
Centenares de personas se concentran en el IES Torres Quevedo para apoyar al alumno con parálisis cerebral agredido
Diversos alumnos y familias del IES Torres Quevedo se han movilizado este viernes frente a las puertas del Instituto para solidarizarse con la víctima de la agresión, Antonio. Esta semana se ha conocido el caso y la reacción no se ha hecho esperar.
En la concentración se ha hecho hincapié en que cosas de este tipo no pueden suceder. Ya no sólo en un centro educativo, sino en general. La defensa y protección del alumnado deben ser prioritarias, y especialmente en casos de personas discapacitadas.
En la concentración se ha pedido también que se haga justicia, pero, del mismo modo, se ha pedido que no se recurra a la venganza, ya que no supone ninguna solución al problema.
La familia de Antonio está pidiendo que se mejore en la reacción ante casos de este tipo. Por ejemplo, para que no suceda que la víctima tenga que seguir compartiendo espacio con sus agresores.
La Fiscalía pide orden de alejamiento
En relación con el caso del menor agredido en el IES Torres Quevedo de Santander, la Fiscalía de Cantabria, Sección de Menores, la información que puede dar sobre el mismo es la siguiente:
– Que los hechos se investigan como posibles delitos de lesiones o maltrato de obra y de discriminación.
– Como medida cautelar solicita para los cuatro investigados, alejamiento del menor perjudicado de su persona, domicilio y centro de estudios y la prohibición de comunicación por cualquier medio y hasta que se ponga fin al proceso.
– La petición de la Fiscalía se resolverá conforme a la “Ley del Menor, Ley Orgánica 5/2000 de 12 de enero”, una vez oídas las defensas.
ASPACE Cantabria apoya a la familia y refuerza su apuesta por la inclusión en centros educativos
Desde Confederación ASPACE y ASPACE Cantabria condenan firmemente la agresión sufrida por el alumno con parálisis cerebral del IES Torres Quevedo y subrayan que cualquier forma de violencia o discriminación hacia las personas con discapacidad es intolerable. Desde ambas entidades creen que es imprescindible seguir trabajando para construir entornos educativos seguros, respetuosos e inclusivos para todas las personas. Por todo ello, quieren expresar su apoyo al alumno con parálisis cerebral afectado y a su familia.
En un periodo anterior, hace aproximadamente dos años, desde el servicio de Tecnologías de apoyo de ASPACE Cantabria, tuvieron la oportunidad de colaborar con su entorno familiar y escolar, ofreciendo orientación y apoyo en el proceso de adaptación a sus necesidades educativas en materia de comunicación, con el objetivo de favorecer la participación y el bienestar en el aula.
Junto con este tipo de acciones, desde ASPACE Cantabria vienen desarrollando un Proyecto de Sensibilización a la Discapacidad en el entorno educativo, cuyo objetivo principal «ha sido y es el promover desde los centros educativos de la región los valores del compromiso solidario hacia las personas con discapacidad, creando un espacio de reflexión hacia el cambio social y la inclusión». Por la experiencia y resultados adquiridos hasta ahora, consideran que este tipo de proyectos generan un cambio potente a nivel social, por lo que «vamos a continuar llevándolo a cabo», expresan en una nota de prensa.
Dicen también que son numerosos los centros de la Comunidad que ya se han sumado a dicho proyecto de sensibilización, que busca construir una sociedad más justa desde las aulas.
En ASPACE Cantabria siguen trabajando desde el respeto y la escucha por una educación más inclusiva. Subrayan «la necesidad indiscutible de seguir adelante con este tipo de iniciativas en favor de la inclusión social real de las personas con discapacidad».
Además, afirman que se ponen a disposición de la persona y su familia, así como de la comunidad educativa para «seguir sumando esfuerzos y lograr una comunidad civil de la que todas y todos formemos parte», concluyen.
STEC pide más medios para proteger a los menores
Ante las terribles imágenes que han trascendido de acoso escolar, el sindicato STEC quiere en primer lugar repudiar esos comportamientos, transmitiendo toda su solidaridad al alumno y su familia.
Como docentes profundamente comprometidos/as con la protección de la infancia y la adolescencia, contra el acoso y la violencia, «venimos manifestando a la Consejería la necesidad de bajar las ratios, aumentar los especialistas de las unidades de Orientación, así como la dotación horaria en bienestar y protección». También reclaman la necesidad de más horas de tutoría y menos carga burocrática, para poder dedicarse a lo importante, que es educar íntegramente.
Estima el sindicato que hay que trabajar la prevención y revisar los protocolos, «claramente insuficientes en la respuesta a víctimas y agresores», señalan. También afirman que «nuestra sociedad hace aguas por muchos sitios, los centros recogen inundaciones que pagan los más vulnerables, mientras en esas charcas se generan lógicas y discursos nocivos que retroalimentan la deshumanización».
Reiteran su apoyo al alumno, que hacen extensivo al claustro y la comunidad educativa del centro para superar esta situación, y se ponen también a su disposición.
ANPE y El Defensor del Profesor reafirman la necesidad de un Plan Estratégico de Convivencia Escolar
Este sindicato educativo considera «lamentable» este episodio de acoso escolar en el IES Torres Quevedo de Santander, y creen que ha puesto en evidencia la necesidad de mejorar la protección de las víctimas y la prevención de conductas violentas en los centros educativos.
El Defensor del Profesor de ANPE, un servicio que desde 2005 ha ofrecido apoyo ante situaciones de acoso y violencia hacia el profesorado, ha manifestado su total respaldo a la protección de las víctimas y ha reclamado respuestas contundentes que garanticen la seguridad y el bienestar de todos los alumnos. En este contexto, el caso vivido en el Torres Quevedo «se suma a la creciente visibilidad de las complejas situaciones de convivencia que afectan a numerosos centros educativos, haciendo patente el dolor y el sufrimiento de las víctimas y sus familias», explican en una nota de prensa.
La experiencia del reciente incidente ha puesto de relieve, en opinión de ANPE, la urgencia de dotar de recursos a los centros para que tanto los alumnos afectados como los agresores puedan recibir la atención necesaria. «Es imperativo que el alumnado vulnerable, especialmente aquel con necesidades especiales, aprenda estrategias de interacción social y defensa de sus derechos, al mismo tiempo que se implementan intervenciones educativas dirigidas a los agresores para que reconozcan y subsanen sus carencias y actitudes antisociales», añaden.
Ante esta realidad, ANPE se compromete a continuar trabajando para la elaboración de un Plan Estratégico de la Convivencia Escolar, el cual deberá incluir los siguientes elementos esenciales:
-Estrategias de detección precoz y erradicación de conductas violentas en los centros educativos.
-Instrumentos de prevención que aceleren la activación de los protocolos de protección a las víctimas.
-Intervenciones específicas dirigidas a los alumnos agresores, orientadas a minimizar o eliminar sus conductas disruptivas.
-La reactivación del Observatorio Estatal sobre la Convivencia Escolar, para monitorizar y analizar la situación en los centros.
-El estricto cumplimiento de los Decretos de convivencia y de las normas de conducta establecidas en cada centro educativo.
-El desarrollo e implementación de la Ley de Autoridad del Profesorado a nivel estatal.
-Un plan de formación específico para el profesorado, enfocado en la prevención y detección temprana de conflictos relacionados con la convivencia escolar.
Desde ANPE apuestan por abordar la prevención desde edades tempranas, mejorar la convivencia escolar y erradicar cualquier forma de violencia en las aulas. La escuela, dicen, debe ser un lugar de aprendizaje y convivencia que forme ciudadanos libres y responsables, capaces de contribuir a la transformación y mejora de nuestra sociedad a través de una educación basada en valores. Este compromiso debe ser una tarea permanente de toda la comunidad educativa, que incluya no solo la aplicación de protocolos, sino también una intervención educativa integral que beneficie tanto a víctimas como a agresores.
«El caso del IES Torres Quevedo es un llamado a la reflexión y a la acción urgente, que no puede dejarse de lado si queremos construir entornos educativos verdaderamente seguros, inclusivos y respetuosos para todos los alumnos», finalizan.
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