«Tiene que haber un cambio en algunos modelos de masculinidad»
El mes de diciembre ha sido especialmente negativo en cuanto a las noticias de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, y enero ya ha vivido unos pocos días en los que se han sucedido más casos, lo que ha llevado a una especie de alarma social incrementada respecto a lo normal.
Consuelo Gutiérrez recuerda que hay veces que el verano y las Navidades son épocas del año donde se producen repuntes, pero también es cierto que en los últimos 20 años, que son los que se llevan contando este tipo de víctimas específicas, «la tendencia ha ido a mejor».
Sin embargo, la directora general de Igualdad y Mujer cree que esta tendencia no debe despistar a quienes trabajan activamente en la prevención. «Tenemos que seguir muy atentos, siempre alerta y trabajando de una forma muy seria», asevera en una entrevista en EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.
Gutiérrez destaca que «se han invertido muchísimos recursos económicos y de profesionales» en los últimos años y la labor necesaria que deben hacer desde las instituciones es maximizar ese trabajo para dar los mejores frutos en lo que ayuda a mujeres y familias en esta situación. «Hay que hacer seguimiento muy claro de los casos y ver en qué se ha fallado» para poder mejorar.
El avance que considera clave es que funcione la coordinación entre todos los estamentos que están implicados, desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hasta las asociaciones que se dedican específicamente a atender a mujeres que viven algún tipo de violencia (que considera «imprescindibles»), pasando por la acción de los juzgados, las oficinas autonómicas o municipales de atención y también la posibilidad del Colegio de Psicología, que tiene una colaboración con el Gobierno de Cantabria para ayudar en la labor de acompañamiento a mujeres que lo soliciten. Todo para que las mujeres víctimas se tengan la sensación de que «el sistema funciona y les apoya».
Poner una denuncia es una forma más rápida de que los protocolos se activen, porque así se evalúa el riesgo al que está sometida una mujer y poner en práctica las medidas de protección para tratar de que salga del ciclo de la violencia. Pero esto «lo hacen un 30%», según los datos que maneja la Consejería de Igualdad. «Un 50% piden ayuda a otros recursos, y hasta un 80% se lo comunican a sus familiares», prosigue. Por eso cree que es importante que «si una mujer no quiere poner denuncia, pero se advierte el riesgo, hay que actuar de oficio».
Pero Gutiérrez también hace hincapié en que, además de la importancia que tienen los protocolos, hay que poner el foco en el origen de la violencia machista. «No es la mayoría de los hombres, es un porcentaje pequeño, pero hace mucho daño», dice, a la vez que ensalza a la gran cantidad de hombres «con modelos muy igualitarios y muy respetuosos».
Para reducir ese porcentaje pequeño que resulta nocivo, la directora general considera que «tiene que haber un cambio en algunos modelos de masculinidad». Esto se puede hacer con hombres que hayan sido condenados judicialmente, pero también el Colegio de Psicología atiende a hombres que acudan, aún sin haber una denuncia contra ellos, porque crean que necesitan algún tipo de ayuda o corregir conductas negativas.
Para conseguir este objetivo, la educación es el núcleo central. «Tenemos que hacer un esfuerzo educativo para preparar a las generaciones más jóvenes», comenta Gutiérrez, como paso para «cambiar el modo de entender las relaciones de pareja y las relaciones con las mujeres, que es algo que nos debe de ocupar y preocupar».
Lo mismo vale para hablar de los menores que se ven afectados por estos casos. Ve necesario «romper determinadas formas de ejercer la paternidad», porque eso impediría inculcar determinados roles que impiden una igualdad real en las relaciones personales, las que establecen esos hombres y las que podrían establecer sus hijos cuando sean más mayores. Todo lo que tenga que ver con la «cosificación de las mujeres, el control, la competición, la agresividad…».
Gutiérrez recuerda que el Gobierno de Cantabria tiene tres oficinas, en Santander, Torrelavega y Laredo, y que hay otras 12 de ámbito municipal en la Comunidad Autónoma. Y, aparte de la importancia de denunciar, también lanza un consejo: «lo que diría a las mujeres que sufren situación de violencia es que nunca minimicen el riesgo y que acudan a profesionales para recibir apoyo».