La imagen de tres mujeres sobre fondo negro, protagonista en La Caverna de la Luz
Esta imagen es la quinta pieza del programa comisariado por Raúl Lucio para este año 2021.
Rubén García Escalante es un fotógrafo afincado en Cantabria que, con esta fotografía pretende hablar de adolescencia y de pandemia: “La adolescencia es la no aceptación de nuestro yo y, por consiguiente, la búsqueda de nuestro yo profundo. La era post COVID debería ser una oportunidad para dar ese paso que necesitamos como individuos y como sociedad. Hacernos adultos, finalmente”. Madurar, claro: una necesidad constante. Saber afrontar la vida. Casi todos los fotógrafos podríamos suscribir la afirmación de Masahisa Fukase: “Trabajo para detenerlo todo. Mi obra es una especie de venganza contra el drama de tener que vivir”.
Raúl Lucio, en el texto que acompaña a la imagen, hace un esfuerzo por intentar desentrañar sus significados e intentar percibir la totalidad de información que aporta. Por eso, se pregunta, se plantea cuestiones que intenta responder.
«¿Qué vemos en esta imagen de Rubén García Escalante? Un fondo negro, tres personajes –también vestidos de negro– en pose frontal, mirando a la cámara, desafiándola desde una relajación gestual. Parece un retrato generacional: ¿cuerpos atrincherados en tiempos coronavíricos? El paso del tiempo: ‘El tiempo es mi cuerpo y mi enigma’, en palabras de Francisco Brines».
El comisario de la exposición, continúa reflexionando sobre esta pregunta: «Sí, todos somos una construcción mental, nos recordaba Duane Michals en 1976. Esta imagen contiene genealogía, estirpe… balance dinástico… El paso del tiempo y la herencia ligada a él. Pero hay mucho más: ‘Una sola fotografía puede contener múltiples imágenes’, como ha indicado Daido Moriyama».
Lucio concluye su texto con estas palabras a modo de conclusión: «Fotografiamos a los otros para realizar un autorretrato de la ausencia, de lo que queda, del silencio, porque las fotografías, como ha señalado Daido Moriyama, ‘ son piezas de un mundo eterno y fósiles de luz y tiempo’. Como bien nos recordaba Octavio Paz, Japón nos ha enseñado a sentir con el corazón, frente a pensar con la razón, ofreciéndonos una ventana que nos muestra otra imagen del hombre, otra posibilidad de ser. Nuestra condición humana nos hace olvidar, a menudo, que eso que nos empeñamos en llamar futuro ya está pasando».
La fotografía estará expuesta durante todo este mes de mayo