Los vecinos de Miera afectados por la construcción del polígono eólico Garma Blanca organizaron este fin de semana dos charlas informativas
A raíz de la publicación en el BOE, el pasado 10 de febrero, de la solicitud de autorización administrativa para la construcción del polígono eólico por parte de Green Capital Power en los municipios de Riotuerto, Arredondo, Entrambasaguas, Solórzano y Miera, los vecinos de este último organizaron sendas convocatorias para abordar los efectos que el proyecto Garma Blanca podría tener en el valle.
La primera convocatoria, que reunió en el polideportivo de Mirones a un centenar de vecinos y vecinas de la zona, tuvo lugar ayer sábado 20 de febrero. Además de los vecinos convocantes, participó el teniente alcalde del municipio para tratar de trasladar algunos detalles de la negociación con la empresa que, hasta el momento, habían permanecido en silencio. Igualmente, participaron a micrófono abierto numerosos afectados por los efectos nocivos del polígono.
En la convocatoria del domingo, a la entrada de la Catedral de Miera, se reunieron otros 50 vecinos que escucharon, además de la información pública del proyecto, la información referente a la afectación por el ruido, el electromagnetismo, el impacto en la ganadería y las estimaciones de las consecuencias negativas para la economía de los vecinos y del valle.
En ambas jornadas se pusieron de manifiesto numerosos datos y estudios sobre cómo los 13 molinos de 160m que se planean instalar, los más altos proyectados en tierra en este momento, podrían afectar al entorno rural y de gran valor patrimonial y natural que habitan.
Los estudios aportados sobre el ruido y la afectación a la salud fueron los más comentados entre los vecinos que mostraron preocupación sobre el polígono. Las dimensiones del proyecto en uno de los valles más estrechos de Cantabria, la cercanía a los núcleos (poco más de un kilometro) y la posibilidad de contar además con líneas de alta tensión atravesando el valle para la evacuación de futuros proyectos generó alarma e incomodidad entre las personas que habitan el municipio.
Igualmente, los aspectos relacionados con la economía abrieron un gran debate en el que se puso de manifiesto que las pérdidas patrimoniales y económicas de cada vecino no eran compensadas por los escasos beneficios que oferta la empresa, a pesar de que las cifras son siempre orientativas y poco fundadas.
El equipo municipal se comprometió a la búsqueda de una forma para recoger la voluntad de los habitantes del municipio y actuar en consecuencia, mientras que los vecinos ya llevan más de 1000 firmas recogidas para plantear alegaciones a un proyecto que cambiaría de forma estructural la vida en el valle.