Vega de Liébana se moviliza para evitar el cierre de la sucursal del Santander
En el municipio de Vega de Liébana, cada vez queda menos gente. Ahora son unos 700 habitantes repartidos en 18 núcleos de población.
El ayuntamiento está en Vega de Liébana, igual que el centro de salud y la sucursal del banco. Bueno, ahora la sucursal del banco ya no, porque el Santander cierra estos días su oficina. «dicen que va a abrir un día a la semana y que van a colocar un cajero inteligente para hacer las gestiones, pero aquí pocos se van a saber manejar con eso», comenta un vecino.
Así las cosas los vecinos no se han quedado de brazos cruzados y este jueves han salido a la calle para exigir que la oficina permanezca abierta como siempre atendiendo a la población del valle.
Recuerdan que los usuarios son, en su mayoría, gente de una generación ajena a las nuevas tecnologías. Vecinos que acuden allí para sacar dinero en efectivo, para formalizar pagos, para domiciliar servicios, y para poner al día la cartilla como lo han hecho durante décadas. » No pueden pedir ahora a toda esa gente que haga los trámites de forma telemática porque muchos no se manejan con toda esa tecnología», denuncia Eva, vecina del valle.
La pandemia cerró uno de los tres bares que había en Vega de Liébana. Ahora ven como la sucursal echa la persiana. «Es que, a este paso, no sé que va a ser de los vecinos. Solo falta que Mari cierre la tienda. Entonces esto muere definitivamente», añade Eva.
PÉRDIDA CONTINUADA DE SERVICIOS
La despoblación del medio rural es una realidad que está ahí y la gente que resiste reconoce que cada vez lo ponen más difícil. Paco Gutiérrez es uno de los cinco vecinos de Enterrías, en Vega de Liébana. Él insiste en que el problema es mucho más que una sucursal que ahora cierra: «hace un par de años ya cerró en Liébana el registro de la propiedad, que ahora depende de San Vicente de la Barquera. El juzgado de instrucción de primera instancia, que también estaba en Potes, pasó hace casi 10 años a San Vicente. La realidad es que vamos perdiendo servicios que son necesarios en una comarca».
Tecnológicamente, la zona tampoco está muy preparada para salir adelante. La fibra todavía no ha llegado a Vega de Liébana. La cobertura con los teléfonos móviles tiene sus limitaciones y en el valle nadie se extraña de que la televisión deje de funcionar si nieva, si hay tormenta o si surge cualquier otro imprevisto.
Paco explica para EL FARADIO que el problema no es el cierre de la oficina del banco, es todo lo que eso implica: «al final es una pérdida continuada de servicios que dificulta el hecho de que aquí se pueda vivir y trabajar. La existencia de una entidad financiera era incentivo para otras cosas, como para que existiese una buena conexión a internet wifi, porque el banco lo demandaba y tenía redes propias. Una vez que eso desaparezca, los vecinos como tal somos poquita cosa. No es lo mismo que una entidad financiera se dirija a una operadora que el hecho de que lo pida un vecino para poder teletrabajar. Se pierde peso y presencia que dificulta el mantenimiento de otros servicios.
APOYO DE IU
Izquierda Unida de Cantabria señala la actitud “insolidaria y despegada” del Banco Santander tras conocer que en estos días se cierra la sucursal de esta entidad en Vega de Liébana “ante la pasividad de un Gobierno que deja morir el medio rural”.
En un comunicado, el coordinador autonómico de IU, Israel Ruiz Salmón, ha mostrado su solidaridad con la población local de este municipio rural de la comarca lebaniega “al que quitan servicios comunes” y respalda las reivindicaciones de los vecinos y las vecinas de Vega de Liébana, que se concentran este jueves contra el cierre, con el hándicap de la imposibilidad de transitar entre unos municipios y otros.
Pese a sus cuentas de resultados, que presentan superávit y abundantes beneficios, la entidad planea eliminar 40 de sus 82 sucursales en Cantabria, una decisión que IU considera “ingrata” con los clientes que con el fruto de su trabajo han cimentado la expansión nacional e internacional de esta corporación. “Una tierra no vive de palabras al aire, sino de hechos y lo que hoy se consuma es un nuevo golpe a los pueblos”.
“Es triste y obviamente censurable esta medida, que por ahorrar el sueldo a un empleado deja sin servicio a un municipio con una extensión de 133 km2 (casi cuatro veces el término de Santander), y aboca a algunos de sus vecinos a desplazarse a casi una hora en coche, a Potes, para tener los servicios más básicos”, critica.
Así, explican que es un municipio de relieve accidentado, como muestra el desnivel entre su punto más bajo, que supera apenas los 300 metros sobre el nivel del mar y el más alto, los 2536 metros de Peña Prieta, cima de la cordillera Cantábrica (excluyendo los Picos de Europa).
Desde IU recuerdan la estrategia del Santander, que “luchó palmo a palmo por acabar” con Caja Cantabria (ahora dentro de Liberbank) en todos los ayuntamientos, se adjudicó los cobros de recibos institucionales, la gestión de la Universidad, etc., y una vez eliminado el pequeño competidor “está optando por otra variable de tiranía económica: someter al entramado social al imperio de la contabilidad más fría”.
Mientras tanto, Ruiz Salmón señala al Gobierno de Cantabria “como la administración garante de los servicios más básicos” y le insta a interceder efectivamente en el asunto y demostrar su compromiso real con el medio rural, “más allá de los actos propagandísticos de ferias ganaderas y romerías de un día, porque en el interior de Cantabria se debe poder vivir durante todo el año”.
“Es imposible establecer una comunidad estable, fijar población incluso en entornos tan ricos en recursos como Vega de Liébana, tierra de grandes posibilidades en explotación de bosques, agroalimentación y ganadería, patrimonio o turismo sostenible, entre otros, si se empuja a su población a irse ante la falta de servicios más básicas”, insiste.
“Mucho nos tememos que Revilla y su regionalismo van a mirar hacia otro lado antes de osar contrariar a la entidad; es de sobra conocido que se crece con los débiles, pero agacha la cabeza con los fuertes”, sentenciaba.