Noja, Santoña y Corvera de Toranzo elevan su riesgo a muy alto y Santa María de Cayón, Entrambasaguas y Reocín se sitúan en nivel de alerta alto
El semáforo del riesgo de transmisión por Covid-19 de los municipios de Cantabria sitúa esta semana en magenta (nivel de alerta 4) a Noja, Santona y Corvera de Toranzo, con una transmisión descontrolada de casos y riesgo muy alto. El primero escala de nivel 3 a 4 y Santoña y Corvera de Toranzo han pasado de nivel bajo a muy alto en los últimos 7 días.
Además, hay otros tres municipios en rojo, por riesgo alto (nivel de alerta 3) y una transmisión elevada de casos de Covid-19. Se trata Santa María de Cayón, que ha mejorado sus datos respecto a la semana anterior, que estaba en nivel de riesgo muy alto, y Entrambasaguas y Reocín, que aumentan un nivel, del 2 al 3 en el primer caso, y del 1 al 3 en el de Reocín.
Otros seis municipios de la región están en naranja en el mapa Covid-19 de la región: Los Corrales de Buelna, que baja de rojo a naranja; El Astillero, Santa Cruz de Bezana y Colindres, que mantienen el mismo riesgo de la semana pasada; y Santander y Laredo, que incrementan su nivel de alerta desde el amarillo al naranja.
Cantabria en su conjunto ha entrado ayer en el nivel bajo (1) de riesgo, tras consolidar esos datos durante varios días debido a la bajada de la ocupación en UCI por debajo del 10%.
En los 90 municipios restantes se observa una transmisión baja de casos Covid-19 y están todos en nivel de alerta 1, es decir, bajo.
Las nuevas medidas correspondientes al nivel de alerta de cada uno de los municipios afectados entrarán en vigor a las 00.00 del jueves 3 de junio.
SATSE Cantabria denuncia que hay pacientes COVID y no COVID en la misma planta del Hospital Sierrallana
El Sindicato de Enfermería, SATSE, denuncia la existencia de pacientes COVID y no COVID en una de las plantas de Medicina Interna del Hospital de Sierrallana compartiendo personal sanitario y poniendo en riesgo de contagio a los pacientes no COVID.
Además, añaden que desde hoy se han eliminado los controles de visita en el hospital lo que provoca un trasiego aún mayor de gente por la planta aumentando así el riesgo de contagio. El personal que atiende a todos los pacientes es el mismo y parte del material de protección utilizado en pacientes COVID se gestiona en el mismo punto que el utilizado en pacientes no COVID lo que aumenta el riesgo de transmisión de la enfermedad.
Desde SATSE se considera que esta mezcla de pacientes está poniendo en un riesgo innecesario al resto de pacientes de la planta así como al propio personal de enfermería, y “además es innecesaria ya que existen plantas vacías en el hospital de Sierrallana”, según declara Ana Samperio, Secretaria Autonómica de SATSE Cantabria quien además añade “en los demás hospitales de Cantabria se sigue cumpliendo con la separación de pacientes, no debemos olvidar que el virus sigue estando con nosotros y las nuevas variantes no dejan de aparecer en la región”.
«Esta situación, meramente organizativa, en nuestra opinión tiene fácil solución y evitaría así malestar entre el personal sanitario y sobre todo contagios innecesarios», señalan.