La campaña Mil millones de voces reivindicará la importancia y cuidado al personal docente, con motivo de la Semana de Acción Mundial por la Educación, que se celebrará del 25 al 30 de abril.

La campaña #MilMillonesDeVoces, liderada por la Campaña Mundial por la Educación (CME), arrancó en 2021 con el objeto de abordar urgentemente la crisis educativa global que la pandemia del COVID-19 ha agravado en estos últimos dos años y que está impidiendo que millones de niños, niñas y jóvenes accedan plenamente a una educación de calidad transformadora, inclusiva y equitativa.

Así, desde la campaña y desde la Comisión de Educación de la Coordinación Cántabra de ONGDs se reivindicará tanto el valor de la profesión docente como las difíciles condiciones de trabajo.

De la pandemia, se pone en valor su trabajo para garantizar que la continuidad del aprendizaje durante la pandemia, incluyendo un apoyo al alumnado más allá de lo docente, así como la atención a los más vulnerables.

Y señalan factores que ya se venían produciendo, como la sobrecarga de trabajo, el estrés acumulado…, que se traducen en desmotivación, bajas por enfermedad, absentismo y un bajo rendimiento laboral, por lo que reclaman que se cuide la salud mental de los profesionales.

DESIGUALDADES GLOBALES EN LA EDUCACIÓN, AGRAVADAS CON LA COVID

La campaña Mil millones de voces recuerda que el acceso a la educación no está garantizado a nivel mundial: ya antes del estallido de la pandemia había 258 millones de niños, niñas y adolescentes en el mundo sin escolarizar.

Desigualdades agravadas con la COVID-19: en su momento más crudo de la pandemia, el cierre de escuelas afectó a más de mil quinientos millones de estudiantes (prácticamente el 90% de la población estudiantil del mundo). El cierre en lo sitios en los que no se pudo arbitrar solución tecnológica se ha traducido en un equivalente a la pérdida de un año de formación.

Desigualdades que se agravan en el caso de las niñas, que en los países en desarrollo están más expuestas al abandono escolar.

Además, el Banco Interamericano de Desarrollo estima que, debido a la pandemia, la brecha de aprendizaje entre el alumnado más rico y el más pobre se ha ampliado en un 25% (equivalente a más de seis meses de escolaridad).

En el caso de España, donde la población estudiantil asciende a 8 millones de personas, la pandemia ha puesto en evidencia que quienes estaban en situación de vulnerabilidad social o económica previamente a la pandemia, pueden ver reducidas sus posibilidades de acceso, aprovechamiento y permanencia en una educación de calidad y equitativa. Un ejemplo de ello ha sido, con los cierres escolares, la brecha digital: entre los hogares españoles más de una de cada cuatro viviendas en situación de pobreza (26,6%) no dispone de ninguna clase de ordenador.

Como ejemplo, la Fundación Secretariado Gitano advierte de que el 79% de la población gitana se ha visto afectado por esta brecha (no dispone de un ordenador en casa).

De hecho, España es el sexto país europeo con tasas más altas de segregación educativa y sigue encontrándose en una tendencia ascendente en la última década.

LA RECUPERACIÓN

Tal y como señalan, “la recuperación de la educación se hará realidad si se lleva a cabo mano a mano con los y las docentes, alzando su voz y dándoles espacio para participar en la adopción de decisiones y respetando sus conocimientos pedagógicos y su experiencia para re-imaginar la salida de la crisis y construir sistemas educativos más resistentes”, abarcando la atención a la diversidad, la lucha contra la exclusión, el cuidado de la salud mental…
La campaña Mil millones de voces quiere mostrar a los propios estudiantes el papel fundamental que tienen los docentes.

Sus mensajes reclaman más apoyo y más agilidad en las medidas relacionadas con la educación, una financiación adecuada a las necesidades y a las situaciones de emergencia, evitando además los recortes y garantizando el derecho a la educación en la población refugiada o desplazada. La formación y el apoyo a los propios docentes son otras de las reivindicaciones de la campaña,

Y se alude a todo lo relacionado con la educación incluido en los ODS, los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En cuanto a la situación en España, piden al Gobierno que focalice los incrementos presupuestarios en educación en aquellos colectivos más vulnerables, así como aumentar los recursos internos disponibles para la educación y otros servicios públicos a través de la reforma fiscal, y  promover la inclusión equitativa y sostenible en los sistemas educativos nacionales para las personas refugiadas, solicitantes de asilo, repatriadas, apátridas y desplazadas, reforzando un sistema que garantice que estas personas reciben el apoyo necesario para continuar su aprendizaje en las comunidades de acogida.