La FAPA exige medidas para facilitar la conciliación y compensar las desigualdades educativas
La ‘Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado de Cantabria’ (integrada en CEAPA) ha redactado una carta en nombre de la escuela pública al presidente de Cantabria.
El motivo de esta carta, que remiten precisamente en el Día Internacional de las Familias, es hacerle llegar al presidente varias preocupaciones que ya han trasladado a la Consejería de Educación, pero que ven necesario “ponerlas en su conocimiento como máximo representante de la comunidad autónoma, pues algunas de las cuestiones competen a más administraciones y consejerías”.
SERVICIO DE ALIMENTACIÓN EN VERANO
La primera preocupación la federación es que, una vez concluya el curso lectivo, se mantenga el servicio de alimentación sustitutivo del comedor escolar que actualmente se viene prestando desde la Consejería de Educación.
“Se avecinan tiempos difíciles para la economía familiar y consideramos que es más necesario que nunca asegurar que este alumnado continúe recibiendo una comida digna al menos una vez al día también durante las vacaciones de verano” solicitan.
En este sentido, también creen necesario que, de cara al próximo curso, se haga una modificación en la cuantía económica de las becas de comedor, de forma que las que venían cubriendo un porcentaje del 75% del coste del servicio pasen a ser del 100%.
Ese importe del 25% que hasta ahora abonaban las familias puede convertirse en algo inasumible para las que se encuentren en una situación más precaria, lo que llevaría a que no se asegurase esa alimentación al alumnado que precisamente más lo va a necesitar.
SIN CAMBIO EN EL MATERIAL ESCOLAR
Por su parte, consideran necesario que en el próximo curso no se produzcan cambios de libros en los centros educativos, manteniendo los que están en uso actualmente. El importe de la partida económica destinada a los bancos de recursos “debería de restringirse a la compra de aquellos ejemplares necesarios por deterioro, renovación, falta de unidades, etc, así como a la compra de los recursos fungibles” explican.
El comienzo de curso supone un importante gasto para las familias, por lo que “se debería de reducir al máximo el importe que se las solicita por este concepto, algo que ya es de por si una anomalía cuando la Constitución garantiza una gratuidad de la educación que no se está cumpliendo” señalan las familias.
LA DIFICULTAD DE LA CONCILIACIÓN
La última cuestión es la que necesita abordarse con mayor urgencia. Hemos pasado más de dos meses saliendo a aplaudir al personal sanitario y, por extensión, a todas las personas que, con su trabajo, han sostenido al resto de la sociedad durante este tiempo.
“Y, sin embargo, parece que nadie se ha preguntado quien se hacía cargo del cuidado de sus hijos e hijas mientras trabajaban, dándose la paradoja de que al temor frente a un posible contagio tenían que sumar el que produce dejarles solos en casa a una edad demasiado temprana, o que hayan tenido que apurar las normas del confinamiento para trasladarles a casa de familiares o amistades” lamentan.
Aunque ahora pueda parecer que la desescalada facilita estos cuidados por terceras personas, “la reactivación laboral está suponiendo que el problema empiece a afectar a más familias, muchas de las cuales no disponen de redes familiares ni vecinales para afrontarlo” reitera la FAPA.
Sin embargo, tras semanas de medidas de diverso tipo para afrontar la crisis por parte de las distintas administraciones, “ni una sola va destinada a facilitar la conciliación. No es algo que nos sorprenda, España ya estaba a la cola de Europa en esta cuestión y prácticamente es el único país que no han presentado ningún plan al respecto” recuerdan.
Esta falta de medidas de conciliación sitúa a las familias (y principalmente a las mujeres) en la dura situación de tener que renunciar a trabajar para poder cuidar, lo que lleva a aumentar la precariedad de los hogares y la pobreza infantil, que ya estaba en índices preocupantes antes de la llegada de esta nueva crisis.
Por ello, buscan trasladar al presidente “la urgente necesidad de que se impulsen medidas en este aspecto, tanto en lo que se refiere a su reclamación al gobierno central, como solicitar el apoyo de las administraciones municipales (es justo reconocer que muchas de las cuales son, a día de hoy, prácticamente las únicas implicadas en dotar de programas de ocio en periodos no lectivos), pero también las que deben de surgir del gobierno autonómico”.
“Es necesario que se empiece a trabajar ya en medidas que faciliten la flexibilidad horaria, el teletrabajo, la adaptación de jornada, la creación de licencias retribuidas y ayudas económicas o la implantación de campus y programas de ocio acorde a las necesidades sanitarias actuales” concluye la FAPA Cantabria.