
Culturas de Barrio (Diarios de bitácora…)
“Preferíamos encontrarnos en el puente, en la terraza de un café, en un cine-club agachados junto a un gato en cualquier patio del barrio latino. Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.” (Rayuela de Cortázar). Info sobre la iniciativa Culturas de barrio
Y así nos hemos encontrado con vecinos de la AAVV San Joaquín y una labor de barrio que lleva décadas sosteniendo el asociacionismo vecinal como forma de mantener vivo los lazos entre sus vecinos, de ofrecer alternativas culturales, y de todo tipo, para compartir espacios, para construir “lo común”, para canalizar demandas y reivindicaciones, para demostrar que la democracia se construye desde la base, desde el trabajo, el compromiso y el día a día del vecindario. En definitiva esa arquitectura de lo común, de lo compartido, que aún nos permite conocer a nuestros vecinos sin juzgarles por pertenecer a uno u otro partido, que nos ofrece el espacio donde complejizar las relaciones humanas pero entendiéndolas en la parte mas sencilla; aquella que nos despoja de las capas que la vida y sus circustancias muchas veces nos (im)pone.
Y aún existen espacios de encuentro y desde ahí las palabras igualdad, solidaridad o justicia social, recuperan parte del significado perdido , arrebatado por tantos aranceles puestos en las miradas con formas de prejuicio, de ponerle precio a todo, de mercantilizarlo todo. De la misma manera las personas que acuden cada día al Centro de Rehabilitación Psicosocial de las Hermanas Hospitalarias, de Santander, con una valentía que no hay poesía que lo describa, tanto ellos y ellas como las personas que allí trabajan, cuando trabajar significa dar esa parte de ti “que no se paga con dinero” como decía mi abuela. Personas que luchan día a día contra el estigma de la salud mental, como si sólo nombrarlo nos contagiara, más incluso que el virus más microscópico. El arte como forma de luchar contra la palabra “locura” como si este mundo no lo estuviera cuando permite tanta sinrazón disfrazada de lógica; lógica de mercado, lógica de la geo-estrategia, lógica de los tiempos, lógica del dinero, lógica del más fuerte…
Llegado hasta aquí a veces necesitas refugiarte en los paisajes de la infancia como frontera arrebatada por el paso del tiempo; y así Culturas de Barrio, se acercó al Valle de Soba para ver la labor que desde el AMPA y el profesorado se sigue haciendo por evitar que se siga vaciando esa parte de la España, de la Cantabría rural de la que solo queda la sombra de modernos molinos de viento, el sonido de sus aspas recortando las cumbres, sin Quijote y sin Sancho Panza que les rete a un duelo justo, entre lo que es y lo que debe ser, entre la necesidad y el negocio, “demasiados gigantes, amigo Sancho…no damos a basto….” . Y sin embargo ahí sigue Belén y Manu a pico y pala, día a día luchando e intentando sacar esa idea de escuela de pueblo, de colegio público para todas, adelante. Y en el robledal de San Pedro, en La Gándara de Soba, creamos el “En el arco de tus iris” como homenaje a esos jóvenes dueños del futuro que no olvidan su pasado orgullosas de ser de pueblo. Y así “Culturas de Barrio” es también culturas de nuestros pueblos donde los puentes, las terrazas y los cine-clubs, que diría Cortazar, van cambiando su fisionomía adaptándose a la de las personas que los frecuentan, que los cruzan, que los transitan. Y aprendemos que los pueblos van más que el horizonte que los gobierna, y nos encontramos con la gente de Interpueblos y los vecinos de Pontejos, plantando un olivo, símbolo de la paz, en el día de la Tierra Palestina, apoyando su causa, porque hacerlo es apoyar a tu vecino cuando se le ha quemado la cuadra, y en este casi cuando la han quemado, asesinado y expulsado de su tierra. Realidades tan diferentes, pero que comparten la voluntad de ayudar, por ejemplo, a tu vecino desahuciado simplemente porque, en esa lógica del mercado, no salen las cuentas entre su sueldo y la subida de la hipoteca o el alquiler (Y siempre pierden los mismos). Que no entiende del todo conceptos como gentrificación y turistificación, pero que ve como ya no puede vivir en el lugar donde se crió, pero que aún sigue intentándolo gracias a espacios como el Centro Social Smolny (entre otros) empeñados en ir contra corriente, cuando la corriente golpea, ahoga, convirtiendo los huecos en socavones para la especulación. Con su labor de barrio, de clases gratuitas, de eventos solidarios, de tejer redes, de charlas llenas de compromiso, de conciencia social, desarmando prejuicios, combatiendo esa lógica que nos está volviendo a todos locos.
Y es que si no fuera por locas y locos como la gente de Charcos y Semillas que llevan la lógica de la solidaridad y el apoyo mutuo, de la buena vecindad , más allá de del Atlántico, como si cruzar el charco fuera cruzar la calle, y se meten donde no llega nadie, en el Amazonas, en Perú, para dar asistencia sanitaria, educación, logística y sobre todo humana en lugares y personas donde no quiere llegar nadie. Ellxs lo hacen. Y así intentan humanizar una Aldea Global convertida en campo de refugiados virtual manteniendo ese espíritu de personas comunes, de gentes de barrio, que hacen mucho, muchísimo más de lo que pueden con lo que tienen. Todos ellos, como decía Patrick Geddes pensando en Global y actuando en Local. Y eso, eso es revolucionario.
“Porque andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”. Y seguimos…
Nota: La ilustración pertenenece al artista Nestor Revuelta Zarzosa y forma parte del Libro colectivo «En el Dueso» (Editorial Tantín)