La Coordinadora Cántabra de ONGDs analiza el trabajo doméstico y de cuidados
Fue uno de los mensajes que lanzó el pasado Primero de Mayo, Día del Trabajo, la Coordinadora Cántabra de ONGDs, recordando que el sector del trabajo doméstico, muy feminizado y en el que en su mayoría trabajan mujeres de otros países, está fuera del radar de los convenios y la protección que brinda el tener una red amplia.
Un asunto en el que profundizarán esta semana, en el seminario ‘Defendamos a quien nos cuida. Cuidado, derechos y trabajo doméstico’ que podrá seguirse este miércoles a las 17.30 horas a través de zoom, desde este enlace: https://us02web.zoom.us/j/83380643460
Se trata de visibilizar las situaciones que viven las trabajadoras del servicio doméstico, en su mayoría mujeres y migrantes, para profundizar y entender las causas de su precarización y ausencia de derechos.
Organizan la Coordinadora Cántabra de ONGDs y Movimiento por la Paz (MPDL, que tiene varios programas de formación a empleadas del hogar o migrantes en general), con el apoyo de la Dirección General de Cooperación al Desarrollo (Consejería de Universidades, Cultura, Igualdad y Deporte) y la colaboración de Cantabria Acoge, UNATE (la universidad permanente) y Fundación PEM (Patronato Europeo del Mayor).
Intervendrán Miriam Brazzam Gonzales, empleada doméstica; Marta Sánchez Tazón, responsable del área de Inserción Sociolaboral de Cantabria Acoge; y Araceli García del Soto, psicólogo colaboradora con organizaciones de apoyo a mujeres migrantes y de derechos humanos, moderadas por Miren Azkue, periodista de la Cadena Ser en Cantabria.
CONTENIDOS
Mirian Brazzan Gonzales, trabajadora interna del servicio doméstico, ofrecerá su testimonio y conocimiento de la situación personal del colectivo y sus dificultades.
Por su parte, Marta Sánchez Tazón, responsable del área de inserción sociolaboral de Cantabria Acoge, que aportará su conocimiento y experiencia del ámbito laboral de este colectivo.
Araceli García del Soto, psicosocíologa, lcolaboradora de UNATE y Fundación PEN, proporcionará una perspectiva más sociopolítica, los DDHH y la perspectiva de género.
Trabajó un año en el equipo de EXILIO de la CEV, Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad de Colombia, hasta diciembre de 2019.
Actualmente sigue colaborando con EQUITAS (organización colombiana
forense y psicosocial), colabora también con organizaciones de apoyo a mujeres migrantes que llegan a la costa Mediterránea (Italia y Grecia), y acompaña a equipos y trabajador@s de derechos humanos en Honduras, Colombia y Guatemala.
Desde 2005 realiza trabajo comunitario, de forma periódica, con víctimas de violencia (étnico-política y de género) en Colombia y Sri Lanka. Colabora con la Corte Penal Internacional (VPRS- Participación y Reparación para Víctimas), impartiendo cursos y talleres (sobre salud y bienestar psicosocial, políticas de reparación y violencia sexual), para víctimas y abogados en La Haya y Kenia.
Es Doctora Miembro del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales, de la Fundación Juan March en Madrid. Ha asesorado Tesis Doctorales en Universidades de España, Sri Lanka y USA, e imparte formación en Masters de Inmigración y Cooperación Internacional, y Cursos de Derechos Humanos. Fue ´Helen Hamlyn Senior Fellow´ en el IIHA, de la Universidad de Fordham, en Nueva York (2006-2009). Los cinco años anteriores fue la Directora de Refugiados, en la Universidad de Pennsylvania (Philadelphia), en el Centro “Solomon Asch”para el estudio de conflictos étnico-políticos.
Se abordarán cuestiones como el perfil socioeconómico de las personas trabajadoras del hogar y los cuidados; (mujeres migradas, Internas, externas, trabajo por hora), el estado de los derechos laborales y su sistema especial dentro del Régimen General de la Seguridad social (sin derecho al paro, o la figura del despido por desistimiento, además que no se aplica igual la Ley de prevención de riesgos laborales).
Asimismo, les influyen las limitaciones que impone la Ley de Extranjería (como la dificultad para acceder a un contrato de trabajo/arraigo) y está sin ratificar el Convenio de la OIT (paraguas internacional para la protección de las trabajadoras).
En materia laboral, las mujeres trabajadoras del hogar y los cuidados se enfrentan a jornadas de trabajo que no se cumplen, vacaciones que no se disfrutan o no se pagan, falta de claridad en cuanto a la carga de trabajo; si son migradas, suman los cuidados transnacionales, el desarraigo, la soledad.., y problemáticas como la situación social: vivienda, exclusión social, pobreza, racismo, xenofobia, machismo.
En la conexión se abordará el desafío social en la temática del hogar y los cuidados, y sus conexiones en el origen de la cuestión, analizando el modelo socioeconómico, la crisis de los cuidados, la perspectiva de género y una crítica desde la óptica feminista.
Finalmente, se prestará atención al estado actual de la problemática de los cuidados, con factores como el envejecimiento de la población, la debilidad del sector público o el impacto de la pandemia, así como la corresponsabilidad, es decir, la incorporación de los hombres al trabajo doméstico y de cuidados.
UN TRABAJO INVISIBILIZADO
Según datos recopilados por Oxfam Intermón, miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs, las mujeres y las niñas realizan más de tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado en todo el mundo, y constituyen dos terceras partes de la mano de obra que realiza este tipo de trabajo de forma remunerada.
Las mujeres y niñas dedican 12.500 millones de horas diarias a ese tipo de trabajo, que engloba actividades como el cuidado de niños y niñas, personas mayores, enfermas o discapacitadas, además de tareas domésticas como cocinar, lavar o ir a buscar agua o leña.
Ese tiempo supone una contribución a la economía mundial de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología, es decir, del gasto total en tecnología que realizan en todo el mundo personas, empresas y gobiernos.
En su informe, Oxfam Intermón muestra cómo el modelo económico sexista está alimentando la crisis de desigualdad.
“El trabajo de cuidados recae principalmente sobre las mujeres quienes, a menudo, apenas tienen tiempo para recibir una educación, lograr un empleo con un salario digno o participar en la toma de decisiones en la sociedad.
Las mujeres y niñas realizan más de las tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado. A menudo se ven forzadas a reducir su jornada laboral o renunciar a su empleo remunerado para poder hacerse cargo del trabajo de cuidados. En todo el mundo, el 42% de las mujeres no puede acceder a un empleo remunerado porque son las responsables del trabajo de cuidados, en comparación con tan solo el 6% de los hombres.
Dedican al trabajo de cuidados no remunerado 12 500 millones de horas diarias. Si este trabajo se remunerase aplicando el salario mínimo, esto representaría una contribución a la economía global de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología.
En países de renta baja, las mujeres de zonas rurales dedican hasta 14 horas diarias al trabajo de cuidados no remunerado.
En todo el mundo, el 42% de las mujeres no puede acceder a un empleo remunerado porque son las responsables del trabajo de cuidados, en comparación con tan solo el 6% de los hombres.
El 80% de los 67 millones de personas trabajadoras del hogar que hay en todo el mundo son mujeres. El 90% no tiene acceso a las prestaciones de la seguridad social y la jornada laboral semanal de más de la mitad carece de un límite de horas.
En España, según recuerda Oxfam Intermón, el trabajo de cuidados no remunerado equivale al 14,9% del PIB, según datos de la OIT de 2018. Las mujeres son el 74,8% de la población trabajadora que recibe los salarios más bajos, mientras que sólo representan el 35,6% de las personas trabajadoras que reciben los salarios más altos.