
Más bulos, más mentiras
En ningún otro momento de la historia, desde hace siglos, y dejando el asunto de las religiones a un lado, ha sufrido más ataques la verdad.
Las religiones juegan en otra liga. Engloban no hechos, sino creencias y/o supersticiones.
Allá cada cual.
Pero la realidad, la verdad, se encuentra constantemente atacada por el negacionismo.
Nunca ha habido más terraplanistas que hoy en día.
Y no veáis la cantidad de negacionismos que existen.
Y los negacionismos, como las religiones, tienen sus profetas y sus adeptos.
Estos profetas pueden ser tertulianos, influencers, imitadores de periodistas, incluso voceros de partidos políticos.
Todos ellos al servicio de, qué casualidad, ir en contra de la verdad. Es decir, de ocultar la realidad.
Así que hagámonos una pregunta:
¿A quién benefician los bulos?
Vayamos a lo concreto.
¿A quién beneficia que se ponga el foco en las ocupaciones , en lugar de en los desahucios cuyo número es 14 veces mayor?
¿A quién beneficia que no se haga hincapié en el hecho, además, de que ésa cifra no es real , porque habría que añadir los desahucios extrajudiciales o llamados silenciosos?
¿A quién beneficia que no se señale al incremento abusivo y usurero del precio del alquiler, como uno de los principales motivos de desahucios?
¿A quién beneficia que el único programa propuesto para incrementar la oferta de vivienda en alquiler, sea la construcción de más vivienda, ya sea de promoción pública o privada?
¿A quién beneficia que Cantabria no tenga una ley de vivienda que recoja el DERECHO SUBJETIVO de los cántabros al acceso a una vivienda digna y asequible?
¿A quién beneficia que los ayuntamientos, sean gobernados por quien sean, no implanten un PROTOCOLO de actuación frente a los casos de emergencia habitacional?
¿Qué dirán con el siguiente, cada vez más cercano, suicidio?
¿Qué induce a políticos a financiar con publicidad institucional, fotografiarse y lanzar panegíricos de un tipo de prensa que, sistemáticamente, oculta la realidad y desvía el foco de atención, presentando otra verdad » alternativa» y completamente distorsionada?
Está clara la estrategia a seguir. Se repiten una y otra vez las mismas consignas.
No son argumentos.
Son eslóganes, que a fuerza de repetirse se incrustan en el ideario colectivo y se dan por ciertos sin ninguna consideración.
¿Porqué ningún partido político de Cantabria combate día si y día también la propaganda de bulos?
Y no me refiero a decir una vez al año en el parlamento tal o cual cosa.
Me refiero a tomarlo como algo personal. A ir en contra de ciertos bulos y defender la realidad de las cosas, como si verdaderamente les importasen las personas y familias afectadas.
La sociedad cántabra ha demostrado sobradamente ser pusilánime.
Por eso tenemos los políticos que tenemos. Son nuestro reflejo. Somos el vivero que nutre a los partidos.
Somos ciudadanos sin conciencia de serlo, que cobra una miseria y vota a quienes están en contra de la subida del salario mínimo.
La sociedad cántabra, salvo excepciones que les y nos honran, ha demostrado tragar con cualquier cosa.
Ya sea que un gobierno ultra derogue la ley de memoria histórica.
Ya sea que el fiscal señale plazo a una alcaldesa a quien le da IGUAL cumplir ley y acuerdos de su Ayuntamiento y sólo lo hará obligada.
Un Parlamento y Ayuntamiento al que no les incomodan lo más mínimo los problemas habitacionales y desahucios que provocan.
Que se mantienen indiferentes ante el sufrimiento, llegando al extremo de suicidio, que ocasionan.
El problema no son ellos, los políticos. No.
Somos nosotros.
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