El nido es el comienzo de la vida. Un momento difícil, porque la supervivencia cuesta y hay mucho por aprender. Ahí es donde quiere estar esta asociación, que huye de prejuicios y se centra en promover eventos que cuenten con los artistas locales, sobre todo con los que están empezando.

Marie Perreault, Pablo Bolívar, Andrés Cruz, Luis Ruiz e Iván Muñiz son las cinco personas que arrancaron este proyecto, que funciona gracias a las aportaciones de sus socios. Bolívar, Cruz y Ruiz defiende la calidad de los artistas que hay en Cantabria en una entrevista concedida a EL FARADIO.

Se definen como aficionados «a una música electrónica más ortodoxa», pero eso no significa que se cierren a otro tipo de opciones más modernas, aunque a veces sea algo difícil estar al tanto de toda la evolución que están teniendo estos estilos. «Estamos abiertos a todas esas hibridaciones que hay ahora, porque hay muchas mezclas. Por ejemplo, la música latina ahora está entrando muy fuerte con un toque electrónico». Incluso «un reggaetón electrónico muy interesante». Ellos tiene la misión de tener el radar encendido para detectar cosas que vayan surgiendo y servirles de apoyo y que se puedan dar a conocer.

Ahora abren un ciclo en La fábrica de creación, un espacio dentro de Tabacalera, que se llama Link y que consiste en cuatro eventos culturales. El primero se celebra este sábado. Tiene como protagonista, precisamente, a Pablo Bolívar. Él será quien ponga la música, pero mezclada con artes audiovisuales obra de Tom Dejonghe. No es simplemente la pinchada de toda la vida. Nido quiere ir más allá. «Queremos acercar la electrónica a otro tipo de momentos de consumo y de públicos», dicen.

«Hemos configurado el ciclo para mostrar diferentes tipos de sonidos, diferentes maneras de trabajar también, tenemos a Marcos Leiras, que suele ser un artista más tecno, pero en este caso va a trabajar en un registro más ambient, drone, etc, después está Juan Urlé, que será quizá el más tecnológico, el más afilado de todos, porque trabaja con software y es una propuesta muy novedosa y muy top, que también animamos a que venga la gente. Y el cuarto show, que es a final de año, ahí haremos un poco también de labor de producción para trabajar una propuesta de música y danza contemporánea», explican. En la variedad está el gusto.

Confían mucho en el talento local, y han encontrado la afinidad de un espacio como este, que depende del Ayuntamiento de Santander. Es un «espacio para propulsar a este tipo de artistas. Y además vamos a ser los primeros en hacer eventos de este estilo en un espacio que se ha creado para hacer cosas así».

Incluso ha nacido un podcast en esta colaboración, que tienen alojado en su canal de Souncloud. Ahí hablan de artistas con los que han contactado, pero también con otros que vienen más de la otra parte, de La fábrica de creación. Un contenido abierto a propuestas de quien tenga algo que ofrecer, algo que enseñar, con un enfoque de base y sin que haya una barrera que pueda hacer de freno. En ese canal «tenemos las sesiones, las fiestas que hemos hecho y los programas de radio», un poco todo lo que hace Nido.

El podcast tiene como título ‘El cuarto turno’. Explican que «hace alusión a los cuartos turnos de las industrias, es como una especie de homenaje a los trabajadores de la industria cultural de la ciudad. Y busca ser como una plataforma para visibilizar el trabajo de toda esta gente que está ahí, que muchas veces no se ve, pero son las que mantienen viva la agenda cultural de Santander». Y no se quieren quedar únicamente en la música electrónica, sino que sea el hilo conductor que también les lleve a «hablar de urbanismo, de arquitectura, de artes plásticas…».

No es el único espacio donde han encontrado cercanía y empatía. La Sala Niágara es uno de ellos, donde han realizado diversas sesiones los jueves por la tarde, buscando esa diferencia de momentos en que se puede escuchar música electrónica en directo.

Han nacido en Santander, pero pretenden salir de la ciudad para hacer más cosas en el resto de la Comunidad Autónoma. «Tenemos una idea, en zonas singulares, históricas del patrimonio cántabro, poder hacer este tipo de propuestas como un circuito. Eso es algo que nos encantaría para poner en valor ese patrimonio».

Y se ponen como tarea pendiente el «abrir a las mujeres nuestras propuestas, nosotros lo estamos intentando y estamos abiertos a colaborar con todas las artistas que quieran trabajar con nosotros». Se sigue viendo que las mujeres son protagonistas pocas veces de este tipo de eventos, y eso es algo que Nido también ve que hay que cambiar.

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