Emérito Astuy: «lo que nos ha solucionado a la familia y el negocio es tener descendencia que lo continúe»

EL FARADIO entrevista a Emérito Astuy, director del hotel Astuy, una de las cabezas de una larga tradición familiar con motivo de las XII Jornadas de la Langosta
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El Hotel Astuy es un referente de la gastronomía y la restauración en Cantabria, para los de aquí y los de allí. Un ejemplo de negocio familiar que se extiende a lo largo de un complejo hotelero con más de cincuenta habitaciones, una selección gastronómica que innova año tras año y un vivero que da origen a toda la delicia de la langosta en todas sus variantes.

Si preguntáramos por qué es conocido el Hotel Astuy encontraríamos respuestas que van desde su tradicional postre, el soufflé, a su producto estrella, la langosta, criada en un vivero natural excavado en roca debajo del propio hotel o el hecho de encontrarse en uno de los paisajes más emblemáticos de la zona norte como es el municipio de Arnuero.

Sin duda todas ellas son producto de invitación a visitar el complejo hotelero, pero ninguna se ha plantado sobre la mesa como parte de un plan de marketing propio del mejor mentor de innovación empresarial de Harvard. Cada una es la consecuencia de un origen común: la implicación familiar, que durante generaciones ha continuado la tradición de lo que empezó siendo la primera fonda de la zona.

Han pasado más de seis décadas de los comienzos del Hotel Astuy, así nos lo recuerda Emérito Astuy en una entrevista realizada por EL FARADIO. Un respaso a la trayectoria de una empresa familiar que se sustenta por el compromiso de cada miembro, incluso cuando eso supone dar un giro de 360 grados a la idea de vida que uno tiene para sí mismo.

Emérito Astuy nos cuenta cómo el hotel comenzó con la idea de abrir lo que sería el primer alojamiento de la zona. Algo que empezó “con muy poquita cosa, siendo pensión, la vieja Fonda Astuy y que con el tiempo se fue transformando en lo que llegó a ser el hotel”.

En un primer momento “quien llevaba todo el trabajo era en realidad mi madre”, recuerda Emérito Astuy, mientras su padre “se desplazaba a las almadrabas en Marruecos para la pesca de Atún”. Así se “empezó a construir un pequeño edificio del que no queda nada a raíz de la ampliación de la construcción”. Emérito Astuy nos recuerda que los comienzos fueron duros “no había nada de alojamiento en la zona y afortunadamente se acertó”.

Tal fue el acierto que la empresa familiar empezó a ser insostenible con la sola gestión de sus padres y así es como Emérito Astuy se implicó en el negocio ante la invitación de su padre “o te vienes para acá o lo tengo que pegar fuego”.

En aquel momento Emérito Astuy se encontraba en Marruecos, estaba casado y con empleo, todo apuntaba a que su vida estaba allí pero había llegado el momento de volver al lugar de origen y apoyar a la familia. Emérito Astuy cuenta cómo decidió trasladarse a Marruecos con un contrato de trabajo que permitiera obtener una estabilidad laboral. Emérito jugó durante años como extremo derecha en el Racing, también en el Barakaldo, pero sabía que “que no iba a ser ningún Cristiano Ronaldo, entonces pensé que lo mejor era trabajar” y así lo hizo, de hecho creía que iba a ser su destino final hasta que no quedó “más remedio que volver”. Lo curioso es que durante su etapa en Marruecos no dejó de jugar al fútbol, donde le llegaron a decir que tenía 48 horas para abandonar el país si no lo hacía  por lo que tuvo que “jugar al fútbol al mismo tiempo que cumplía con mi trabajo”.

Así hasta que tocó hacer las maletas y volver con su mujer a su lugar natal, para continuar lo que son décadas de tradición familiar. Emérito Astuy cuenta a EL FARADIO como su mujer y él “y una hermana que tenía junto a su marido” fueron los primeros jóvenes que se fueron quedando en el negocio familiar.

El éxito de la familia Astuy lo ha hecho la familia con una dedicación “en cuerpo y alma” pero también la combinación maestra entre el alojamiento y la gastronomía. Aquí es donde entra la filosofía de la pesca de langosta, instaurada desde finales del Siglo XIX y comienzos del XX. Así llegamos a un punto en el que debemos trasladarnos a la historia no del padre, sino del abuelo de Emérito Astuy, como promotor en la pesca del aclamado crustáceo.

El abuelo de Emérito Astuy decidió venir de Bermeo para quedarse, “aquí es donde construyó su casa con su familia, donde fuimos naciendo todos los demás”. Asombrado por la zona desde Quejo hasta Ajo, el abuelo de Emérito continúo con su labor de pesca en lo aque consideraba “un pesquero ideal” por sus fondos naturales. Su abuelo “que era hombre de mar” desarrolló la pesca construyendo uno de los víveros naturales de la zona que se complementaba con el trabajo realizado por otros pescadores de la zona y “cinco o seis barcos” dedicados a la langosta.

En tiempos del abuelo de Emérito Astuy ya existía la tradición por la pesca de la langosta, pero él la desarrollaría llevándola al plano de la restauración y la gastronomía. Aquí es donde el padre de Emérito comenzaría a fusionar la langosta con la fonda de la familia ya que había que “procurar dar a la gente de comer”, declara.

Emérito Astuy recuerda también a sus primeros visitantes, a gente principalmente de País Vasco y Castilla como “mejores clientes”, y cómo a raíz de la acogida por parte de los visitantes y del esfuerzo familiar fue posible ampliar año tras año “con detalles que mejoraran las instalaciones”.

El Hotel Astuy está formado por el restaurante, el vivero natural excavado en roca, el hotel y dos complejos de apartamentos, de los cuales uno de ellos era la casa de sus padres. Lo que actualmente llaman la piscina, complementa a modo de “chiringuito, un espacio que parece tener su encanto y gracia” como declara Emérito a EL FARADIO.

Pero lo que sin lugar a dudas no se escapa a la admiración y agradecimiento de uno de los principales responsables del Hotel Astuy es que “afortunadamente hemos encontrado descendencia que lo continúa y parece que mejor que nosotros”. Así parece que las historias se repiten y muchas veces a mejor.

En cualquier caso Emérito Astuy recuerda que “todo es tradición, pero se siguen haciendo cosas nuevas”, una herramienta inevitable para luchar contra “la famosa estacionalidad”. Es importante tener en cuenta lo favorable del tiempo, pero puede dejarse a la suerte del “efecto verano”. Así recuerda Emérito Astuy a EL FARADIO como existe la predisposición en el norte de España por “participar en todo lo que sea necesario, acudiendo a congresos y ferias, en Inglaterra o Francia”.

Todo ello ha provocado que “hemos arrastrado gente, dentro de lo que hemos sabido y lo que hemos podido” cuenta con cierta humildad Emérito Astuy. En cualquier caso, Emérito Astuy, sin quitar mérito al esfuerzo y al saber renovarse constantemente, no puede evitar hacer hincapié en la importancia del compromiso familiar, en el ser consciente de que “lo que ha solucionado a la familia y al negocio ha sido tener descendencia que lo continúe”.

 

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