«Además de bolsos bonitos, lo que hago y vendo es artesanía, consumo consciente y responsabilidad»
El 15 de marzo de 2020, Laura estaba de fin de semana en Cahecho con su pareja y su hijo. Allí les sorprendió el confinamiento y allí siguen hoy. Hasta poco antes de esa fecha, habían vivido en Brasil donde, cuenta, comenzó a gestase el proyecto en su cabeza.
Laura es quien está detrás de MIGA, una firma de bolsos y mochilas fabricadas de forma totalmente artesanal y con procesos y materiales sostenibles desde un pequeño pueblo lebaniego.
Después de dedicarse a un puñado de profesiones que nada tenían que ver con esto, y de dar vueltas por todo el mundo, Laura regresó a sus orígenes. Al pueblo de su familia paterna y a un oficio que tiene mucho que ver con lo que vivió durante toda su infancia. «Mi abuelo hacía cinturones», cuenta para añadir que sus padres siempre han hecho bolsos. Lo suyo no es exactamente lo mismo, pero sí que tiene mucho que ver.
MIGA es su marca de bolsos y mochilas que lleva el apellido ‘costura sostenible’ y que se gesta dentro del proyecto Nansa Emprende, donde desarrolló el plan de negocio y fue finalista. Tras obtener un capital semilla, Miga sale al mercado el 17 de diciembre. «En realidad yo siempre he cosido; siempre he hecho cosas que muchas veces regalaba, pero no lo había profesionalizado. Ahora he conseguido crear un pequeño equipo y lanzarme».
De ese pequeño equipo del que habla forma parte, por ejemplo, la ilustradora Akesi Martínez, autora de tres estampados que se utilizan para la elaboración de los bolsos, mochilas y riñoneras. «Yo quería hablar de las mujeres que me rodean y de las que desciendo. la idea inicial era diseñar una tela, pero nos fuimos dando cuenta de que las distintas historias merecían al menos tres estampados propios», explica Laura en su web, donde añade que su intención era «homenajear a las mujeres que sostienen y fortalecen el valle, a las que cuidan vacas, a las que cocinan, a las que asan pan, a las que tejen, a las nacidas aquí y a las que llegamos después. Muchas tienen profesiones invisibilizadas, pero sin nosotras el Valle se para».
Miga acaba de nacer. Vende a través de internet y, en Santander, está en Waahi, en la calle Cádiz 18, un espacio que responde a la filosofía que Laura plasma en sus productos: la calidad por encima de la rapidez, la búsqueda de las raíces, el consumo responsable y la producción sostenible. En Palencia también tiene otro punto de venta y pronto estará también en una tienda de Potes. «Quiero ir ampliando puntos de venta, pero quiero que compartan la filosofía de Miga, porque para estar en los sitios hay que compartir los valores. Yo, además de bolsos bonitos, vendo artesanía, consumo consciente y responsabilidad. Es importante que la gente cuando va a una tienda sepa la historia que hay detrás de los productos, como sucede en Waahi, por ejemplo».
LOS MATERIALES
Convencida de que los materiales más sostenibles son aquellos que ya existen, trabaja con materiales «reciclados y reciclables». La joya de la corona es una lona fabricada a partir de botellas de plástico recicladas con un aspecto muy natural y una carta de colores muy atractiva. Su composición es 100% poliéster reciclado post consumo y tiene certificado GRS (Global Recycled Standard), una certificación muy completa que no solamente garantiza el contenido de materia reciclada del producto, sino que también asegura una producción sostenible, la ausencia de químicos nocivos y unas condiciones de trabajo éticas. Además, los productos de MIGA no utilizan ningún material de origen animal y siguen un proceso de creación sostenible.