Hace un año que Ecotierruca abrió sus puertas en Santander para ofrecer comida sana para llevar, de esa cocinada sin prisa y hecha con productos locales. Pero detrás del proyecto hay mucho más. Hay una intención clara de reducir las emisiones de CO2, de minimizar el uso de plásticos, de reciclar, de no incluir aditivos químicos y de consumir energía verde. Ensaladas, menestras, guisos veganos, legumbres, pisto, carnes…. la carta es amplia y cada semana se actualiza.

Ellos explican que su filosofía pasa por ofrecer comida diaria, sana, sostenible, equilibrada, a precios justos y producida por una cooperativa de alimentación consciente basada en productos frescos, locales y de temporada.  Para ser más sostenibles, recomiendan a sus clientes llevar sus propios tuppers, pero ofrecen la posibilidad de utilizar los envases reutilizables que ellos tienen u otros compostables de los que también disponen en el establecimiento.

Ecotierruca aúna el apoyo a la producción agroecológica de circuitos cortos de la región, con la transformación y distribución de alimentos a través de una cocina industrial, un punto de venta Take Away y un pequeño catering de colectividades, con el doble objetivo, de reducir el precio actual de la alimentación y sus efectos colaterales sobre el cambio climático.

Están en la calle Honduras, 16, justo detrás de la oficina de empleo de Los Castros

Un año después de su apertura, una de sus responsables, Maybe Arce, explica que este año les ha servido para coger confianza en su forma de trabajar y también crear un vínculo muy cercano con las personas  a las que ofrecen el servicio: «Uno de nuestros objetivos iniciales era el de generar una comunidad, una especie de familia en torno a Ecotierruca y eso lo hemos conseguido. Es muy bonito. La gente nos transmite sus necesidades  específicas y, en la medida de lo posible, personalizamos las recetas y los platos. Cada vez elaboramos recetas más sotsenibles, también veganas, y platos con ingredientes lo más naturales que se pueda. Todo lo hacemos aquí, en nuestra cocina».

El objetivo ahora, una vez pasado ese primer año, es llegar a más personas y centrarse en el acompañamiento nutricional. Se sienten recompensados por el cariño y el apoyo que han recibido de la gente durante estos 12 meses. «Es un orgullo haber generado este espacio donde la gente coincide y se potencia el sentido común de barrio. la gente que viene conoce aquí los productos locales, se interesa por los proyectos que la gente está poniendo en marcha aquí cerquita, como los huevos de Montesclaros, que son fantásticos y así entre todos damos valor a lo que hacemos. Eso nos hace fuertes porque creemos que es la forma de hacer las cosas. La comunidad que tenemos es muy potente para hacer un cambio a mejor y una vida más social, más sana y más saludable».

LOS CLIENTES OPINAN

Los clientes, esos que han generado comunidad en torno a las cocinas de ecotierruca, valoran  lo que este proyecto ha supuesto para su día a día y así se lo han contado a EL FARADIO

Mónica Bermúdez asegura que Ecotierruca ha  aportado calidad y bienestar «porque sé que la comida y los productos para la elaboración siguen criterios que yo en mi compra del día a día igual no los seguía, también por falta de conocimientos y agradezco mucho ese trabajo que hacen porque va más allá de la elaboración. Aporta  mucho bienestar por la tranquilidad en lo que se come, porque todo ronda alrededor de los cuidados y del bienestar»,

Eva Sañudo es proveedora de la finca ecológica la Garita. «para mí, Ecotierruca ha sido una apertura para dar salida a nuestro producto. Ha conseguido que la comida para llevar deje de estar asociada a comida rápida y de calidad terrible. Ha redefinido el concepto de alimento ya cocinado l con una calidad superior y productos de cercanía y ecológicos. Ha cambiado totalmente el concepto de comida para llevar».

Rosana es uno de los clientes que acude con sus propios tupper a Ecotierruca: «para mí, es un proyecto que está lleno de valores que representan gran parte de lo que yo creo que constituye una sociedad más justa. Todo esto que tiene que ver con sostenibilidad, cercanía, justicia social y todos esos aspectos. Además, ha mejorado mi vida porque como más saludablemente con productos de aquí cerca».

Sergio es uno de esos vecinos que hace comunidad en torno al proyecto: «Ha sido una suerte tenerlos tan cerquita y poder disponer de un alimento como el que nos daban nuestras abuelas, sano y que te permite arrancar luego a todo lo que tengas que hacer, sin aditivos químicos y comida saludable. Además, está atendida por gente muy cercana. Espero que sean muchos los años que permanezcan a nuestro lado».

Ilde Váquez es otro cliente que reconoce que para é, Ecotierruca ha sido un descubrimiento importante: » Es una suerte tener la posibilidad de comer sano, rico, a un precio muy económico y, algunas semanas, todos los días. Me permite cuidarme un poco, porque yo soy bastante bardal a la hora de cuidarme. Yo creo que me ha salvado y que sin Ecotierruca pesaría muchos kilos más. Además la gente es muy maja y lo paso un buen rato cuando estoy allí.  Ojalá sigan muchos años. Yo seguiré siendo cliente habitual aunque me mude a la otra punta de la ciudad. Comida sana, comida rica y comida ecológica. No se puede pedir más».

Diegu San Gabriel destaca que «Ecotierruca es lo que yo le pido a una iniciativa económica. Gente maja, comprometido con la sociedad en que se asienta, que ofrece un producto de calidad a un precio popular. Ojalá podamos ir teniendo en cCntabria poco a poco iniciativas así para toda actividad productiva. De momento lo tenemos para comer que es uno de los pilares para la vida y la felicidad».

Andrea Rodríguez está convencida de que además de ser una comida extraordinaria «está cocinada con mucho amor. para mí es un gran apoyo ya que, dadas las circunstancias de la vida moderna, cocinar es un lujo y que alguien lo haga con tanto cariño para ti y que lo puedas comer con la confianza de saber que es algo casero y que se lo puedo dar a mi hijo con toda confianza porque los ingredientes son fantásticos y cocinados con mimo es algo estupendo. Además, han generado un ambiente en el barrio muy positivo. Se transmite amor desde su local y se siente que hay personas con amor detrás de la barra; gente que cuida de las personas del barrio, que se preocupan por todos. Hacen una labor fundamental no solo alimentándonos sino labor social».

LA HISTORIA

Desde junio de 2017, un colectivo de personas comprometidas levaban reuniéndose, trabajando y visitando otros proyectos por toda la geografía española para establecer otro modelo de cocina “posible” que desde la economía social propicie una alimentación consciente, saludable y sostenible, constituyéndose como un verdadero proyecto de economía local resilente.

En marzo de 2018, crearon sucooperativa integral, que pivotando sobre sus personas socias de trabajo, sumaba a personas socias colaboradoras, personas socias de consumo y personas socias de servicio en una misma Coop.

Los valores de sus promotores, les llevan a «trabajar desde la pasión, para ser un proyecto generador de cambios y con transcendencia social, basado en el compromiso, la cooperación, la corresponsabilidad y la transparencia, para con mentalidad abierta y creativa buscar soluciones en la intersección entre la alimentación, medio ambiente y sociedad».

El proyecto, en 2018, obtuvo dos grandes reconocimientos, el Premio de Emprendimiento Social de la Universidad de Cantabria en su primera edicion (Abril 2018) y el Premio al Mejor Proyecto de la III Edición del Programa Coworking de Santander (Octubre 2018). Lo cual nos ha reafirmó en nuestras ideas y valores, y en la viabilidad y sostenibilidad de las mismas.

Una vez iniciada su actividad en julio de 2018, durante casi tres años trabajaron para poder disponer de una nueva cocina industrial climática para poder dar un mejor servicio a colectividades del área metropolitana de Santander, y a la vez poder contar con un punto de venta propio para poder llegar a servir a más personas de forma directa.

En 2021 las tres socias trabajadoras actuales, consiguieron su sueño de poder ofrecer este tipo de alimentación saludable y sostenible a “precio justo” a todas las personas residentes en los barrios de Santander (familias, estudiantes, trabajadores, personas que viven solas…), a través de una pequeña tienda de distribución de nuestros menús anexa a la cocina  en la Avda de Honduras, 16 bajo izquierda de Santander. Un Punto «Take Away» para poder poner los menus a disposición de la población de Santander como si de otra colectividad se tratará, ayudando a frenar la exclusión social que genera el consumo del bien más esencial y universal, y aun pendiente de “democratizar”, como es el alimento diario.

Además esta tienda, sirve para constituir un punto de encuentro entre personas consumidoras del take away / catering y personas productoras y proveedoras del mismo, para posibilitar una relación directa, más justa y transparente entre ellas. generando un circulo virtuoso entre su cocina, sus clientes y sus proveedores que se retroalimenten entre sí y ayuden a rentabilizar las pequeñas explotaciones agroecológicas de cercanía y a reducir el precio de nuestros alimentos.

SOLABRIA

La Cooperativa utiliza únicamente energía renovable procedente de la Cooperativa cántabra Solabria renovables, «un proyecto indispensable para la región, que cuenta con todo nuestro apoyo para poder cambiar entre todas el actual modelo energético por otro más democrático, social, distribuido y sostenible. Únete al cambio!!»