Si hay una palabra que se puede asociar a Juan Pinilla es comunicación. Ha estudiado Literatura comparada, también Traducción e Interpretación, ha hecho sus pinitos como actor, es periodista, cantaor y escritor. La literatura es quien le abrió las puertas. Tiene a los clásicos revoloteando por su cabeza, pero no le puede dar la espalda a la calle, a lo que ha sido su vida, su familia y aprender a cantar, a imbuirse del arte del flamenco.

Este viernes estará en la Asociación Cultural Octubre de Torrelavega (20:30) para enseñar su vertiente más pasional, la de la vena hinchada, la de alcanzar las emociones gracias a la calidad, calidez y profundidad de su voz. Un arte que le valió en 2014 la nominación a los Premios Grammy Latino, algo que pensó que era una broma, pero que resultó ser cierto, y que le puso junto a nombres como Paco de Lucía o Enrique Morente. En aquel momento el disco era ‘Jugar con fuego’. Ahora es ‘De dónde viene ese lamento’ lo que presenta. Algo que empezó como una broma, porque su gran amigo Raúl le presentó a un concurso y él pues se echó adelante y cantó… y ganó. «Ahí me di cuenta que aquello que tanto me gustaba, podía suponer también una manera de pagarme mis estudios, de ayudar a mi casa, en fin, los gastos que supone un hijo universitario, en este caso éramos dos», dice en una entrevista concedida a EL FARADIO.

La habilidad para esta arte musical le viene de su familia, desde su abuela Encarna, pasando por su padre y sus tíos. Recuerda que tuvo su momento de ser arte proscrita, durante el franquismo, donde a los cantaores se les aplicaba la ley de vagos y maleantes, se consideraba como «algo muy barriobajero», cuando en realidad es «una música de tradición oral, y todavía en Andalucía se sigue cultivando, bueno ya por suerte está extendido por todas partes, pero se sigue cultivando en las familias», y recuerda que «viene de una base de gente humilde y trabajadora». Ahora, incluso, se estudia en la universidad y en los conservatorios de música. «Ese reconocimiento lo hemos luchado durante mucho tiempo», afirma.

En el norte de España no se ha cultivado tanto, aunque Pinilla cuenta que no es su primera visita a Cantabria, sino la tercera: «la primera estuve en mis inicios, concursando en un concurso que se hacía, había un grupo bastante bueno de aficionados en torno a una peña flamenca en Santander, y después estuve cuando se cumplió el 25 aniversario de la Casa de Andalucía en Cantabria, que fuimos al Parlamento y canté en la sede del Parlamento». Ahora ha recibido la llamada de Octubre, donde llega en medio de otra gira. Y es que Pinilla es también escritor, tiene varias publicaciones y ahora ha lanzado su primera novela, ‘Los colores de la nieve’.

«Decidí un día ser cantaor flamenco porque estudié Traducción para viajar y resulta que he viajado más con esta música que con cualquier otra de mis ocupaciones y me encanta viajar para explicarme a mí mismo el mundo en el que vivo», dice Pinilla. Un artista que cree que se debe reivindicar nuestra forma de ser, la del sur de Europa, mucho más que ser gregarios de la cultura estadounidense, porque fomenta un «individualismo atroz» que nos despega los unos de los otros. «La amistad es tan valiosa para el ser humano como el amor», y hay muchas formas de decirlo. Él ya ha aprendido muchas, y este viernes lo podrá demostrar sobre las tablas.