Ciudadanos, entre los guiños a Revilla y un cambio controlado en Santander
Ciudadanos llega a las urnas con buen sabor de boca: el del 28 de abril, con buena tendencia nacional y con diputado asegurado en el Congreso; algo que no puede decir en Cantabria el otro partido que irrumpió en 2015, Podemos. Pero también llega con algunas dudas.
La legislatura no ha sido fácil en el partido naranja. En Santander, traicionó a muchos de sus votantes, con el pacto secreto del sector de Carrancio con Iñigo de la Serna. Por ahí se rompió el partido, con la salida de Carrancio y los suyos y la aparición de los tránsfugas en las instituciones.
David González ha sostenido a Gema Igual en Santander. Y Carrancio, los presupuestos de Revilla en Cantabria.
Por ello, a mitad del partido, Rivera hizo cambios. Cantabria, Cantabria… Pues Felisuco. Y puso al diputado nacional a llevar la voz cantante en la comunidad autónoma. Desde entonces, el partido se ha tenido que reconstruir, a golpe de fichaje.
Primero de militantes, con una estructura municipal que ya es la del cuarto partido de Cantabria. Segundo, con fichajes en las listas. Y ahí ha pescado sobre todo en caladeros del PP. En Astillero, Javier Soberón. En Cabezón de la Sal, otra dieguista, Esther Merino. Pero también en el PRC, como la ganadera Marta García, o en Castro Urdiales, con Alodia Blanco.
Ciudadanos en Cantabria tiene una obsesión: sustituir al PSOE. Y a eso ha dedicado buena parte del final de la legislatura, atacando las consejerías socialistas. Las de consejeros que se alinearon con Zuloaga: Economía, Educación y Sanidad.
Al tiempo, Ciudadanos ha dado luz verde al último presupuesto de la legislatura, en una partida de mus con muchas señas con el PRC. Sólo le falta la última pirueta: Félix Álvarez tiene que atraer a ese electorado de la derecha que no soporta a Revilla. El mensaje hacia esos votantes de derecha, ha sido que se han podido bajar algunos impuestos. Pero, sobre todo, la línea dura con los nacionalistas e independentistas
Y sumar lo suficiente para poder entrar al gobierno de la mano de los regionalistas.
Mientras, en Santander, un Javier Ceruti con discurso de cambio, espera atraer parte del castigo que se espera a Gema Igual. Pero cruzando los dedos para que no sumen por la izquierda porque el objetivo del partido es gobernar con el PP. Ese es el cambio al que aspiran sobre todo, aunque no rechazan al PSOE y al PRC.
Si le sale la jugada, habrá naranja en Puertochico y en la Casona. Pero si no hay riesgo de irrelevancia.