Sobre la planta de biogás
||por Raquel Fernández. Concejala de Izquierda Unida en Cabezón de la Sal||
Después de haber escuchado a técnicos, de la empresa e independientes, ecologistas, al equipo de gobierno y a personas que viven cerca de una de estas plantas de biogás, la conclusión a la que llegamos es que nadie nos garantiza que, uno de los mayores temores que tenemos con respecto a los malos olores que estas instalaciones generan, no se convierta en una realidad. No vamos a repetir las explicaciones que, amablemente, unos y otros nos dan, porque lo tienen en este enlace: https://fb.watch/ftGFcoraJE/
El resumen sería que, además de que hay aspectos importantes que no están contemplados en el proyecto, y de carecer de experiencia alguna en este campo, la empresa, poco menos que nos pide un acto de fe. Que ellos harán lo posible para que haya los mínimos malos olores. Curiosa, por cierto, la caída de uno de sus técnicos cuando nos dice que el tema de los olores “es algo subjetivo”. Tal cual.
Por otro lado, tenemos que, las instituciones, que serían las encargadas de velar por nuestra salud, nuestra seguridad y nuestra calidad de vida, tampoco lo van a poder hacer porque en España no hay una normativa garantista y actualizada que aplicar, como si ocurre en otros países de Europa. O sea, que vienen una pila de millones para fomentar este tipo de instalaciones y aquí no sabemos lo que hay que exigirles para que no joroben a ninguna población en la que decidan instalarse. Spain sigue siendo different …
Con estos antecedentes -sin garantías y con gran incertidumbre-, ¿alguna persona voluntaria para que le instalen una junto a su casa?
¿Solución? Parece que no es sencilla. Si la empresa va cumpliendo con los informes y proyectos que se le solicitan, al equipo de gobierno que le toque no le va a quedar otra que darle el visto bueno como ya sucedió en 2017 y 2018. ¿Por qué? Porque de lo contrario estaría prevaricando.
Expertos en este tipo de situaciones nos comentan que pueden frenar este proyecto por dos vías: las alegaciones y/o la movilización social (aquello de “El pueblo unido …”).
Desde IU Cabezón de la Sal, estamos presentando alegaciones en las dos partes en que se ha podido hasta ahora: la solicitud para la construcción en suelo rústico y la solicitud de licencia de actividad.
Hemos apoyado y colaborado con la plataforma Cabezón por el Clima desde el principio para que se llevaran a cabo jornadas informativas abiertas, con representantes de la empresa e independientes, en las que vecinos/as pudieran preguntar y resolver dudas. Petición que le hicimos antes al equipo de gobierno.
Y mientras no existan normativas y requisitos que nos aseguren que lo único que va a cambiar en Cabezón de la Sal es que un par de familias van a tener trabajo en la planta de biogás, apoyaremos toda iniciativa, siempre pacífica, que defienda que nuestro municipio siga siendo un paraíso terrenal.
Bonus track:
Todos esos millones que vamos a recibir para fomentar este tipo de industria van a hacer que salgan como setas a nuestro alrededor, prueba de ello son la cantidad de solicitudes de instalación que se están recibiendo en ayuntamientos y consejerías y queremos hacer un llamamiento a la reflexión.
Tenemos un problema con el exceso de residuos, sobre todo purines, que resultan de las explotaciones ganaderas. Pero, ¿de todas las explotaciones ganaderas? Parece ser que no.
Están asfixiando económicamente a las ganaderías pequeñas, las familiares, buena parte en extensivo, y están aumentando las de intensivo, las macrogranjas, cuyos propietarios son grandes grupos empresariales. En las primeras, el problema de los purines no es tal porque el ganado está suelto, cambiando de prao cada cierto tiempo de manera que el campo tiene la capacidad de absorber los residuos y aprovecharlos para fortalecerse, fijar el denostado carbono al suelo y regenerar el terreno. En las segundas, sí que existe un problema porque esas cantidades de purines no hay manera de que la naturaleza las digiera y entonces degenera el terreno, además de intoxicar acuíferos, etc. Luego, ¿para quién creen ustedes que van a instalar esas empresas?
Defendamos la ganadería y agricultura extensiva. La que beneficia al medio rural y fija su población, mantiene la biodiversidad, proporciona mayor bienestar animal y necesita de menos recursos fósiles para producir.
Ninguna organización ecologista con la que hemos hablado estos días se manifiesta contraria a este sistema de obtención del gas, pero sí nos hablan de cómo se ha llevado a cabo en otros países desde los años 90, en los que, por ejemplo, se ha fomentado que en las propias ganaderías de intensivo tuvieran su propia planta de biogás para auto consumo y venta de excedente. Aquí no estamos hablando de eso. Aquí hablamos de lo de siempre, los grandes aplastando a los pequeños. Vamos a ver éste y otros asuntos que se nos plantean con un poco de perspectiva y a entender que una cosa luego lleva a la otra.
¡Salud!