PP y Vox se desmarcan de una declaración institucional de condena al ataque a ALEGA y EUREKA
El cariño acumulado durante estos años de trayectoria reivindicativa de ALEGA ha hecho que este histórico colectivo de defensa del colectivo LGTBI en Cantabria se ha traducido en decenas y decenas de muestras de apoyo tras el ataque en forma de pintada con un amenazante “Alega fuera” que apareció este miércoles en la sede del Centro Cultural Eureka, que es el lugar en el que se celebran sus reuniones. Tanto ALEGA como EUREKA han presentado ya sus respectivas denuncias ante la Policía, tanto por daños como por delito de odio, mientras la Policía trabaja en averiguar su autoría.
Si ayer ya se produjo un aluvión de declaraciones de apoyo, de partidos políticos, organizaciones sociales o sindicales, así como ciudadanos a título particular, estas continuaban todavía este jueves, desde las Asambleas Abiertas Feministas a Movimiento por la Paz pasando por salas de teatro como Contigo Tres o, a nivel estatal, un tuit de apoyo por parte de Amnistía Internacional.
Esas muestras de apoyo no han podido tener reflejo a nivel institucional en Santander, la ciudad en la que se encuentra el Centro Cultural Eureka o donde se producen muchos de los actos de ALEGA, como el inminente Orgullo. Y no sólo por el silencio en redes de la alcaldesa, Gema Igual, que contrasta con los mensajes de apoyo de su propio partido, el PP cántabro.
Allí, en el pleno de este jueves se ha aprobado una moción de rechazo al ataque aprobada mayoritariamente salvo por el voto en contra de Vox. Sin embargo, esta aparente muestra de apoyo esconde en realidad un distanciamiento, porque lo que se planteó en primer lugar fue una declaración institucional. Nos explicamos: una declaración institucional es una fórmula a la que se recurre porque implica un consenso total, ya que, de hecho, se aprueba por unanimidad de todos los grupos.
La presencia de la extrema derecha en las instituciones ya creó la dinámica de impedir que prosperaran declaraciones institucionales en cuestiones sobre las que hasta la fecha había consenso, como la lucha contra la violencia de género, es decir, las agresiones y asesinatos de mujeres por parte de sus parejas. Esa imposibilidad del consenso se sorteaba convirtiendo la declaración en una moción, que se somete a votación y que salía adelante por la mayoría que quisiera apoyarla.
Hasta aquí, lo normal dentro de la nueva normalidad política (sic). El punto especial aquí ha sido que quien se ha alejado del consenso en el rechazo al ataque a ALEGA —que no ha afectado a otras actividades de Eureka u otros colectivos, es decir, que va ligada a la condición de colectivo LGTBI de ALEGA—no ha sido sólo Vox, que era lo ya habitual, sino que en ese desmarque ha estado acompañado del Partido Popular.
De modo que la declaración institucional se ha convertido en una moción, que han presentdo de forma conjunta PSOE, PRC, Unidas por Santander y Ciudadanos. Es decir, el PP tampoco ha creído conveniente sumarse a la moción.
Y luego ya, en la votación de la propia moción, que incluía declaración de condena y la posibilidad de organizar algún tipo de concentración de apoyo, el PP ha votado a favor aunque los argumentos expuestos en el Pleno no coincidían con la moción: la alcaldesa, Gema Igual, al igual que Vox –que votaba en contra—ha enmarcado su condena en una condena genérica a cualquier acto vandálico –equiparándolo con otras pintadas sin el componente contra un colectivo LGTBI–, rechazando que hubiera que organizar una concentración específico pues eso, a su juicio, implicaría hacerlo cada vez que hubiera una pintada.
Era el mismo argumentario que Vox, pese a que el voto no fuera coincidente. Y desde luego no coincidía con el contenido de la moción aprobada, que pone expresamente en valor la trayectoria de ALEGA en la defensa del colectivo LGTBI y pedía una concentración contra la violencia que sufren gays, lesbianas, bisexuales, transexuales…., aspecto rechazado por el PP pese a su voto a favor de la moción.