
Retrospectiva de Wojciech Jerzy Has en La Filmoteca Mario Camus
El debut del artista coincidió con la formación del Nuevo Cine Polaco, una tendencia creada en la década de 1950 para ajustar cuentas con la historia de la Segunda Guerra Mundial y, al mismo tiempo, una oposición formalista a la doctrina del realismo socialista. Has, aunque se le solía incluir en este grupo debido a su original estilo, se mantuvo como un creador independiente desde el principio. Evitaba constantemente la heroización de la historia bélica y podía ser un iconoclasta. El director polemiza abiertamente con el mito nacional romántico, entendido también en el extranjero como una esencia de la identidad polaca gracias al triunfo en festivales internacionales de artistas como Andrzej Wajda. La película «Cómo ser amada», que forma parte de la muestra, protagoniza Zbigniew Cybulski el símbolo romántico-heroico del Nuevo Cine Polaco, que hizo el papel del trágico soldado de «Cenizas y diamantes» de Wajda. En la obra de Has hace el papel de un mitómano cobarde que pasa la ocupación nazi en un armario, desde donde observa con indiferencia cómo violan a la mujer que lo esconde, enamorada de él.
Más que por lo colectivo, Has se interesaba por el individuo, su mundo interior, aplastado fría y lentamente por las fuerzas de la política y la historia. A menudo situaba a este individuo en algún confín del mundo o época, que narraba indirectamente, con una mezcla de ironía y melancolía, generalmente basándose en obras literarias. La película que abre el ciclo, “Los adioses”, es un drama ambientado durante la guerra, sobre el amor imposible de dos jóvenes que rechazan sus roles sociales e intentan, sin mucha convicción, jugar con el destino. La película deja la pólvora de la guerra fuera del encuadre, siendo en cambio una historia lírica sobre la desintegración del viejo mundo, una despedida a la Polonia de preguerra, un estudio de la decadencia de la burguesía aferrada a una vida anterior – obsoleta e inadecuada.
Quizás fue el cuestionamiento de los estereotipos de clase, o quizás el dandismo de los personajes de Has, su juego de roles e imágenes, lo que fascinó a las grandes personalidades del cine mundial, con Luis Buñuel a la cabeza. Fue uno de los admiradores de lo que años más tarde se convertiría en una película de culto – “El manuscrito encontrado en Zaragoza”. Es un audaz experimento narrativo, ambientado en Sierra Morena durante las Guerras Napoleónicas, una estructura ornamental, repleta de bucles temporales y espaciales. La película es una metanarrativa que mezcla lo real y lo onírico: una variación del tema de “Las mil y una noches” con cabalistas, inquisidores, fantasmas, bandidos y princesas exóticas. La película también es, de hecho, una fantasía colectiva. El director y el cámara desconocían España, la escenografía y el vestuario se crearon a partir de fuentes literarias e iconográficas,
y el rodaje, que duró nada menos que un año, se realizó en el sur de Polonia. La película, rodada en 1964 en un país socialista, no podía contar con permiso para un viaje documental del equipo a la España franquista. El efecto de esta recreación, en una versión completa y restaurada, se podrá valorar el próximo jueves.
Otra de las cintas del programa que merece especial atención es “El Sanatorio de la Clepsidra”, una adaptación de la eminencia de la vanguardia del siglo XX, Bruno Schulz, traducido también al castellano. Considerada intraducible y no susceptible de resumen, es una prosa poética visionaria y, al mismo tiempo, el mejor ejemplo de realismo mágico local inscrito en el mundo de la Polonia provinciana, multicultural de entreguerras. La literatura no es más que el punto de partida de un delirio narrativo ambientado en un sanatorio decrépito y siniestro. La película sutura el orden de lo onírico y lo real, rompe esquemas temporales y espaciales y remezcla la estética del surrealismo, el expresionismo y el barroco, que fascinaban al director, para narrar la decadencia del viejo mundo. El filme, considerado hoy el apogeo del estilo del director, fue enviado en secreto al Festival de Cannes, donde obtuvo el Premio del Jurado. En Polonia, sin embargo, se convirtió en la causa del hundimiento de la carrera del cineasta, lo que se tradujo en la prohibición de ejercer su profesión durante nueve años.
Según muchos, el autor fue incapaz de recuperarse de este golpe. Podremos comprobar lo acertado de esta opinión viendo la primera película realizada tras un periodo de inactividad creativa. “Una historia aburrida”, basada en el relato corto de Chéjov, es un amargo ajuste de cuentas de un intelectual ruso del siglo XIX consigo mismo al final de su vida.
Se trata de una oportunidad única para conocer el heterogéneo universo de Wojciech Jerzy Has, visionario y experimentador del cine polaco, y al mismo tiempo, como le recuerdan sus colegas, «un caballero corriente con jersey». Un dandi y un «lobo solitario del cine polaco», como le llamaban los legendarios Hermanos Quay, fascinados por su obra.
La primera retrospectiva del cine de Has en España se debe a Joanna Bardzińska y AVA Arts Foundation. El extenso programa, presente en muchas ciudades, está realizado en colaboración con la Filmoteca Española, con el apoyo del Instituto Polaco de Cultura, Filmoteka Narodowa Instytut Audiowizualny y el Instituto de Adam Mickiewicz.