
Tienes un e-mail: ¿cuál será la oferta económica en el concurso de las escaleras y rampas mecánicas?
Antes de la generalización de Internet, en los concursos públicos se entregaban y abrían en público los sobres con las ofertas de las empresas que aspiraban a gestionar los servicios que son responsabilidad de instituciones como el Ayuntamiento de Santander. Eran sobres reales (varios, que si la empresa, que si la oferta técnica, que si el planteamiento económico…) y nos imaginamos la apertura en público casi como un concurso televisivo de los de las grandes audiencias y el notario en el plató.
Hoy hemos perdido un poco de romanticismo –tanto que ni siquiera se nos ocurriría hacer una película de temática amorosa en torno al concepto de Internet–. Pero el caso es que en algún despacho de La Casona habrá un mail esperando ser abierto, con una cifra económica. Es el concurso para el nuevo contrato de las rampas, escaleras mecánicas y ascensores de Santander, lo que se dio en llamar movilidad vertical, con tramos que se pasan semanas inmóviles.
La cifra es a día de hoy la única duda que reviste el resultado del concurso, al que sólo se ha presentado una empresa, TK Elevadores, la actual concesionaria, de la que podemos decir que pase lo que pase ya ha ganado.
Y no sólo porque, al ser la única aspirante, será evidentemente la adjudicataria, sino porque en el camino ha logrado la mejora de las condiciones económicas del contrato respecto al anterior que suscribió.
Años de quejas vecinales y políticas constatando lo evidente, un montón de averías que inutilizaban tramos e impedían cumplir el objetivo de mejorar la movilidad, han permitido dar al Ayuntamiento de Santander un argumento para subir la cifra económica a 4,9 millones de euros, esto es, hasta un 51% más respecto al anterior, justificado públicamente en lo de más mantenimiento, aunque en realidad se incluyeran nuevos tramos o sustitución total de maquinaria.
Y parecía haber prisa para estas nuevas condiciones, por cierto, porque en lugar de una vez vencido el plato, tirar de prórrogas, se ha buscado un nuevo contrato. Podía no haber sido así, como evidencian numerosas prórrogas en Santander, incluyendo otro contrato municipal con la misma empresa, el de los ascensores municipales. ¿Qué diferencia hay entre los ascensores municipales y las escaleras mecánicas urbanas y? Los pliegos dicen que la institución propone y la empresa acepta o no, cosa que hizo en uno, y, por lo visto, en otro no.
Las prisas, con todo, son malas consejeras: en el acabarse el contrato y, descartada la prórroga, no haber sido capaces de redactar el nuevo concurso, el servicio que no podía dejar de prestarse ha encontrado la cobertura del pago fuera de contrato, lo que supone que sin contrato todo queda en una contraprestación económica, es decir, sin los extras que pueden suponer más garantías o control.
Tener las escaleras mecánicas fuera de contrato resta garantías y control
Pero volviendo a las cifras escondidas en ese mail que conoceremos en los próximos días, no es un tema menor, atendiendo a la trayectoria de las adjudicaciones de contratos en la ciudad.
La experiencia nos dice que toda empresa que se presenta compite rebajando todo lo posible, sin pasarse –es un arte- la cantidad económica, y cumpliendo al máximo las condiciones técnicas exigidas por el Ayuntamiento. Hay tenemos el MAS, donde la la comentadísima en el sector baja llegó hasta el 40% , las basuras de Santander –ahora en concurso otra vez, con la anterior adjudicataria encadenando bajas-, el Centro de Iniciativas Empresariales en La Albericia, el contrato de los viales, los baños del Racing o la Plaza de Toros, entre otros (de estos, en los que no hubo retrasos, hubo sobrecostes).
Pero a la vez la observación nos ha permitido asistir a varios procesos en los que sólo hubo una empresa que arriesgó manteniendo la cifra económica pese a que el desconocimiento sobre si hay más competencias suele llevar a bajar la cifra, más aún, que decidió competir a la baja en la exigencia técnica.
-El Parque 2o2o, en Mataleñas -que se tuvo que parar porque se ignoró la existencia de restos arqueológicos documentados-, que consiguió La Encina, única aspirante, que apenas bajo la oferta económica, pero sí se permitió reducir los normalmente sacrosantos condicionantes técnicos y eso que lo hacia en una zona de exposición al mar y salitre
-La reforma del campo de golf de Mataleñas, acometida por COPSESA, única aspirante, que, igualmente, clavó la cifra económica y rebajó el planteamiento técnico, teniendo como consecuencia sobrecostes achacados a la lluvia o a la necesidad de construir caminos que ya figuraban en los planos, teniendo todo como resultado que en la actualidad esté «impracticable».
-En la conexión eléctrica de los nuevos paneles informativos de las paradas de autobuses, la adjudicataria, CHISPAS, obtuvo los 55 puntos en liza (aunque tras bajar unos 6.000 euros), pero en lo técnico 13 de los 19 puntos en disputa. Con todo, en esa adjudicación lo más significativo fue que el Ayuntamiento admitió que, tras quedar desierto en un primer intento, consultó con empresas del sector cómo hacer para que hubiera más aspirantes, sin tener éxito a la segunda, ya que sólo se presentó la adjudicataria.
-En el campo de fútbol Uco Alciturri, conocido como El Regimiento, en el Paseo del Alta (General Dávila), para quedarse con una única aspirante hubo que echar a otra aspirante, quedando la actual adjudicataria, SENOR, cuya oferta no había reducido la cifra económico, pero sí los aspectos técnicos de una instalación que acabó manchando a los futbolistas por la mezcla de cauchos que venía autorizada expresamente en sus pliegos.
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