Luis Torcida es buceador profesional. Tiene 57 años y ha ejercido la profesión durante 35.

Luis Torcida Camacho. Buzo cántabro. 58 años

Defiende que se trata de un trabajo de especial riesgo y por eso lleva más de 15 años en la lucha sindical reclamando que, al igual que se hace con marinos, pescadores o mineros, se les apliquen los coeficientes correctores.

Esto lo que supone es que por cada x años trabajados se incrementa el tiempo para que al final la edad de jubilación se pueda rebajar. Pero los años pasan y su demanda no deja de ser una reivindicación.

Pepe Gestido , Buzo Gallego. 61 años y trabajando cada dia

«¿Pero tú te puedes imaginar a una persona de 60 años cargando con un equipo que pesa, como poco, 40 kilos, para bajar al agua?», plantea.

Está convencido de que, como el de los buceadores profesionales es un sector muy reducido, a la administración no le preocupa demasiado encontrar soluciones «así que solo nos dan largas, pero ninguna respuesta que solucione el problema», explica.

Luis Torcida recuerda que es una profesión considerada de especial riesgo y, además, se trabaja en un medio hostil, lo que provoca que, a medida que van pasando los años, aumentan los problemas físicos y se desarrollan enfermedades profesionales además de que se incrementa el riesgo de accidentes. Estas son las razones por las que muestra su convencimiento de que deberían de poder jubilarse antes de los 66 años que marca la ley actualmente.

A -6 grados tras salir del agua. Limpieza de un buzo

No son muchos, algo menos de 100 en Cantabria, pero su trabajo es esencial, como se encarga de recordar Luis. «Somos nosotros los que nos dedicamos al mantenimiento de los puertos, de los puentes del tren que pasan por un río, de las instalaciones hidroeléctricas, de la parte sumergida de las infraestructuras de los pantanos que abastecen de agua a la población, de la reparación de los barcos…. incluso recogemos el agar agar, un alga de vital importancia para la industria farmacéutica. También trabajamos en acuicultura….. el abanico es enorme», explica.

Pepe Gestido tiene 61 años y sigue en activo porque no le queda otra. En la misma situación está el cántabro Francisco Javier Gómez. Una jornada de trabajo obliga a cargar con el equipo necesario para poder respirar y garantizar el soporte vital necesario antes de sumergirse en unas aguas que pueden estar más o menos frías, más o menos calmadas, en función del momento y el lugar. Cuando estalló la pandemia, estaba trabajando en Perú y tuvo que ser repatriado por el Ministerio de Asuntos Exteriores después de que lanzara un SOS a través de redes sociales.

Antonio Antolin. Buzo. 56 años

Tras toda una vida sumergiéndose, creen que es hora de poder jubilarse con todas las garantías y esa es su lucha fuera del agua.

«Es que no es justo para nosotros. Muchos compañeros fallecen antes de alcanzar la edad de jubilación o desarrollan enfermedades con secuelas irreversibles por el tipo de trabajo que hacemos, no por otra cosa», añade Torcida.

Pero, de momento, nada. A lo largo de los años, Luis Torcida ha participado en las mesa de trabajo con la Dirección General de la Marina Mercante, con el Ministerio de Fomento y con todos los estamentos o administraciones del país que tienen vinculación con el mundo del buceo profesional, pero la realidad es que no se ha avanzado nada.