«Cuando no hay información, el hueco lo llena la desinformación»
Estas dos periodistas han venido a Santander para participar en unas jornadas sobre la transparencia informativa en la gestión de la covid-19, convocadas por el Gobierno de Cantabria con motivo del 35 aniversario del Centro de Estudios de la Administración Autonómica de Cantabria.
Tanto Clara Jiménez como Ana Tudela han echado en falta que la información fluyera de una manera más «activa» y menos «defectuosa» hasta la ciudadanía por parte de las instituciones, y lo han hecho en sendas entrevistas concedidas a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM. Es lo que Jiménez llama la «transparencia directa», es decir, «que las administraciones ofrezcan datos y no haya que ir a pedírselos, y esto es de lo que más ha fallado durante la pandemia».
Además, la responsable de Maldita.es explica el efecto que se produce: «cuando no hay información, el hueco lo llena la desinformación». Se refiere al gigantesco volumen de mensajes que nos han llegado respecto a situaciones muy variopintas de este último año y medio largo, con mensajes de WhtasApp y de otras redes sociales, audios y vídeos que nos trasladaban supuesta información sobre lo que pasaba en casi cualquier rincón del mundo.
Ella entiende parte de la «falta de información era inevitable por ser una enfermedad nueva, pero otra parte de la desinformación se podía haber evitado, con transparencia institucional», para que la ciudadanía conociera mejor cómo evolucionaba la pandemia y qué reflejo tenía eso en muchos indicadores que no estábamos acostumbrados a conocer.
Tudela es cofundadora de Datadista, y se ha encontrado con el mismo problema. Incluso a nivel de pura logística de manejo de datos, porque la información les llegaba en formatos que no están preparados para soportar todo lo que había que contar en un momento como este. Por eso pensó que, si para su equipo había problemas, es que «los había para todo el mundo». Inciden ambas también en que una manera más transparente de hacer las cosas ayuda a «tranquilizar» a la población.
La adaptación a los cambios también fue complicada para Maldita.es, porque tuvieron que trabajar más para verificar todos esos mensajes que les llegaban. «Ha sido difícil para los verificadores y nos ha influido personalmente», reconoce.
Además, este medio de comunicación ha t0mado relevancia en los últimos tiempos, se ha convertido en una forma de consultar si todo lo que vemos es cierto, y también «nos hemos convertido en arma arrojadiza entre los partidos políticos», lamenta.
Se les ha achacado que no verificaban todo, que tenían lagunas a la hora de analizar la información, pero Jiménez recuerda que ha habido varias cosas durante la pandemia que han terminado por conformar, como el Comité de Expertos que citó el Gobierno, y que en realidad no existía.
En Datadista llegaron a abrir la información que tenían, hacerla pública. Y eso fue algo útil también para los científicos, que podían tirar de esas bases de datos para completar lo que conocían de determinados aspectos e incluso para incluirlas en publicaciones de su ámbito. Es decir, que se acababa articulando una «colaboración con la comunidad que usa los datos».
También han llegado al punto de ingeniárselas para intentar difundir los datos de una manera más comprensible, como haciendo «vídeos animados para explicar lo que nos llegaba, como la legislación», algo de gran relevancia en estos tiempos excepcionales.
El trabajo sigue avanzando para proyectos como estos. Jiménez advierte de que los «desinformadores han aprendido a esquivar determinados elementos de la verificación» para poder hacer llegar sus mensajes, y por eso recomienda no sólo desconfiar de todo lo que te llegue, sino también «sospechar de lo que te llegue y que coincida con tu sesgo, porque cada uno tiene su idea preconcebida» y debe cuestionarse las cosas, aunque coincida con su manera de pensar.