Cantabristas: “Cuando el PRC tiene que elegir entre patrimonio o el cemento, elige el cemento”
Han sido una de las novedades de la campaña, no sólo por presentarse por primera vez, sino por el vídeo, con muy buena acogida, con el que arrancaron en el que apelaban a su lema, “la fuerza de nuestra tierra”, y describían los problemas de Cantabria, desde la migración juvenil a la precariedad.
Paulu Lobete, el candidato de Cantabristas, explicaba en EL FARADIO DE LA MAÑANA que creen que responden a cuestiones “estructurales”, como el peso del “hormigón” que ha marcado las políticas de los sucesivos Gobiernos de Cantabria
En la entrevista, Lobete se ha referido expresamente al papel de un PRC que “cuando tiene que elegir entre el patrimonio o el cemento, entre el medio ambiente y hormigonar, elige el cemento y elige hormigonar”.
Y plantea que “el PRC va a ir a Madrid –tras ser elegido José María Mazón diputado en el Congreso- y nos abemos a qué”, porque una cosa es “decir que defiendes los intereses de Cantabria y otra es dar contenido y defenderlos”.
Así, ha apuntado que “si el interés de Cantabria es un AVE que parta en dos Cantabria de norte a sur, a un alto coste público y que no vayamos a utilizar, seguramente entonces no defiendan los intereses de Cantabria, sino de las constructoras, que es lo que defienden los partidos de Cantabria históricamente”.
También marca distancias con los partidos de ámbito estatal que funcionan en base a “cálculos hechos en Madrid” con una “concepción centralista” para la que Cantabria es algo “secundario”.
“MÁS AUTOGOBIERNO ES MÁS BIENESTAR”
Cantabristas muestran su apuesta por “poner en valor nuestras necesidades y realidad” e ir hacia un nuevo modelo productivo, invirtiendo para ello recursos desde lo público, con más peso de la industria desde una perspectiva sostenible y de empleo verde, mirando hacia modelos como el de las cooperativas, que ven “interesante” para sectores como el agroalimentario.
Para ello, plantean una reforma del Estatuto de Autonomía que dé a Cantabria más competencias, es decir, “más autogobierno”, porque “más autogobierno es más democracia” al dar a los ciudadanos “más capacidad de decidir sobre lo que les afecta”, pero también porque “más autogobierno es más bienestar: las comunidades que tienen más autogobierno tienen mejores servicios sociales, más calidad de vida y mejores condiciones laborales”.
Dentro de esa reforma iría que el lábaro fuera la bandera oficial de Cantabria, al considerar que tiene “más implantación” y con la que hay más “identificación” que la actual bandera autonómica –con la que recalcan que no tienen ningún problema- .
“SI LAS INSTITUCIONES NO APOYAN LA CULTURA DE CANTABRIA, NO LO VA A HACER NADIE”
En el plano cultural, Paulu Lobete señalaba que “dentro de los partidos la cultura cántabra no se está defendiendo con la fuerza que se debería defender”. “Tras décadas de gobiernos del PRC, la situación de la cultura es peor que antes”, lamentaba, con retrocesos en los contenidos cántabros en colegios, institutos y universidades, e instando a “apoyar la cultura cántabra en todas sus manifestaciones” porque “si no la apoyan las instituciones, no lo va a hacer nadie”.
“Luego nos echamos las manos a la cabeza porque sea cae una iglesia o una cueva. Si no lo valoramos nosotros, no lo va a valorar nadie”, advertía Paulu Lobete.
Dentro de esa cultura, incluyen también el patrimonio lingüístico cántabro porque “es una realidad que en nuestros pueblos hay forma de hablar que son diferentes” y eso supone una “riqueza” que quieren proteger por ley ante el “grave riesgo de extinción” que no es un fenómeno “natural” sino una consecuencia de las políticas desarrolladas.
UNA MIRADA “A LARGO PLAZO”
Cantabristas se define como “de izquierdas”, admitiendo que “quizás hemos venido a ponerlo más difícil” porque “tal vez la gente no esperaba que estuviéramos en una campaña seria con propuestas y en la pelea”.
Pero, matizan, “nosotros miramos a largo plazo” con unas elecciones que supone un “primer paso”. “Lo importante es darlo bien”, apostillaban.
E incidían, respecto a la posibilidad de haber formalizado algún acuerdo con otras fuerzas progresistas, como la Marea Cántabra de Izquierda Unida-Equo, que “una confluencia implica compartir proyecto y tener una confianza que no se construye en un mes o dos” sino “trabajando a largo plazo”, algo a lo que dejan “la puerta abierta”.