La Fundación Franz Weber pide trasladar a los orangutanes del Zoo de Santillana a una reserva
Tras las recientes inundaciones en el entorno del parque zoológico de Santillana Del Mar, y las actuaciones que habría llevado a cabo la empresa para evitar riesgos en los animales allí cautivos, las organizaciones naturalistas ponen el ojo en la Ley de Bienestar Animal que tramita el Congreso de los Diputados.
La Fundación Franz Weber ha denunciado este sábado la presión ejercida por los lobbies vinculados a zoos y acuarios para «vaciar de contenido» los artículos relacionados con estas instalaciones, permitiendo, por ejemplo, los espectáculos con cetáceos, de nulo interés científico y con un mero fin lucrativo.
Tampoco abordará la futura norma cuestiones como la ocurrida en Santillana del Mar, obviando la necesaria obligación de que estos recintos elaboren planes de autoprotección que incluyan la posible evacuación de los animales en caso de desastre natural, inundación o liberaciones negligentes.
Según fuentes de la fundación denunciante, los lobbies de la cautividad animal lograron introducir artículos a último momento, que no constaban en los documentos que habían sido observador por la sociedad civil antes de la presentación del texto. Recuerdan que el zoo de Santillana pertenece a las asociaciones de zoos EAZA y AIZA, creadas para actuar como lobby en beneficio de sus asociados.
Desbordamientos habituales y falta de supervisión del Gobierno cántabro
De acuerdo con los registros disponibles la subida del nivel del agua es habitual en la zona donde se ubica el Zoo, por lo que se observa una nula previsión de los propietarios y una evidente falta de supervisión de las autoridades, a pesar de ostentar competencias en materia de inspección y vigilancia en la materia.
Los naturalistas señalan que es de vital importancia que estos animales sean monitorizados por veterinarios y personal especializado durante las próximas horas y días para evaluar las consecuencias del estrés producto de las capturas, los traslados, y la exposición a la combinación de agua y bajas temperaturas.
¿Apertura a 48 horas del pico de inundación?
Una cuestión que preocupa especialmente a la ONG naturalista fue el anuncio de reapertura del parque zoológico pocas horas después del pico de inundación, ya que ignora cuestiones que consideran fundamentales, como garantizar la integridad de las infraestructuras.
Así, mencionan la necesaria revisión del esfuerzo estructural producto del agua para el cual no fueron preparadas dichas instalaciones. Esto debería ser evaluado con celeridad para prevenir fugas de animales y más accidentes.
Los orangutanes deben ser cedidos a Santuarios
En el zoo viven en cautividad más de 2.000 animales, de más de 300 especies diferentes, en tan solo 7 hectáreas.
Estas inundaciones deberían hacer reflexionar sobre si tiene sentido esta forma de cautividad. Un ejemplo son los orangutanes. Según la guía de buenas prácticas de EAZA, hay un problema de sobrepoblación de orangutanes macho en los zoos europeos y su presencia está vinculada más al negocio que a una supuesta protección conservacionista.
Desde el punto de vista de la ONG, los orangutanes deberían ser trasladados a un santuario o reserva donde puedan continuar su vida libres de exhibición y lejos de una institución que no puede proveer medidas de seguridad mínimas como este caso.
Proyecto Gran Simio pide una inspección al Gobierno de Cantabria
Tras las inundaciones ocurridas por el desbordamiento del arroyo Ojo Negro que atraviesa las instalaciones del Zoo de Santillana (Cantabria) en la pasada madrugada del martes ante el temporal que azotaba la zona norte de España, muchas de las instalaciones del citado zoo se vieron inundadas con el peligro de ahogamiento de muchas especies que se subieron a lo más alto para evitar morir ahogadas. Según declaración de los propios dueños, “muchos de los primates fueron trasladados a zonas de cuarentena, añadiendo que los grandes primates seguían corriendo grave peligro”, por lo que la situación fue desesperante mientras subía el nivel del agua.
Para Proyecto Gran Simio, ha sido un milagro que ahora no estemos hablando de muertes de seres vivos ya que no es la primera vez en la que el arroyo se desborda ni será la última debido a la inestabilidad del tiempo ocasionada por el cambio climático. Además, el arroyo atraviesa el zoo, es un cauce natural y lo que no puede hacerse es construir instalaciones en zonas inundables. La ONG añade que el zoo debe tener planes de evacuación inmediata y estar preparados ante cualquier emergencia y máxime cuando se había decretado la alerta por temporal y se debería haber estado atento dentro del zoo de las posibles consecuencias que pudieran afectar a las instalaciones.
Por otro lado, esta organización solicita a los responsables del Zoo y al Gobierno de Cantabria que se trasladen las instalaciones de los orangutanes que han estado a punto de morir ahogados, a una zona más alta, segura y no inundable. Se debe poner atención inmediata a como se encuentran ahora los mismos, porque según fotografías publicadas por el Diario Montañés, se ve a un orangután, sentado en un suelo de lodo y sucio y con una manta posiblemente húmeda. Ellos, al igual que el resto de los seres vivos cautivos, son seres sintientes y sufren ante situaciones de este tipo. Pasan frío como nosotros y no pueden seguir en un habitáculo húmedo donde pueden sufrir enfermedades o neumonías graves.
De igual forma, Proyecto Gran Simio solicita al Gobierno de Cantabria una inspección inmediata de las instalaciones y del estado los animales, para ver cómo se encuentran y si corren algún riesgo ante posibles temporales que puedan llegar ante la crudeza del invierno.
“Lo ocurrido podría haberse evitado y máximo cuando ya han existido otras inundaciones del mismo arroyo. No se pueden tener instalaciones en zonas inundables y no tener una respuesta rápida para realizar una evacuación. El zoo debe estar preparado para este tipo de emergencias, tanto por inundaciones como por incendios o huidas” declara Pedro Pozas Terrados, director Ejecutivo de Proyecto Gran Simio.
“Tampoco se puede echar la culpa a otros organismos como ha hecho el responsable del zoo ante medios de comunicación (“Si se me mueren a mí ahogados por culpa del gobierno regional y la confederación hidrográfica…)
cuando no se han cumplido los requisitos de seguridad pertinentes que son exclusivos de los dueños del zoo. Existe una Ley de zoológicos, pero es muy vaga y se necesita un Reglamento exhaustivo de la ley donde la seguridad y el bienestar de los cautivos deben primar ante el negocio” añade Pozas.
Desde Proyecto Gran Simio esperamos que el Gobierno de Cantabria efectúe la inspección, tome las medidas necesarias ante animales en malas condiciones, comprueben que las instalaciones de los orangutanes estén limpias y calientes y obliguen al zoo a trasladar de inmediato esas instalaciones a zona no inundable.
Para Pozas es además necesario, “que tanto la ley nacional de bienestar animal con su Reglamento como la Ley de grandes simios, puedan ser aprobadas”, un trabajo en el que la Dirección General de Derechos de los Animales, dependiente del Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030, está trabajando intensamente para evitar estas situaciones.