12 poetas, 3 minutos y el público decide… desde casa
||ALICIA ANDRÉS CAMPOS, miembro del equipo del Poetry Slam Santander||
“12 poetas, 3 minutos, el público decide”. Estas tres directrices son el átomo del formato Slam. 12 valientes que se atreven a subirse a un escenario, a veces figurado, a veces literal, y tienen 3 minutos para ganarse al público con sus versos.
Desde Poetry Slam Santander siempre hemos respetado al máximo un formato que amamos, consideramos que el público es la parte fundamental ya, aunque puede llamarse competición poética, nosotros entendemos que es un viaje de más o menos dos horas en el que los poetas despiertan unas emociones en los asistentes que se traducen en puntuaciones, pero ganar no suele ser lo importante. Hemos visto crecer a muchos poetas que no siempre han llegado a la final.
Y eso es algo que siempre nos hace mucha ilusión, el crecimiento. Tenemos la gran suerte de ser un Slam joven, tanto en trayectoria como en poetas. La mayoría de nuestros participantes no tienen más de 25 años, y es increíblemente gratificante ver cómo en cada edición buscan su estilo y van superándose cada primer viernes de mes. Por eso la circunstancia de la pandemia nos deprimió un poco, pausar este proyecto nos causaba mucha incertidumbre y, sobre todo, mucha pena.
Esta cita mensual era importante para nuestro espacio, el Moondog, los organizadores y, sobre todo, para nuestros poetas. Y como ha empezado casi todo desde que nacimos como Slam, Claudia, una de nuestras organizadoras, nos vino con la frase “tengo una idea, pero igual es una locura”. Como a todo lo que se nos presenta, nos lanzamos con el ‘kamikazismo’ que caracteriza a Poetry Slam Santander y lo pusimos en marcha.
El primer Slam desde casa fue mucha aventura, no andábamos sobre seguro en nada y era una cosa muy de ensayo-error. Pero por suerte no fallaron ni poetas, ni público. Salió increíble, los poetas se adaptaron sin problema al nuevo “escenario”, el público se implicó de la misma forma que en los slam presencial y nosotros, no es por echarnos flores… pero nos coordinamos con mucho éxito.
No sólo salimos airosos de este primer encuentro online si no que salimos fortalecidos y ya pensando en el siguiente.Y entonces El espacio joven, con quien ya habíamos organizado slams con anterioridad con gran acogida, aunque uno se vio cancelado por el Covid19, confió una vez más en nosotros e hicimos una edición joven desde casa. Y luego otra “locura”, un slam entre dos ciudades: Zaragoza Vs Santander.
Obviamente todos estamos ansiosos por volver al bar. La poesía con cañas y abrazos siempre es más poesía. Pero nos hemos dado cuenta de que el formato online también ha traído cosas muy positivas. El pánico escénico se ha reducido notablemente. Poder recitar tus versos desde la seguridad de tu habitación y el confort de tu pijama, evidentemente, se agradece.
También hemos reducido distancias. Ya que algunos de nuestros participantes no tienen su residencia en Santander, y la versión online les ha traído a casa en un instante. Además hemos hecho todo lo posible por mantener nuestras señas de identidad en esta nueva ‘distopía’: carteles increíbles, poetas entregados, calor humano y artistas invitados de calidad. Y esa ha sido otra ventaja. Nuestro Slam estaba ya bastante consolidado y siempre trajimos poetas muy punteros como invitados. Pero estas ediciones online nos han permitido abrir el abanico y contar con diferentes disciplinas, como por ejemplo cantantes, que en el Slam presencial, por cuestiones de espacio, no habría sido tan fácil disfrutar de ellos.
Tenemos que agradecer, mucho, a los poetas su disposición. Como de costumbre, han llenado las listas, gente se ha quedado en reserva y se han abierto en canal con las mismas ganas que lo hacían en el Moondog. Como siempre, han conseguido juntar comedia, emociones, reivindicación, denuncia y poesía. Suelen ser los que más sufren los cambios que exige el guión, pero lo hacen con una sonrisa y, si se han quejado, han conseguido que no nos enteremos.
Desde la organización de Poetry Slam Santander, una de las cosas que nos mantiene a flote es la buena conexión entre organizadores, poetas y público. Lo cual podía presentarse como un desafío a través de medios tan fríos como los digitales. Pero la sorpresa de las ediciones online ha sido que esa conexión se ha trasladado y era palpable a través de nuestras pantallas. Aunque hemos estado bien en pijama…¡qué ganas de vernos de nuevo elegantes y en las calles! Os esperamos muy pronto en el Moondog.