No puedes no amar Grecia
Hasta no hace mucho hubo un tiempo en el que Grecia era la protagonista de la actualidad día si y día también…nos deleitábamos y asustábamos por igual con esas noticias de la actualidad helena, todo nos parecía muy cinematográfico y surreal…la historia del parterre de unos cuantos metros cuadrados que cuidaban 52 jardineros…millones de euros gastados en papel higiénico para las sedes ministeriales en Atenas, la manipulación de datos del Ministerio de Economía heleno con el fin de entrar en la UE sin problemas…
Se nos llenaba la boca hablando de estas historias imposibles y sin embargo vemos que rascando un poco tenemos casos parecidos en España. Hace unos días supimos que a la Comisión Europea está investigando a la Comunidad Valenciana por haber indicios de manipulación del déficit. Entiendo que estas noticias nos irriten sobremanera, el español de a pie tiene grabado a fuego el mantra que se ha escuchado en las tertulias políticas en los últimos años: “no somos Grecia”. Quizás es hora de aceptar que tenemos los mismos defectos, aunque en diferente grado, con diferente terminología, iguales pero distintos…
En España la historia del parterre del hospital causo sensación pero aquí también les parece surreal que sigamos teniendo monarquía, que el antiguo Rey fuese de cacería de elefantes con su amante, que tengamos a un Urdangarín…el griego medio sabe que tiene una clase política incompetente y lidia con ello como puede, con su individualismo característico y aferrándose a lo único que tiene sentido en este país: la familia. Los lazos familiares son sagrados en Grecia, más incluso que en Italia: allí es únicamente la mamma italiana; aquí todos se apoyan, todos cuentan, hacen piña contra el resto de la sociedad. Es lo que explica que Grecia no haya colapsado aun a pesar de que la Troika la ha puesto completamente contra las cuerdas.
Los griegos son esencialmente duros, personas acostumbradas al cambio de todo tipo y Atenas epitomiza el espíritu heleno como Nueva York el norteamericano. Si esta última representa el logro y las oportunidades, Atenas es la resistencia, el individualismo, el estoicismo (no en vano nació aquí). Los griegos viven ahogados por la crisis, pero son especialistas en reinventarse también. No hablo de conformarse, hablo de aceptar las bofetadas de la vida y seguir hacia delante. Paseando por esta ciudad, en estos últimos días, pensé que una revolución masiva me parecía improbable del todo. Su momento ya pasó, ahora están reconstruyéndose, reinventándose, adaptándose y haciendo lo que mejor saben hacer los griegos: agarrarse al momento.