¿Por qué proteger la Tierruca?
Don Quijote vuelve a ser actualidad: cientos de personas toman las calles luchando contra gigantescos molinos de viento devastadores para nuestra tierra.
¿Cuál es el lado oscuro de esta producción de energía renovable?
Alrededor de 500 molinos quieren instalar en Cantabria, el mismo número de personas que este sábado se concentraron en Reinosa para mostrar su desacuerdo ante los proyectos relativos a 35 parques eólicos en Cantabria. Intentarlo con tantos a la vez es la estrategia para conseguir el objetivo de que al menos algunos cuajen, pues instalar todos sería una auténtica barbarie contra la naturaleza y por tanto contra todos los que habitamos esta preciosa tierra.
El 40% de los parques eólicos se están colocando de forma fraudulenta, según afirmaciones de la propia SEO, y prueba está que los jueces han paralizado ya varios parques en León y en la Comunidad valenciana.
La solución de la crisis climática no puede ir en contra de la protección de la biodiversidad que afecta a la flora, destruirán aves rapaces por doquier alimentando a los buitres que tengan la suerte de no caer en sus aspas y provocará la pérdida del patrimonio de la identidad cántabra.
La banca mundial está dedicando miles de millones de euros a financiar proyectos renovables. Renovable no significa inocuo para la salud: el tamaño de los megamolinos actuales es de 162 a 200 metros, ¿por qué tan grandes? para generar más potencia, para exportar y no para abaratar la factura energética.
El impacto negativo es ambiental, paisajístico, visual y acústico, produciendo consecuencias letales para las aves y daño en la salud a los vecinos pasiegos y campurrianos.
Esta ambición de obtener megawatios provoca un daño irreparable en cuanto al éxodo rural, las viviendas se devaluarán porque nadie querrá vivir cerca de estos parques eólicos, afectará negativamente al turismo local y además afectará a la ganadería extensiva y a la salud humana.
«Cualquier persona que viva a una distancia inferior a 6 km de un parque eólico, debería ser avisada de las consecuencias que puede tener para su salud y calidad de vida». (Libro El Síndrome del aerogenerador, Doctora Nina Pierpont, Universidad de Columbia, EEUU.) Después de casi 20 años de implantación de parques eólicos en Dinamarca, Francia, Bélgica y Holanda, se conocen ya los graves problemas que provocan en la salud de las personas, hecho que ha acarreado la paralización eólica en Australia.
Se recomienda la ubicación de los aerogeneradores a una distancia de al menos 2 kilómetros de las viviendas. Sin embargo, algunos parques eólicos están ya construidos o proyectados a menos de 500 metros de áreas residenciales. Los ultrasonidos pueden ocasionar dolores de cabeza, problemas de sueño, pesadillas nocturnas y problemas de aprendizaje en niños, zumbidos en los oídos, irritabilidad, ansiedad, depresión, problemas de concentración y memoria, de equilibrio, mareos y náuseas, cansancio extremo y neurosis. El efecto estroboscópico o «efecto discoteca», que provocan las sombras parpadeantes proyectadas por las aspas al girar cuando el sol está detrás de los molinos, es muy estresante y se asocia incluso a ciertos problemas como ataques epilépticos. Suponen un motivo relevante de estrés y de pérdida de calidad de vida para las personas que viven cerca o rodeadas de molinos.
No se trata de estar a favor o en contra de generar energías renovables, se trata de analizar cómo, cuándo, por qué y para qué y esto es un proceso de participación democrática y transparente a través de concejus, organización tradicional comunitaria de Cantabria, una de las señas de identidad que nos definen como pueblo para gestionar el bien común de nuestro entorno.
Se están presentando alegaciones y organizando charlas informativas por los pueblos, por lo que alentamos a todos a informarse antes de posicionarse, ya que nuestros políticos se muestran en ocasiones defensores de la región y son como el Tío Gilito apoyando estos proyectos sin analizar las consecuencias, porque el interés económico justifica todo sacrificio…
La sostenibilidad no es una utopía y la gente de a pie se moviliza porque no quiere energía a cualquier precio, planteándose analizar las necesidades energéticas reales y buscar alternativas, así como hacer un autoanálisis de la responsabilidad individual y colectiva en torno al gasto energético, reduciendo el consumo y la necesidad de depender de las empresas eléctricas que tanto nos sangran en las facturas. Un dato reseñable es que uno de cada cuatro hogares cántabros integrados por personas desempleadas está en situación de pobreza energética. Un estudio determina que el perfil de los hogares españoles en situación de pobreza energética están ubicados en áreas rurales o con menor densidad de población; viven en régimen de alquiler, y en zonas con condiciones meteorológicas extremas y son hogares sustentados en buena parte por mujeres.
Apostamos firmemente porque estos proyectos no se implanten, no los queremos «ni aquí ni en ningún lado, lo que no quiero para mí no lo quiero para nadie».
La Plataforma para la Defensa de los Valles del Sur de Cantabria ha elaborado una entrada en su blog en el que explican los 36 proyectos.