«La ley de violencia de género tiene que abarcar todas las violencias contra la mujer, no sólo en la pareja»
El camino hacia la igualdad es muy largo. Es larguísimo. Tanto como que todavía no se ha terminado de recorrer. Se dan pasos, pero no conviene confiarse. Muchas de las miradas están en la juventud. En ver si los comportamientos en pareja de estas nuevas generaciones inciden en las actitudes que se pretende desterrar o si se consiguen unas relaciones más normalizadas, sin que prevalezcan los hombres sobre las mujeres ni se detecten situaciones violentas.
María Mendieta es una de las mujeres que ha participado en esta tertulia de Cantabria 2030, sección que hacemos gracias a la Coordinadora Cántabra de ONGD en Arco FM. Ella trabaja en el bufete Taxus Abogados y es presidenta del Consejo Cántabro del Movimiento Europeo. Y ve con preocupación a los jóvenes, porque cree que existe el riesgo de «dar pasos hacia atrás». Considera que estamos en un momento particularmente complicado.
Rebeca Martínez es psicóloga de la Asociación Consuelo Berges para mujeres separadas y/o divorciadas, y se refiere a la importancia de la educación para que haya una definición justa y apropiada de los roles que puede adoptar cada persona en una relación de pareja, sin que la mujer tenga que adquirir siempre los mismos.
Marisol Payá es portavoz de la Red Cántabra contra la Trata y la Explotación Sexual. Está muy volcada en el objetivo de la abolición de la prostitución, y lo liga también con la violencia de género que podemos considerar más habitual, la que sucede en el ámbito de la pareja, a través de la pornografía, que considera «otra forma más de prostitución».
Payá se refiere al tema de la prostitución como un asunto en el que se han podido ver diversos avances, pero la abolición es el objetivo que busca la Red para que esa actividad económica se extinga en la sociedad. «Es una carrera de fondo», comenta. Aunque haya una amplia mayoría de mujeres que estén de acuerdo en suprimirla, le parece que que es necesario que haya también una mayoría de hombres que apoye eso. Cuando eso suceda, entonces «tirará para adelante».
Mendieta tiene dudas sobre la prohibición, porque después podrían aumentar las actividades de las mafias para que la prostitución siga vigente, aún realizada totalmente al margen de la legalidad. Payá responde que en países como Alemania y Holanda está legalizada, pero eso no provoca una disminución de las personas que se dedican a ello, sino que se traen mujeres de lugares donde están en situación de vulnerabilidad. Por eso «se debe poner un freno» y evitar que puedan proliferar, por ejemplo, lugares donde la actividad sexual con mujeres forme parte de un sistema de ‘todo incluido’ a disposición de los clientes.
Precisamente, en los clientes ve Payá algo donde también habría que legislar para penalizar a quienes quieren pagar por servicios sexuales, los ‘puteros’. Sería una estrategia más eficaz para sensibilizar hacia algo que también es violencia de género.
La sensibilización es un concepto que aparece varias veces en la conversación. No sólo se trata de educar a las nuevas generaciones, sino de que toda la sociedad comprenda las situaciones de violencia que sufren las mujeres en un número de casos muy alto, pese a que ya llevamos años con este tema en el debate social.
Mendieta habla también de la actual Ley de Violencia de Género. Como efecto positivo, que da mejores oportunidades a las mujeres que padecen diversas formas de violencia para denunciar. El siguiente paso que ve necesario es que eso no se circunscriba al ámbito de la pareja, sino que se considere de la misma forma a los delitos del mismo tipo que se produzcan contra las mujeres en general. «Tiene que abarcar todas las violencias contra las mujeres, no sólo en la pareja», dice.