Avería en el Alvia en el que viajaba Revilla a la toma de posesión de Mazón en el Congreso
El tren en el que viajaba el presidente de Cantabria y candidato regionalista en las elecciones autonómicas, Miguel Ángel Revilla, ha sufrido una avería, que la ha tenido retenido algo más de una hora y que ya ha quedado resuelta, pero que le ha servido para evidenciar el discurso en materia ferroviaria que viene esgrimiendo desde el último año.
Revilla, junto a una amplia comitiva del Partido Regionalista, se desplazaba a Madrid, para asistir este martes a la constitución del Congreso de los Diputados, en la que tomará posesión por primera vez un diputado del PRC.
Se trata de José María Mazón, que hasta hace semanas era el consejero de Obras Públicas y Vivienda del Gobierno de Cantabria y que ha basado su discurso en campaña precisamente en la reivindicación del tren.
Avería del tren #Santander #Madrid en #BárcenaDePieDeConcha pic.twitter.com/xQ0X9rk1OO
— Miguel Ángel Revilla (@RevillaMiguelA) 20 de mayo de 2019
LA AVERÍA
La avería ha consistido en un enganchón de catenaria (el cable que hace las funciones de suministro eléctrico a las locomotoras) al paso de un pantógrafo (el mecanismo que transmite la fuerza de la energía) de un Cercanías.
Y se ha localizad en la catenaria entre Pesquera y Montabliz, según informan a EL FARADIO desde ADIF, la empresa pública de infraestructuras ferroviarias, desde donde remarcan que la catenaria entre Palencia y Santander está «totalmente renovada», si bien la infraestructura se encuentra a la intemperie.
El tren salia de Santander a las 19.08. La avería se comunicó a las 17.50, y a las 20.15 quedó detenido en Bárcena. A la zona se desplazó un equipo para proceder a la reparación, y finalmente a las 20.54 el tren volvió a arrancar.
«EL TREN A VECES SE ROMPE»
Horas antes, el presidente-candidato se refería a su inminente viaje, en la entrevista en EL FARADIO DE LA MAÑANA de ARCO FM.
«Ya tengo preparado el trolley», afirmaba Revilla, quien ya se mostraba suspicaz sobre el viaje, porque «el tren independientemente de que haga bueno o malo a veces se rompe», como, recordaba, ha sucedido «hace cuatro días» en que un grupo de pasajeros tuvo que ser llevado en autobús, por lo que «a lo mejor se para por el camino».
Ya antes de salir de la estación, explicaban a los medios que habían decidido ir en tren como “símbolo” del “abandono” de esta infraestructura por parte del Estado, que no ejecutó la obra estando adjudicada, y de la “reclamación” que hará el diputado nacional regionalista a partir de ahora en el Congreso.
REVILLA USA LA AVERÍA PARA REITERAR SU DISCURSO SOBRE EL TREN
«¿Quién puede planificar una reunión en Madrid si no se sabe si esto va a llegar o no? ¿A qué hora vamos a llegar a Madrid? Este es el ejemplo de que no podemos aguantar más en Cantabria, y la razón de la elección de Mazón es todavía más potente, porque esto es un ejemplo práctico», clamaba a pie de andén, en Bárcena, el presidente y candidato.
«Hemos salido a las 19.00 de Santander, y hemos recorrido 54 kilómetros en hora y cuarto», contaba el presidente tanto a medios como en redes sociales, en una incidencia grabada y retransmitida por pasajeros y comitiva.
«Ahora más que nunca está justificado el tren», remachaba, lamentando también la falta de información sobre si se les llevaría a Madrid en autobús o otro medio.
El presidente llegaba a decir que habrá quien piense que «este Revilla ha hecho un sabotaje», pero añadía que en realidad «esto ocurre cada tres o cuatro días».
Durante el tiempo en que han estado detenidos, ha realizado varios vídeos difundidos en su cuenta de Twitter, y ha preparado bocadillos de chorizo para quienes le acompañaban.
LA CAMPAÑA DEL TREN
El tren ha sido un eje del discurso de Revilla en el último año, pidiendo insistentemente una conexión de alta velocidad con Bilbao al Gobierno central, así como el inicio inminente de la obra de la conexión con Madrid.
Y en la campaña de las generales Revilla ya avisó de que su discurso sería «tren, tren, tren», llegando al extremo de que las invitaciones de uno de sus actos simulaban un billete de tren –contemplando la duración del acto como el equivalente al trayecto del tren que reclaman entre Santander y Bilbao–o a retar al resto de los candidatos a firmar un manifiesto.