Talas, plumeros, fincas de constructoras y cambios de usos en la zona del último incendio en el bosque de Loredo
Este fin de semana se producía un incendio en una zona de Loredo, en Ribamontán al Mar, que ya está controlado, pero que llegó incluso a provocar un corte de carretera.
Más allá de que en Cantabria se produce la particularidad de que el período en que más se concentran los incendios forestales es esta época de septiembre-octubre por el viento sur, que es más cálido y con más capacidad de expansión en terrenos secos (tras épocas sin lluvias,además), en este fuego han confluido otros factores como la acumulación de plumeros, la especie invasora que crece exponencialmente en numerosos suelos de la comunidad.
Antes de los plumeros lo que había era… árboles, lo habitual en un bosque, pero fueron talados hace cinco años.
Y aquí, tal y como relata la Plataforma SOS Bosque de Loredo, empiezan a sucederse más factores importantes para entender la historia de un territorio en plena zona costera :
Esa finca, tal y como describen, está cerca, a escasos 100 metros, de otra finca en la que se produjo también otra cuya tala, hace ocho años, desató protestas y movilizaciones vecinales.
Esa finca era propiedad de la constructora Emilio Bolado (ya desaparecida, ahora gestionada por administradores concursales, la figura que designa un juez cuando una empresa no puede con todos los pagos de sus deudas y se declara en concurso de acreedores).
Al igual que esta de ahora.
Y si bien la empresa como tal ya no existe y los hipotéticos proyectos urbanísticos o de otro tipo no seguirían, sí que es cierto que la labor de los administradores concursales pasa por conseguir ingresos para satisfacer las deudas de la empresa. Eso lleva a una ‘lógica’ de maximizar el beneficio, como fue con la tala de hace años: los árboles se revelaron como una fuente de ingresos rápida.
El problema está en que una vez talada y sin acciones de conservación de propietarios, gestores o administración, el terreno sufre un proceso de degradación que la hace más ‘débil’.
HISTORIA DE DOS FINCAS
La primera de las fincas fue talada en 2017 y una sentencia posterior certificó que la tala fue ilegal, condenado a la empresa y propietarios a restaurarla a su estado original, al menos en la zona que se ve afectada por la servidumbre de costas.
Desde la Plataforma observan que a día de hoy no se ha llevado a cabo la restauración y, por tanto, está invadida por plumeros y otras especies invasoras, al igual que la que ardió este fin de semana.
Esa finca primera está calificada como actuación integral estratégica ambiental por parte del POL y como suelo rústico de especial protección costera por parte del PGOU.
Por su parte, la zona que ha sido afectada por el incendio se encuentra dentro de la calificación ordenación ecológico forestal, por parte del plan de ordenación del litoral, y suelo urbanizable delimitado en el plan general de ordenación urbana del Ayuntamiento de Ribamontán al mar.
En 2021, añaden, se produjo desde el Ayuntamiento (y luego aprobado por el Gobierno) esa reclasificación (decidir un cambio en el uso del suelo) hacia Urbanizable Delimitado, categoría lo suficientemente amplia para que entrara un campo de golf, entre otras actuaciones.
En el POL se contempla la protección de zonas de interés forestal y natural. Pero cuando se pierden esas condiciones (por ejemplo, la forestal, tras una tala, o la natural, tras un proceso de degradación como el que es consecuencia de los plumeros, es decir, de la falta de mantenimiento), ya no hay por qué mantenerlo con esa protección y se le podría aplicar la ordenanza urbanística inferior.
La aplicación de la ordenanza urbanística inferior estaría justificada si está junto a un núcleo de población, segçun específica el punto cuatro de la motivación del Plan de Ordenación del Litoral.
LAS POSIBILIDADES PARA SALVAR LA ZONA
Desde la Plataforma, con todo, creen que hay margen para la conservación de la zona, cumpliendo la normativa vigente, en este caso el Plan de Ordenación del Litoral (POL, normativa autonómica muy elogiada por el freno que logró poner a los ataques a la costa tras años de presión de ladrillo con las conocidas consecuencias, de las sentencias de derribo a la expulsión de los vecinos)
Así, citan medidas como
-recuperación de los rasgos paisajísticos y geomorfológicos;
-protección de los distintos hábitats existentes;
-recuperación de los sistemas dunares;
-restauración de suelos degradados
Entre las propuestas de lo que se puede hacer, normativa en mano, está la adquisición por parte de la Consejería pertinente de los suelos que conforman la actuación integral estratégica ambiental.