El PP se opone rotundamente al parque eólico Garma Blanca por sus posibles efectos sobre el territorio
La presidenta del Partido Popular, María José Sáenz de Buruaga, ha mostrado hoy la rotunda oposición del partido al parque eólico Garma Blanca porque su impacto brutal lo convierte en inviable y ha pedido al Gobierno que no se dé mus y presente alegaciones para tumbar el proyecto.
«Energía eólica sí, pero no así y por eso decimos un no rotundo al parque eólico Garma Blanca», ha afirmado la presidenta, quien ha subrayado que su partido no está en la caverna y apuesta por un desarrollo eólico racional y sostenido y por la implantación de parques eólicos en Cantabria, pero no en cualquier sitio y de cualquier manera, no a cualquier precio y no a costa de arrasar el territorio.
Buruaga ha fijado la posición del Partido Popular después de reunirse y escuchar a los portavoces de los municipios afectados por el proyecto: Arredondo, Miera, Solorzano, Riotuerto, Entrambasaguas y Ruesga, que han liderado la demanda de información y de alegaciones y dicen no a este proyecto no por motivos ideológicos, sino por sentido común, por razones de peso, porque el impacto de Garma Blanca y de todo lo que viene detrás va a ser brutal.
Y es que este parque no viene sólo. El proyecto que se ha sometido a información pública engloba el parque eólico Garma Blanca y unas infraestructuras complementarias –dos subestaciones y una línea eléctrica de evacuación- que son compartidas con al menos otros tres parques: Ribota (51 MW), Amaranta (31 MW) y Quebraduras (18 MW).
«Estamos hablando de al menos cuatro parques que suman más de 150 MW y unos 40 aerogeneradores, todos del mismo promotor, todos sobre el mismo territorio -Asón, trasmiera y el territorio pasiego-, y todos en parrilla de salida», ha dicho la presidenta, quien ha recordado que Ribota salió ayer a información pública.
Para el Partido Popular, es obvio que los cuatro parques son la misma cosa, que conforman un único proyecto y que, por lo tanto, hay que valorar en su conjunto el impacto de esta acumulación de infraestructuras y aerogeneradores sobre el paisaje y la biodiversidad, sobre la fauna, la flora, los ecosistemas y la población.
«Garma Blanca no viene sólo y, por lo tanto, no puede someterse a evaluación de impacto ambiental de manera fragmentada», ha insistido Buruaga y ha hecho hincapié en que el fraccionamiento de proyectos para impedir una adecuada evaluación es como poco un fraude que puede marcar la diferencia entre un no y un sí, entre una declaración de impacto ambiental desfavorable o favorable.
El Partido Popular también se opone a este proyecto porque considera que el impacto negativo de sus 13 aerogeneradores de 162 metros de altura y de sus infraestructuras complementarias lo convierten en inviable.
La presidenta ha recordado que todos los ayuntamientos afectados sin excepción han presentado alegaciones, que hablan de un impacto visual brutal; de daños a la ganadería extensiva y el turismo rural e invasión de suelos productivos agrícolas; de enormes movimientos de tierras, de invasión y destrucción de masas forestales, y de afecciones a las aves, a espacios naturales protegidos y hábitats de interés comunitario, de degradación del paisaje.
Además, solo en un radio de 500 metros alrededor de Garma Blanca hay 165 construcciones, algunas a solo 200 metros.
Buruaga ha reprochado al Gobierno que no haga nada para defender el territorio de semejante agresión, defienda Garma Blanca a ultranza antes de conocer y evaluar los impactos sobre su territorio y su población, y se lave las manos y eche balones fuera con la excusa de que este parque lo tramita el Ministerio de Transición Ecológica.
«¿Cómo se puede decir que Cantabria no es parte implicada y que no tenemos competencia? ¿Pero dónde van a colocar los aerogeneradores, en Albacete? ¿Cómo se puede decir que el Gobierno no tiene nada que hacer en este asunto, salvo alguna cosuca», se ha preguntado la presidenta, quien ha afirmado que este Gobierno ha pasado en desarrollo eólico de cero a cien de la noche a la mañana con una urgencia y una precipitación que es muy difícil de explicar, porque después de seis años mano sobre mano, parece que ahora han abierto las compuertas y que todo vale.
La presidenta ha anunciado que este lunes, el grupo parlamentario popular va a buscar un acuerdo en el Parlamento para mostrar el respaldo unánime de los todos los grupos y de la institución a las alegaciones formuladas por los Ayuntamientos y las Juntas Vecinales al proyecto Garma Blanca.
Además, pedirá al Gobierno que no se dé mus, que formule alegaciones para sustentar una declaración de impacto ambiental negativa y en consecuencia, la denegación de la autorización administrativa, porque esa es la única manera de evitar que este proyecto salga adelante.
«Le pedimos que defienda los valores naturales de nuestro territorio y la forma de vida del medio rural, que no ponga el parque por encima de todo y de todos, que eche el resto y presente alegaciones porque no vale todo, porque el qué, el cómo y el dónde importan», ha concluido.
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