Cara y cruz
Espero que le toque a Mariano. Tiene mejor voz y recita mejor, para eso es poeta. Pero cabe la posibilidad de que me toque a mí. Hace un mes me hubiera emocionado lo justo, lo que me emociona siempre el recordatorio de Auschwitz que nos legó Primo Levi. Pero este viernes, en la presentación del anuario de Desmemoriados, si me toca leer Si esto es un hombre: “Los que vivís seguros en vuestras casas caldeadas (…), no podré evitar tener presente el cartel que me convoca/nos convoca al día siguiente en la plaza del Ayuntamiento.
La declaración universal de los derechos humanos es, cada vez más, papel mojado. Algunos vamos a seguir denunciándolo, esa puede ser la cara. La cruz, todo lo demás. Lo que ocurre en el Egeo y en muchos lugares más y lo poco que parece importarle a una inmensa mayoría. Se empezó de forma muy parecida en Italia hace un siglo. O en Alemania una década más tarde.
Mientas la guardia costera griega ametralla lanchas con personas que huyen de la guerra y de la situación creada en Turquía, un androide profana la tumba de Antonio Machado en Colliure: Una cruz. La cara esta vez no es el federalista de izquierdas que lanzó la estelada fuera de la tumba e increpó al eurodiputado Puigdemont. Hay una cara mejor, la del diputado Rufián de ERC, diciéndole al primero que hay que ganarse los aplausos en el Bajo Llobregat y en el Vallés. Ya era hora y mejor tarde que nunca.
La última semana de febrero he estado muy en contacto con las primarias demócratas. Creo que no se esperaba un revolcón de ese tamaño para Sanders (1941). Biden (1942), candidato del aparato, puede ser el error demócrata de 2020 como lo fue H. Clinton hace cuatro años. Trump (1946) prefería competir con Sanders y derrama lágrimas de cocodrilo por él, o de caimán. Al margen de la juventud relativa de esos candidatos, espero que los votantes demócratas no se equivoquen. El mundo no está mejor que en 2016 y Trump algo tiene que ver. No espero mucho ni de Biden ni de Sanders, pero… lo de este loco de la colina del Capitolio no debería durar más de un mandato. Cara y cruz, al gusto.
Antes de que el calendario escolar marcase el inicio del parón invernal, había un poco de alarma sanitaria y las bolsas estaban en muy buen estado. La cara. Terminadas las vacaciones de Carnaval, la epidemia podría empezar a ser descrita por Bocaccio y la Bolsa la maneja un mono drogado (No es mío pero me parece muy bueno. Gracias a los de Todo por la radio). Dicen que en China se escupe mucho por la calle. Creo que no lo comprobaré en directo nunca. Pero aquí, aquí y aquí, hay mucha gente que parece desconocer el pañuelo desechable de papel. Una cruz enorme en tiempos de cólera. Según la Wiki el invento es de 1924. Probablemente los padres de Trump, de Biden y de Sanders todavía no eran novios.