Las familias del instituto Cantabria pedirán en los tribunales medidas cautelarísimas para detener las obras de la gasolinera
Las familias del instituto de educación secundaria Cantabria, en La Albericia, llevarán a los tribunales su lucha para detener las obras de la gasolinera que se proyecta literalmente al lado, y que sería la cuarta en la misma calle, en una zona que, pese a albergar un centro educativo, está rodeada de instalaciones industriales: polígonos, naves, talleres mecánicos o hipermercados.
Ya han tomado ese acuerdo, primer paso de un proceso judicial que asumen que les costará tiempo y recursos económicos, según trasladan desde el AMPA a EL FARADIO.
Las medidas cautelarísimas son aquellas que se piden de urgencia al juzgado para detener el proyecto o acción cuyo daño se teme, para evitar que una resolución judicial contraria llegara cuando la obra, y el daño, ya estuviera hecho.
Las cautelarísimas tienen la particularidad de que se hacen sin tener que recurrir a escuchar a las partes, simplemente cotejando la petición. Si se aceptan, se para la obra. Si se rechazan, se puede pasar ya a las cautelares, igualmente urgentes, pero no tanto.
Las familias han mantenido ya contactos con todos los responsables municipales con competencias en el asunto, desde licencias a urbanismo, constatando la disconformidad de todas las partes con la instalación de la gasolinera, si bien también se les traslada que no se puede hacer nada.
También quieren elevar el caso a la administración autonómica, en especial a Educación, pero también a Medio Ambiente, desde donde se emiten informes como el de Comprobación Ambiental, que, al igual que todos los emitidos hasta la fecha, han sido positivos, lo que para las familias evidencia que con las normas actuales en la mano, cualquier colegio cántabro podría tener una gasolinera al lado.
De modo que de momento lo que se plantean, sin perjuicio de otras medidas, es acudir al juzgado, y conseguir también que aflore alguna interpretación sobre los informes.
Además, hay una recogida de firmas en Change.org, en la que argumentan perjuicios como el constante trasiego de coches (que se suma al ya existente en la zona, con tres gasolineras, tres hipermercados que van más allá de la compra diaria, al menos una decena de talleres mecánicos y varias naves industriales), además de la contaminación acústica y de gases , con surtidores a apenas diez metros de las ventanas.
Un estudio publicado en ‘Journal of Environmental Management’ y elaborado en la Universidad de Murcia demuestra que el aire de las gasolineras y de sus inmediaciones está sobre todo afectado por las emisiones procedentes de la evaporación de los combustibles de automoción (sin quemar, derivadas de las operaciones de carga y descarga, repostaje y fugas líquidas) altamente contaminantes como el benceno (que incrementa el riesgo de padecer cáncer) e hidrocarburos (vinculados a casos de leucemia infantil) .
RECOGIDA DE FIRMAS EN CHANGE.ORG
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