Un festival multidisciplinar, dinamizador y solidario
El pasado jueves, cientos de personas se dieron cita en el Palacio de Soñanes para asistir al Festival Internacional de Villacarriedo, un evento muy especial. Especial por varios motivos. El primero de ellos, por la situación sanitaria frente a la que luchamos desde hace año y medio y que, llegado el verano, hace que nos mostremos necesitados de aire, de convivencia y de disfrutar de la cultura. El segundo, por sus objetivos: promocionar los valles pasiegos y reactivar la actividad cultural, que tan importante e influyente ha sido históricamente en los veranos de Cantabria. El tercer motivo, por el destino de los fondos recaudados. La Asociación de Creadores de Cantabria, organizadora del festival, decidió que estos fueran para Cáritas Diocesana de Santander.
El verano ha traído datos negativos en lo que a la pandemia del coronavirus se refiere, con un aumento desbocado de la incidencia acumulada y de los datos de personas hospitalizadas e ingresadas en UCI. Tras año y medio de resistencia, de lucha y de incertidumbre, la llegada del verano demuestra que echamos de menos eventos, cultura y encuentros, convivir, en definitiva, con los demás.
Pese a la dificultad de las circunstancias, la organización del festival ha demostrado que ante todo ha primado la meticulosa aplicación de las medidas sanitarias exigidas: toma de temperatura previa a la entrada al recinto, dispensación de gel y mascarilla FFP2 antes de acceder; distancia de seguridad en los jardines, lugar en el que se llevó a cabo el evento y control constante para que todo se cumpliera.
Los objetivos del festival, relanzar las industrias culturales y promocionar el entorno, se plantean en un contexto de dificultad, de cambio de costumbres y de paradigma. Pese a ello, más de 200 personas se dieron cita en este encuentro, cuyos fondos recaudados serán destinados a Cáritas Diocesana de Santander para financiar los proyectos contra la pobreza y la desigualdad que esta organización desarrolla en nuestra región.
En la organización, montaje y puesta en escena del festival participaron más de sesenta personas (artistas, diseñadores, modelos, estilistas, vestuaristas, técnicos de sonido y montaje, etc), mayoritariamente jóvenes comprometidos que apuestan por el talento y el emprendimiento creativo como motores de dinamización y transformación social, poniendo en valor el papel estratégico de las industrias culturales y creativas (ICC) en el proceso de recuperación económica que vivimos actualmente.
Actuaron los cantantes Jimmy Barnatán y Mikan, el guitarrista Sergio González, el violinista Carlos Tego, los djs Rubén Lastra y Diego Orcaray, los bailarines Monty Lima y David López, así como las pandereteras del grupo ‘La Zamina’ Rocío Fernández y Vanesa Fernández. La diseñadora de sombrerería artesanal María José Pereda de Castro llevó a cabo la performance de arte y moda ‘Mujeres libres celebrando la vida’, tras la que intervinieron las escritoras Concepción Revuelta, que anticipó el lanzamiento de su nueva novela sobre narrativa costumbrista de género ‘Días grises con cielo azul’, así como Rosa Pereda, que dio lectura al Manifiesto Villacarriedo 2021 para la reactivación de las industrias culturales y creativas.
Por su parte, el pintor realista Jose Higuera invitó a los asistentes a la exposición de sus obras, que albergará el Palacio de Soñanes durante el mes de agosto. Y, como colofón del festival, la reconocida diseñadora boliviana de raíces cántabras afincada en Miami, Rosita Hurtado, presentó su nueva colección de novias ‘Dreaming’, junto con los creadores campurrianos de arte floral Carmen Muro y Cheward Román de ‘Siempreprimavera’. Finalmente, con su exhibición de salto pasiego, el joven saltador, Juanín Ortiz, reivindicó el recambio generacional de esta ancestral modalidad deportiva de la zona pasiega, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI.
Un festival cargado de arte, de cultura y de vida frente a la situación sanitaria y al cambio de modelo de promoción artística y cultural que desde la organización has sabido interpretar y aplicar de manera adecuada para adaptarse a los nuevos tiempos, que parece que han llegado para quedarse.