodiversidad y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Las entidades instan al Banco Santander a reconsiderar su participación en Saguaro Energía LNG y a cesar su apoyo a iniciativas de energía fósil.

EL PROYECTO SAGUARO

El proyecto Saguaro plantea la construcción de una línea de gas de aproximadamente 1.500 kilómetros que atravesaría México para conectar con Puerto Libertad, en Sonora, donde se instalaría una terminal de licuefacción para exportar el gas a mercados asiáticos, principalmente Japón. La infraestructura contempla la operación de buques de gran calado que transportarán el gas licuado a través del Golfo de California, una región de gran biodiversidad y considerada clave en el ecosistema marino mundial.

Según los opositores al proyecto, este desarrollo tendría consecuencias ecológicas severas, especialmente en la vida marina del Golfo de California, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO y conocido como el «Acuario del Mundo». Entre los riesgos principales, se señala el peligro de colisión de las ballenas con los barcos de carga, de hasta 300 metros de largo, que operarían en la zona. Estudios ambientales han identificado esta región como un hábitat clave para especies en peligro, como la vaquita marina y el rorcual azul.

Según los informes de las organizaciones ecologistas, la infraestructura del proyecto generaría un nivel de contaminación equiparable al consumo energético anual conjunto de Suecia y Portugal, o aproximadamente el 25% de las emisiones de CO2 de España. Además, alertan de que el GNL es un combustible más contaminante que el carbón, contribuyendo a la crisis climática y alejando a México de sus compromisos medioambientales.

El proyecto ha generado una amplia oposición entre activistas y comunidades locales, quienes advierten que su impacto podría ser irreversible. Las organizaciones han hecho un llamamiento a la ciudadanía para que presione a la entidad financiera y difunda información sobre los efectos de Saguaro en los ecosistemas marinos y el cambio climático.

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