La exposición está dedicada al artista Ángel Doreste, que falleció a los 86 años de edad el pasado 21 de noviembre en Mompía (Cantabria) y que tiene una historia familiar que conecta con uno de los momentos más trascendentes de la Historia de España, vivido en primera persona por su padre, el poeta, escritor y dibujante lucense, Ángel Johán.

Doreste nació en 1933 en Las Palmas de Gran Canaria, el destino de su padre, que había llegado a la isla en 1929 como funcionario de Correos. Por eso Ángel Doreste llegó al mundo en Canarias.

Y allí fue condenado su padre, a 30 años (tras una revisión del caso queda reducida a cuatro), por enviar un telegrama al Gobierno de la República informando de la rebelión de las tropas franquistas en Marruecos y de la presencia de Francisco Franco en Las Palmas.

La familia se desplazó después a Galicia, en 1948, a bordo del vapor Escolano. En la ciudad natal de Johán, Lugo, la ciudad amurallada, Ángel Doreste vivió con sus padres y sus otros tres hermanos hasta 1952, año en el que preparó su ingreso en Bellas Artes gracias a una beca de la Diputación provincial.

Fotografía de Alastair Carmichael

Se formó en la Escuela Central Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y, una década después, en 1959, realiza la primera exposición individual en el Museo Canario de Las Palmas.

Entre 1960 y 1963 viaja a París para seguir sus estudios y a su vuelta se traslada a Cantabria, donde residió hasta su fallecimiento.

En Santoña descubre el realismo, que para Doreste se revela como una emoción. «En el intento por atrapar el mundo real se produce una poesía muy grande», afirma.

Su manera de pintar se vuelve minuciosa, buscando cada arruga de las rocas —»que es lo que pinto con mayor deleite», confiesa—, y delineando las líneas de las playas, paisajes omnipresentes en su obra.

«Supongo que es un tema recurrente por la infancia; nací en la playa de Las Canteras, aunque tendría que ir a un psicólogo para averiguarlo, y ya soy mayor para eso».

LEÑALMONO

También el jueves, a las 20.20 horas en la galería Estela Docal (c/ Andrés del Río nº 7, Santander), tendrá lugar la presentación del nuevo número 20 de la revista Leñalmono.

En el acto participarán varios colaboradores de la publicación, y su editor, Mario Crespo López.

Esta vigésima edición es un número misceláneo, con artículos, entre otros, de Fernando Arrabal, y poemas inéditos de Dori Campos, Luis Malo y Juan Cobos Wilkins.

La portada es una llamativa fotografía de Alastair Carmichael, tomada en 2019 en el faro de Cabo Mayor.