Este martes es el Día Mundial sin Coches, dentro de la Semana Europea de la Movilidad que tiene este año como lema: “Por una movilidad sin emisiones”.

Desde Ecologistas en Acción critican que, en lo que debía ser una fecha para potenciar el uso del autobús, el tren o la bicicleta, “los servicios ferroviarios que había hasta marzo se han reducido y no han vuelto a circular todos los trenes que lo hacían antes de la declaración del estado de alarma”.

Así, detallan que los servicios de trenes regionales (a Bilbao, Oviedo y Valladolid) y los de larga distancia (a Madrid y Alicante) son los que se han visto más afectados, “lo que imposibilita la recuperación de la demanda”.

Y, en términos más generales, apuntan a que “todo indica que el Ministerio de Transporte se niega a recuperar los escasos trenes nocturnos que todavía circulaban en España”.

Y lamentan que durante los meses pasados se “incentivó” desde instancias públicas, el uso del automóvil como solución a las necesidades de desplazamiento que nos obliga el modelo de urbanismo y la mala Ordenación del Territorio seguidos por los sucesivos Gobiernos centrales y autonómicos.

Además, añaden que “si la máxima de un buen sistema de transporte público es la de tener todo al alcance de la mano, disponiendo de la máxima accesibilidad con la mínima movilidad, en Cantabria estamos en las antípodas”.

Se refieren en este punto a la “penosa” situación del transporte de viajeros/as por carretera, llegando a calificar a Cantabria como “la comunidad autónoma con peor red de transporte público por carretera”, en la que hay “ni una sola marquesina con horarios disponibles en todo Cantabria” y se dan situaciones como “ estaciones de autobús cerradas y sin visos de reapertura, horarios pegados en el exterior imposibles de descifrar y sin iluminación en horario nocturno, servicios de autobús que pasan antes de la hora oficial, servicios de cercanías que se eliminan sin ton si son, eliminación de paradas en puntos críticos como la situada a pie del Hospital de Liencres, paradas sin marquesinas y a la intemperie como la del Hospital de Liencres sentido Santander, etc”.

Desde esta perspectiva, advierten de que en en Cantabria las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) están “muy por encima” de la media estatal, porque aparte detener una fuerte dependencia energética y contribuir sólo de forma residual a la generación de energías renovables, la contribución al cambio climático del sector del transporte por carretera de personas y mercancías está muy por encima de la media per cápita estatal.

A ello, añaden, también contribuyen la baja ocupación de los trenes que redunda en un altísimo nivel de emisiones por viajero/a transportado y la nula penetración del vehículo eléctrico en las flotas industriales y de coches particulares.

A su juicio, se trata de un panorama “bastante desolador que necesita de políticas decididas y ambiciosas y un cambio radical en los patrones de movilidad de la población para revertir la situación”.