«El Teresuca es un espacio para todo el mundo»

Este sábado llega la cuarta edición del Teresuca Fest. Ángela Rivas, una d elas orga nizadoras, nos cuenta cómo es montar algo así, y también charlamos con Ral y Nathan, de la banda The Pulsebeats
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Todo a punto para una de las citas alternativas que tiene lugar en la Semana Grande de Santander. De nuevo, el Centro Social Smolny y el Colectivo Julio Vázquez organizan un evento que tiene que ver con la diversión, pero también con la solidaridad y disfrutar de un día con amigos o en familia.

Ángela Rivas recuerda que la tercera edición, la del año pasado, no se pudo completar por culpa de la lluvia, y espera que este año no se repita la experiencia. Este evento no cuenta con un gran presupuesto para poder acondicionar el Parque Jado ante cualquier inclemencia. Aquí hay un gran esfuerzo por parte de gente voluntaria, esfuerzo incluso económico, tanto que «dependen de la barra a veces para recuperar incluso lo que has puesto» y se busca «que el festival lo disfrute todo el mundo, que vengan grupos estupendos y hasta ahora y es verdad que estaba saliendo muy bien la edición anterior, el problema fue la lluvia».

Lo que se hizo el año pasado fue incluir a algunas de las bandas que no pudieron tocar en el Teresuca en las fiestas de Entrehuertas. Y The Pulsebeats, que sufrieron la interrupción de 2024, regresan en el cartel de 2025.

La entrada al festival es gratuita, pero se pide llevar alimentos no perecederos, que después irán a parar a familias del barrio que están pasando dificultades.

Rivas resalta la gran cualidad de este evento, que es hacer de un parque «un espacio para todo el mundo» y un lugar donde se pueda ir a pasar el día en familia, pero «no se permite ninguna clase de machismo, ni de homofobia, ni de xenofobia, porque si vienes a buscar problemas, pues no, eso no se va a tolerar, no ha pasado ningún año por suerte, pero eso lo queremos dejar claro, porque es un espacio para todo el mundo, condición, raza, etnia».

También en conversación con EL FARADIO, Ral (batería) y Nathan (guitarra y voz), miembro de The Pulsebeats, tienen claro que este sábado no va a llover. Prometen llevar toda su energía al festival, donde tocaron en la primera edición, pero tuvieron que cortar porque se iba a superar la hora establecida para terminar, y el año pasado les frenó la lluvia cuando ya estaban a punto de subirse a las tablas. Este sábado se tomarán la revancha en un festival que «es muy especial para nosotros».

Van a intentar ver todo lo que puedan, descubrir bandas o atender algunos de los eventos que habrá durante la jornada. Destacan «el mérito de la realización del Teresuca Fest», por «la idea de ofrecer una alternativa a las fiestas más oficiales del Ayuntamiento, pero además el mérito que tiene organizar toda esa cantidad de actividades que tiene desde por la mañana, para todos los públicos, bueno, me parece una locura». De hecho, van a ayudar con el montaje, prestando material para que toquen las otras bandas también.

Llevan algunos meses sin tocar, pero resaltan que funcionan como una familia y lo que les gusta es mantener viva la llama de un hobby, así que ni siquiera les hace falta ensayar de más. Eso también ayuda a que en el directo haya un poco de espontaneidad. Y les gustó cómo les quedó su último concierto, en la sala Niágara, en el Infest, así que piensan tirar un poco por el mismo sitio.

Ahora están grabando algunas canciones de lo que, en su momento, será su cuarto disco de estudio. Por eso están un poco más inactivos, aunque sí tienen previsto dar un concierto «con nuestros amigos de Agujero» en el Rock Beer The New el próximo otoño.

Su música mezcla un poco el garage, el power pop y el punk, pero ya no lo dicen como un encasillamiento, sino que prefieren experimentar en el local de ensayo, que es el sitio donde graban, y ver qué sale de ahí. Pero siguen prometiendo diversión y energía en los conciertos y les encanta que, en ellos, «se pone la gente a bailar desde el principio al fin».

«En España, como no funciones por nichos, es muy difícil. O sea, es como que los grupos tenemos que autoetiquetarnos para entrar por un ambiente y de ahí hacer contactos y poder ir a tocar a sitios». Decir algún estilo de los que componen ha sido siempre esa manera de que la gente les tenga un poco fichados.

Nathan es inglés, pero lleva ya más de 15 años viviendo en Cantabria. Y resalta que le gusta mucho el ambiente musical de aquí, porque en Inglaterra ve más «rivalidad» entre las bandas. Todas quieren poder sacar ese gran ‘hit’ musical que les lance, y eso aquí lo nota mucho menos.

Ral y Nathan se conocieron en Manchester, tuvieron banda juntos allí, y han terminado siendo compañeros de viaje musical en Cantabria. Y pudieron aprovechar, en su día, para tocar en Inglaterra y llevarse a alguna banda de aquí para hacer conciertos juntos, como Soul Gestapo o La Corte de los milagros.

Y también subrayan el hecho de que el Teresuca componga su cartel musical sólo con grupos de Cantabria. «Eso hace mucha ilusión y te levanta un poco la moral también, pensar que no somos siempre los mismos».

Mañana serán la última banda en subir al escenario, a las 23:00. Después sólo quedará el fin de fiesta con la pinchada de Sara Puaj, para los cuerpos que aguanten todo lo anterior.

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