La ONG cántabra Nueva Vida trabaja con personas sin hogar desde hace años. Junto con el Ayuntamiento de Santander se encarga de atender estas situaciones desde el Centro Municipal Princesa Letizia. Por otro lado, durante la pandemia se ocupó de los recursos habilitados para atender a las personas sin hogar cuando todos tuvimos que “quedarnos en casa”. Tras aquella experiencia, pusieron en marcha el primer programa específico de atención a persona sin hogar, gracias a la colaboración del ICASS del Gobierno de Cantabria.

Este programa, innovador en su metodología, bebe de las experiencias en Canadá y Estados Unidos para atender el sinhogarismo, donde la atención se centra en la provisión de un hogar como primer paso. A partir de ahí, se trabajan todos aquellos aspectos que sin techo son impensables: formación, búsqueda de empleo, cuidado de la salud, etc. Así lo explica Julio David García Justamante, Gerente de la entidad.

En el marco de este trabajo, y nuevamente con la financiación de ICASS, este año la entidad está realizando una campaña de información y sensibilización sobre este fenómeno. El objetivo es doble. Por un lado, se pretende poner a disposición de las personas sin hogar información sobre los recursos existentes en la comunidad autónoma para atender esta situación. Para ello, han realizado una campaña de distribución de cartelería en Santander y Torrelavega, donde mayor concentración de personas sin hogar existe, tanto en las calles como en las Unidades de Atención Primaria.

Por otro lado, la campaña persigue sensibilizar a la ciudadanía en general. Para ello, han organizado una exposición fotográfica llamada “Invisibles”, que recorrerá varios municipios de la región. La primera parada es en La Casa de Cultura La Residencia en Castro Urdiales, donde se podrá visitar del 17 al 30 de octubre.

Según explica Andrea García Gómez, psicóloga de la entidad, “Invisibles” es el resultado de un proyecto de fotografía terapéutica que tiene por objetivo dar voz a quienes, por el hecho de vivir en los márgenes, resultan invisibles a ojos de la sociedad. Para Andrea, “gracias a Ginés, Carlos y Adama, quienes comparten su vivencia en las calles, podemos acercarnos a esta realidad que parece tan ajena pero que, sin embargo, se produce mucho más de lo que pensamos. Para que podamos entender de lo que hablamos, a día de hoy, más de 350 personas se encuentran en esta situación en nuestra región”.