«El riesgo de que ahora los ‘riders’ de Glovo reclamen es elevado tras una sentencia tan devastadora»
Ignacio Fernández es abogado laboralista y ha podido consultar la sentencia en la que Isaac Cuende ha sido reconocido como falso autónomo por el Tribunal Supremo, después de haber sido repartidos de Glovo. Precisamente «la distinción entre un autónomo y un falso autónomo» es una de las cosas que le parecen más interesantes del fallo del tribunal.
En primer lugar, está bien saber qué distingue a esas dos figuras. El autónomo es alguien que pone sus propias herramientas y que se organiza a su propia manera para prestar un servicio a una o varias empresas. Eso no significa que no pueda haber un acuerdo entre empresa y trabajador para acotar un poco más la actividad a realizar y en qué momento. Una vez que esa autonomía de quien presta el servicio no existe, es cuando podemos hablar de que una empresa está queriendo librarse de gastos relacionados con la contratación laboral de una persona y «huir de la protección de sus derechos». Entonces hablaríamos de un falso autónomo.
«Es muy difícil hablar de absolutos», dice Fernández. «La frontera entre un autónomo y un falso autónomo es muy difusa», añade. Es lo que nos cuenta en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.
Incide durante la conversación en que la legislación marca que hay que fijarse en el caso concreto, por eso no se debe generalizar cuando se reconoce la actitud de una empresa en el mismo sentido que en el caso de Glovo. La cuestión se debe dirimir en los tribunales.
Es cierto que esta sentencia del Supremo puede abrir un camino para que el resto de trabajadores que prestan sus servicios a Glovo «reclamen» y la empresa tenga que terminar contratándoles. Pero no es algo que suceda «automáticamente», según el abogado.