Abierto un crowdfunding para batallar jurídicamente contra los proyectos de polígonos eólicos en Cantabria
Después de muchos años de letargo en el avance de la energía eólica en Cantabria, con la construcción únicamente del polígono de Soba, la cantidad de proyectos que se amontonan ha preocupado a diversos colectivos sociales, que ven una proliferación de este tipo de parques que no atiende verdaderamente a las necesidades energéticas de la Comunidad, y que puede suponer una molestia para vecinos que tengan los molinos demasiado cerca de sus viviendas y núcleos urbanos.
Se ha detallado este jueves en rueda de prensa que la Campaña ya está en la Plataforma gofund.me, y se llama Fondo para la Defensa Jurídica de Cantabria, organizado por Colectivos Vecinales Antieólicos de Cantabria. Desde esta plataforma cuentan que “este fondo va a ser una primera bolsa de resistencia para el primer polígono que salga, de tal forma que no nos pille sin organizar. Luego necesitaremos el compromiso de toda la sociedad civil para seguir recopilando más fondos. No queremos que nos pase como en Galicia, que ya hay dos polígonos montados, aunque a posteriori se hayan declarado como ilegales.”
“El objetivo inicial son 6000 euros, pero vamos a seguir recaudando dinero por otras vías y seguramente tengamos que ir ampliando lo requerido tirando de apoyos de ayuntamientos y otras vías de financiación. Somos simplemente colectivos vecinales y personas implicadas en la lucha contra los eólicos que nos estamos movilizando frente a esta amenaza como podemos con los recursos que tenemos», dicen, a modo de presentación.
Se ha informado de sentencias en territorios como Asturias, Castellón o Galicia. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias creen que les da herramientas para paralizar proyectos, ya que un Ayuntamiento ha sido capaz de parar un polígono eólico en su municipio, aunque tuviese la Declaración de Impacto Ambiental e informes de la comunidad autónoma favorables.
El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ha paralizado dos polígonos gracias a la solicitud realizada por dos asociaciones, ADEGA y Petón do Lobo. A Petón do Lobo no se le ha solicitado fianza por ser una asociación pequeña, con fines ambientales y sin ánimo de lucro. Lo consideran una buena noticia, porque confirma que pueden optar a justicia gratuita desde asociaciones vinculadas a las plataformas con finalidad ambiental y con pocos recursos económicos.
En cuanto al caso de la provincia de Castellón, los colectivos reivindican que los apenas 150 habitantes de Vilar de Canes han dicho que no de forma contundente a la instalación de cinco aerogeneradores en su término municipal a través de una consulta popular autorizada por el Consejo de Ministros. «Son diferentes maneras de actuar frente al oligopolio eléctrico», aseguran.
Estos colectivos afirman que “construir polígonos eólicos es un asesinato de nuestros suelos fértiles, opuesto a la preservación de la biodiversidad y opuesto a la conservación de acuíferos y otros recursos hídricos.” No se quedan en las molestias que causa un polígono eólico, sino que van a cuestiones medioambientales afectadas por su instalación.
También se refiere al caso concreto del parque proyectado en la zona del Puerto del Escudo, que también ha generado respuesta: “la defensa de la Sierra del Escudo es firme y cada vez con más apoyos, la vecindad de los pueblos afectados ha manifestado su rechazo mayoritario a la instalación del polígono eólico. Consideran que sus montes, sus manantiales y su salud no tienen precio”.
En la presentación aprovecharon para decir que la Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria presentó el pasado 26 de septiembre un escrito de reiteración de nulidad de este parque eólico a la CROTU y la interposición de recurso contencioso administrativo a la Audiencia Nacional.
Por otra parte, la vecindad de los pueblos afectados en Campoo de Yuso, Aguayo, Luena y Molledo, «ha manifestado su rechazo mayoritario a la instalación del polígono eólico. Consideran que sus montes, sus manantiales y su salud no tienen precio. No quieren venderlos a grandes multinacionales eléctricas y han votado en sus plenos y concejos en contra de esas instalaciones». Esta oposición se ha trasladado, para su conocimiento, al Gobierno de Cantabria y al Gobierno de España.
Además, personal competente de varias universidades «está demostrando la importancia ambiental de la Sierra del Escudo, donde existe una inmensa red interconectada de turberas y hábitats húmedos alimentados por manantiales y flujos de agua de relevancia internacional que, además, forman parte de un área protegida a nivel europeo, la Red Natura 2000», comentan.
Hacen especial hincapié en los impactos, directos e indirectos, que tienen los molinos, como las caídas de aspas, incendios, deshielo, muertes de aves y murciélagos, destrucción de vegetales, humedales y turberas, desmontes, construcción de pistas para transportar los materiales, pérdida de suelo (del propio polígono eólico y circundante), contaminación de aguas y suelos, humanización de territorios que no deberían estarlo o el desmantelamiento de los propios eólicos y demás infraestructuras necesarias como líneas de evacuación o subestaciones.
Por eso concluyen que “la solución no está en seguir construyendo molinos, paneles solares flotantes, biogás, etc, tenemos que aprender a aprovechar o recuperar lo que ya tenemos, no podemos seguir favoreciendo el consumo infinito en un planeta finito. La experiencia nos está demostrando que el pueblo coordinado, unido y movilizado, consigue paralizar todos estos dañinos e innecesarios polígonos energéticos”.
Se preguntan «¿Cómo se piensa frenar el despoblamiento si a un vecino se le pone un armatoste a menos de 1 km de su casa? ¿O en su finca donde tiene su ganado? ¿O en los terrenos comunales o de las juntas vecinales? ¿O detrás de su casa rural que quizá sea su modo de vida?». «Los aerogeneradores no solo amenazan la vida en los pueblos, donde ocupan el cordal de sus montañas, sus prados y están muy próximos a sus barrios, también las ciudades están amenazadas. El agua que llega a los grifos de las ciudades viene de esos manantiales que brotan de nuestras montañas», añaden.
Alicia Valero (profesora de la Universidad de Zaragoza, instituto CIRCE, Centro de Investigación Recursos y Consumos Energéticos, autora de ‘Thanatia, los límites minerales del planeta’) y Pedro Prieto (ingeniero y miembro de la Asociación para el Estudio de los Recursos Energéticos, EREN) recuerdan que esto que llaman renovables dependen de materiales escasos y críticos (cobre, litio, tierras raras…) que provienen de países como Chile, Bolivia, Congo o China, donde las condiciones laborales y medioambientales que rodean su tratamiento son terribles. Además dependen de los combustibles fósiles desde su extracción, transporte, construcción, mantenimiento y respaldo en la red eléctrica.
Marga Mediavilla, (Dra. Ciencias Físicas, profesora de la Universidad Valladolid y miembro del Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas, GEEDS) señala que los polígonos eólicos van dirigidos sólo a la producción de electricidad, (20% del consumo mundial de energía). La capacidad límite a la que se podría llegar estaría entre el 30%-40%.
Alemania, primera potencia europea en eólica (España es la 2ª), en 2021 y tras más de 20 años de implantación masiva de molinos, sólo el 3,5% de su consumo energético total proviene de energía eólica. Ahora está desmontando molinos e incluso pueblos para extraer carbón en minas a cielo abierto.
Antonio Turiel, (Físico y Matemático, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC) remarca que el mercado eléctrico español está saturado: 116GW instalados, el consumo medio es de 28GW y bajando, la implantación actual en funcionamiento de eólica es de 30 GW. La Tasa de Retorno Energético (la relación entre la cantidad de energía invertida en un proceso y la energía obtenida) de la eólica es moderada.
Edgar Ocampo (Profesor universitario y experto en energía) recuerda que todo este proceso de supuestas energías verdes no ha conseguido hacer disminuir el aumento de las emisiones en el mundo, incluso en Europa, pese a la deslocalización de empresas hacia otros continentes.