FECAV-Mujeres Vecinales ha criticado la campaña “de odio” promovida desde la Asociación Católica de Propagandistas que ha podido verse en distintas ciudades, entre ellas Santander, en la que se asegura que se quiere legislar contra los rezos frente a clínicas abortistas (en realidad es frente a las acciones que impiden que las mujeres que acudan allí puedan hacerlo en las condiciones que ellas quieran).

Esta entidad ha mostrado en un comunicado su “indignación y repulsa” frente a esta campaña, que con el lema “Rezar frente a una clínica abortista esta genial”, es definida por la propia organización como “gamberrada”.

“No se puede calificar de este modo, casi simpático, una campaña que promueve el acoso, las coacciones, las amenazas y la extorsión hacia la mujer que ejercen su legítimo derecho a la interrupción voluntaria del embarazo”, responden.

Y recuerdan que “ninguna mujer se somete a un aborto a la ligera”, como parecen querer quienes se plantan frente a ellas en las clínicas y las presionan para cambiar de opinión en el último momento. Al contrario, “es una decisión dolorosa y siempre meditada, valorando todas las posibilidades antes de asumirla”, que parte ya de un proceso de reflexión.

De modo que “cuando acude a una clínica para la interrupción del embarazo (casi siempre privada, por la falta de hospitales públicos que puedan garantizar el ejercicio de este derecho) no necesitan el consejo ni la tutela de nadie, sino tranquilidad, apoyo y solidaridad” en un momento difícil en el que se encuentran “todo lo contrario: acoso callejero y la criminalización que llevan a cabo estos grupos ultracatólicos”. Eso, y no rezar, es lo que se va a tipificar como sancionable.

En este sentido, recuerdan que el rezo, como manifestación religiosa, es un acto “circunscrito a la esfera privada, o a los espacios del colectivo que profesa una determinada religión”.

E inciden en que la mayor parte de las religiones “lo entienden como un acto en positivo”, y no en la línea que estas acciones políticas, “como una forma de ataque”, prácticamente un rezar contra en lugar de rezar por.

“Este tipo de manifestaciones intimidatorias no tiene cabida en ninguna sociedad democrática, y menos aún en un estado aconfesional como el nuestro”, insisten.

Desde FECAV-Mujeres Vecinales proponen a la organización promotora de la campaña invertir el dinero de la campaña con la que se justifican estas coacciones en la mejora de las condiciones de vida de mujeres, niños y niñas en condiciones de vulnerabilidad: centros de acogida de menores y jóvenes, mujeres víctimas de trata o de violencia de genero…

“Y esperamos que las autoridades retiren de forma inmediata los carteles de nuestras ciudades y adopten las sanciones o las acciones legales oportunas, además de poner los medios para que nunca más se puedan dar estas situaciones de ataque a la libertad y los derechos de las mujeres”, añaden.