
“China es el banquero del mundo”
El pasado verano, viendo los Juegos Olímpicos, asistíamos al duelo diario por alzarse con más medallas entre Estados Unidos y China. En paralelo, en consonancia con la era del relato y con la búsqueda de una conexión más allá de lo deportivo que genera el evento global, leíamos las historias detrás de las medallas –o de las no medallas-. En ellas –seguimos mirando a las dos potencias políticas, económicas y deportivas-, asomaban también matices que reflejan muy bien las particularidades de ambas esquinas del mundo: en USA se hablaba mucho en clave individual (el regreso de Simone Biles tras sus problemas de salud mental) mientras que en el gigante asiático el acento iba en el equipo (los admirados clavadistas ), en la formación, territorios enteros volcados hacia la formación de los futuros deportistas.
-Da la sensación de que todo es un empeño muy colectivo, una sensación de colectividad, no sé si organizada o espontánea- preguntamos, desde el desconocimiento, a Julio Ceballos, nuestro ‘calibrador de estrellas’, su nuevo libro, el segundo, en el que comparte sus experiencias aprendidas y lecciones del éxito de China y lo que se puede ‘exportar’ de él, en base a su experiencia de lustros como consultor empresarial allá.
-“Es organizada”, responde Ceballos, en plena ronda de presentación de su trabajo ‘El calibrador de estrellas. Aprendizajes chinos para Occidente en el siglo XXI‘, y al que conocimos un poco más hace cinco años, cuando, junto a otros cántabros en el exterior, ayudó a introducir en Cantabria los equipamientos sanitarios que hacían falta, que no teníamos porque habíamos dejado de fabricar y que en China sí. Hablamos, claro, de la pandemia a la que seguimos haciendo, seguramente por lo traumático, una gigantesca luz de gas, pese a que fue cuando afloraron de golpe toda una serie de cuestiones latentes que se aceleraron con consecuencias todavía en desarrollo.
LOS TRES ELECTROSHOCKS
La pandemia es, de hecho, el primero de los tres “electroshocks” que “han agitado” el mundo y “nos han sacado del sueño idílico en el que vivíamos”. El segundo fue la guerra en Ucrania, con su impacto en la energía, los precios y los temas políticos internacionales, y el tercero tiene “toda la pinta” de que será el segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
“Y estos tres terremotos lo que han venido es a sacarnos de esa ensoñación en la que vivíamos de que la paz es eterna, el bienestar es duradero y fácil y barato, la energía también es de fácil acceso y barata, y, sobre todo, la ensoñación de que Occidente va a liderar el mundo eternamente”, explica durante un largo y enriquecedor café en La Rúa, ajenos al bullicio de fuera en una mañana santanderina.
“El mundo ha cambiado y “se parece bastante poco al estado del bienestar que disfrutamos aquí”, de forma que, advierte, “o nos ponemos las pilas, dicho mal y pronto, o tomamos medidas urgentes, o nos tenemos que conformar con un papel segundón y relevante en el tablero mundial”. “¿Y eso sabes qué significa? Pérdida de calidad de vida y de bienestar”, señala Ceballos.
DE LA FÁBRICA DEL MUNDO AL BANCO DEL MUNDO
Hay tópicos que no encajan cien por cien con China si seguimos mirando el mundo con la lógica aprendida de los cómodos de entender bloques de los ochenta (del mismo modo que el proteccionismo económico estadounidense tampoco casa con esas visiones).
Una de esas “etiquetas obsoletas” en las que nos hemos quedado “atascados” es la del territorio como “la fábrica del mundo”. Y es cierto que ellos atienden la demanda del 30% de todos los productos que se consumen en el mundo, con lo que han demostrado que la industria “no está pasada de moda” ya que “sin industria no hay soberanía, es así de sencillo”. “Sin industria no somos dueños de nuestro propio destino, sin industria no podemos elegir”, recalca.
Pero, más allá de esa “gran fábrica del mundo” que “va a seguir siendo durante décadas”, China es “el gran banquero del mundo”. Básicamente, “están sentados encima de una montaña de cash, de dinero en efectivo”, surgido de un modelo de años de crecimiento basado en la exportación que hace no sólo que sus empresas dispongan de liquidez sino que “no le deben dinero a nadie”. Al revés, en estos momentos, el país financia la deuda de muchos países, tiene deuda española, “tiene más dólares que la propia Reserva Federal estadounidense”.
“RECALIBRAR” NUESTRO LUGAR EN EL MUNDO
Si en ‘Observar el arroz crecer’ Julio Ceballos analizaba las claves del éxito de China, ahora en ‘El calibrador de estrellas’ lanza sus recomendaciones para Europa en este momento crucial en el que debe “recalibrar” su posición en el mundo, decidiendo si el gigante asiático puede ser un aliado estratégico o socio competitivo, teniendo en cuenta además que parece abrirse “cierta brecha” entre Europa y Estados Unidos .
No es, ni mucho menos, una loa a la totalidad al modelo chino, en el que ve aspectos “incompatibles con nuestros valores y derechos”, ni tampoco una enmienda a la totalidad al europeo, del que destaca su tradición cultural, su fomento de la participación ciudadana o la apuesta por creatividad, la formación y la cultura.
“Esas son las razones por las que tenemos que mejorar un modelo, que es el democrático, que se ha demostrado suficientemente resiliente y válido”, y muy “potente” cuando es “eficaz”, aunque, observa, “cuando no es eficaz es cuando surgen los populismos”.
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