Paco Arráez es un compositor acostumbrado a la mezcla musical. Su trayectoria está más ligada al jazz o a la electrónica, pero esta vez ha cambiado su tablero de juego. Es un catalán afincado en Cantabria que se ha unido a un angoleño que vive en Bilbao, John Macaroni. Ya huele a fusión.

Ahora Arráez ha decidido formar pareja y caminar por un lugar que mira mucho más hacia el sur. Aunque no abandone del todo sus raíces, su unión con Macaroni le ha llevado hasta el sur de la península y más allá, porque su nuevo compañero está mucho más versado en sonidos del continente africano.

Nos lo explican en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM, previa a su actuación de este jueves (20:00) en el Centro Cultural Eureka de Santander, que empieza a retomar el pulso tras la larga temporada de restricciones por la pandemia. Cuentan también que ha costado un año hacer el disco, con las dificultades añadidas de no poder verse por el cierre perimetral de las comunidades.

En esta primera colección de canciones cálidas y fronterizas, los géneros musicales no importan. Los aires del Atlántico africano se dan la mano en el Cantábrico- donde se ha generado el proyecto- con ecos mediterráneos.

El resultado es un disco para disfrutar de día y de noche, energético y vitalista, urbano, pero que también suena a tradicional.

Los ritmos del baile kizomba y la tarraxinha se entremezclan con el flamenco, y dan paso a nuevos sonidos cercanos al afro house, el afro bit y el chill out. La colaboración del inefable guitarrista Luis Cuadrench aporta a este paisaje sonoro aromas de highlife y son cubano.

Lacrao surge de la colaboración entre el barcelonés Paco Arráez y el angoleño John Macaroni. Después de su encuentro en Cantabria, el productor africano propone al músico catalán el reto de componer una colección de temas instrumentales inspirados en los ritmos y melodías de su niñez y adolescencia.

Arráez, bajista de jazz de formación, instrumentista inquieto e inconformista, que en los últimos años se ha entregado en cuerpo y alma a la electrónica experimental y al noise, queda sorprendido por la fuerza de una rítmica que desconoce y que le atrapa desde el principio.

La trayectoria musical de J. Macaroni, un gran aficionado a los ritmos africanos contemporáneos que llegó a formar varias agrupaciones en su país, fue interrumpida por la guerra de Angola y los avatares de una vida en el exilio. Siempre atento a las expresiones musicales de la África atlántica y austral, su oído experto le empujó a convertirse en productor musical para dar cuerpo a Lacrao.

Nzinga Mbandi, título del debut del duo afro-catalán, rinde tributo a la mujer que opuso resistencia a la colonización europea, coronada como reina de Ndongo y Mataba en el siglo XVII.

El trabajo cuenta con el diseño de Dani Torralbo, con J. Macaroni, compositor y productor; Lluis Cuadrench, guitarra y arreglos; Nacho Miralles, batería y percusiones; Paco Arraez, compositor y bajista y Javi Escudero, ingeniero de sonido.