«El 8M es un día para revisar qué hemos mejorado o en qué seguimos fallando»
Tiene una voz muy agradable. Cualquiera que la haya escuchado cantar seguro que lo piensa. Pero también es una voz interesante de escuchar cuando no canta, sino cuando reflexiona o expresa un sentimiento.
Nuestra llamada se produce por el 8M. Uno de los eventos centrales que se han organizado ha sido una gala especial en el Palacio de Festivales, donde la artista cántabra estuvo acompañada por dos compañeras como Rozalén y Conchita. El objetivo era homenajear a asociaciones de mujeres que cumplen 25 años de trabajo, Consuelo Berges, la de Mujeres de Herrerías y La Yeza.
«Venimos a cantar para ellas, a reconocerles su trabajo», expresa Gastelo. Se trata de una labor esencial para mujeres que tienen una necesidad de ayuda generada por una situación de vulnerabilidad o incluso de violencia. Esto nos lo cuenta en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.
Esta cantante de Torrelavega cree que ya no estamos como hace 30 o 40 años, pero no significa que, en el ámbito de los derechos de las mujeres, ya esté todo hecho. «Mi madre se encerró en un taller en los años 80», revela. Los tiempos que han cambiado, pero ella piensa que «las mujeres todavía necesitamos que nos cuiden» y que «hay que seguir peleando por nuestros derechos».
Ella dice no haber tenido problemas reales para desarrollarse profesionalmente, pero sí que ha visto cómo en Madrid, en el local donde actuaba habitualmente, ‘Libertad, 8’, en «las programaciones las mujeres son minoría», incluso pudiendo ver que «éramos 2 mujeres en todo el mes». Las oportunidades no eran iguales para todas.
Su mensaje procura ser conciliador. Le parece el camino más rápido para avanzar. «Soy muy de compartir y conciliar», afirma. La colaboración es fuente de mejores noticias, ayuda a mantener un carácter más positivo, que es algo en lo que ella se esfuerza cada día, a pesar de los rigores de esta pandemia.
Se siente más a gusto pensando y actuando en esos términos, que de una manera más airada. «Con enfrentamientos no se llega a ninguna parte», sostiene. Y añade que «con cariño y educación se van consiguiendo las cosas».
El trabajo de las asociaciones resulta muy importante, y las voces que se suman en una fecha como la del 8M han ido creciendo con el paso de los años, aunque esta vez las calles no se hayan podido inundar de mujeres que reclaman una mayor igualdad entre géneros. Para Gastelo, «el 8M es un día para revisar qué hemos mejorado o en qué seguimos fallando».
Todo está afectado por la COVID-19. Gastelo no está pudiendo desarrollar toda su actividad. Saca un videoclip (‘Mami dice que’), graba temas en directo que desgrana después en su canal de YouTube, pero le falta poder hacer sus conciertos de manera presencial y no por streaming. Esta gala es una forma de poder ponerse delante del público, y en mayo tiene ya preparado un concierto en el Teatro Muñoz Seca de Madrid.
«La música es mi vida». No se trata sólo de una cuestión económica, aunque sea importante porque el volumen de ingresos, en el casos de muchos artistas, haya menguado sustancialmente. Pero lo que refleja Gastelo es su lado emocional. «Necesitamos tocar. Es nuestra salud mental», dice sin ánimo de exagerar.
El volver a juntarse en las salas de conciertos, para ella, significa «recuperar nuestra vida». Es algo que ansían los artistas, pero también el público, sobre todo el que acostumbra a ver espectáculos musicales o de teatro, o quien tenía la costumbre de ir al cine.
Pero Gastelo no quiere hablar desde un punto de tristeza. Espera que el reencuentro entre músicos y espectadores vaya regresando, aunque sea paulatinamente y con medidas de seguridad. Reivindica a los músicos y todos los trabajadores que tienen alrededor porque piensa que «pocas profesiones hay tan cercanas como la nuestra».
Su relación con los seguidores se ha enfriado un poco, pero Gastelo tiene claro que «hemos estado ahí durante el confinamiento y seguiremos estando». El mundo de la cultura no se debe detener por la pandemia, sino que debe florecer de nuevo cuando las cosas vayan volviendo a la normalidad. «El arte es un alimento», concluye la artista cántabra.