Publicado en PÚBLICO, el 4 de marzo del 2023:

“España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Polonia condenan la colonización de Israel en Cisjordania. En un comunicado conjunto, los seis países europeos han reclamado también el cese de todas las acciones unilaterales e incitaciones a la violencia en el conflicto entre palestinos e israelíes”

España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Polonia e incluso las chimbambas, deberían haber sabido que sus asquerosas y democráticas políticas han promovido desde hace decenios la brutal ocupación y limpieza étnica que el gobierno israelí ha practicado y practica todos los días contra la población palestina. El victimismo de esta cosa llamada Israel y el control que los sionistas ejercen sobre los medios, han llenado y llenan periódicos y plataformas, Cancillerías y Embajadas de mentiras anti-palestinos describiendo (por ejemplo) el arsenal de armas ocultas en manos de una resistencia civil y titánica a la que ellos y sus periódicos califican de terrorista.

Pero déjenme que les dé un dato, varios datos porque la historia está escrita (véase Illan Papé, Eward Said) para recordarnos que el principal terrorista es el Estado de Israel. Siempre lo fue. Por eso me extraña que Europa (casi toda Europa) venga a darse cuenta ahora del genocidio que Israel ha practicado y practica sobre la población Palestina porque les puedo asegurar que esa política genocida constituye la misma esencia del Sionismo. Desde el momento uno, el objetivo de Israel fue ocupar TODA Palestina y librarse de sus gentes por cualquier medio, cambiar la topografía y la demografía de ese pacífico país en favor del suprematismo judío.

Allá por 1895 el fundador del sionismo, Theodor Herzl diría: “Tendremos que enviar fuera de nuestras fronteras a todos esos desharrapados… no dejaremos que trabajen o consigan un empleo entre nosotros …. Pero tanto el proceso de expropiación como la eliminación de esta población de pobres será llevado a cabo discreta y cuidadosamente (Fuente: Los Diarios Completos de Theodore Herzl, Junio12, 1895)

¡1895! ¿Se dan cuenta?

Otra perla. Esta vez de Joseph Weitz, director del Jewish National Fund que tampoco se anduvo por las ramas y cuyas palabras llegarían más lejos todavía:

Que quede claro que en este país no hay sitio para dos pueblos… Si los árabes se van, el país se vaciará y habrá más espacio para todos nosotros. La única solución es construir La Tierra de Israel… sin árabes. (Fuente: Benny Morris: El Nacimiento del Problema de los Refugiados Palestinos, 1947-1949. P.27)

Esta llamada a la limpieza étnica y al genocidio hecha con luz y taquígrafos se convirtió en la política oficial del Estado de Israel el 10 de marzo de 1948 cuando los sionistas – incluido Ben Gurion y sus milicos – se reunieron en Tel Aviv y firmaron el Plan Dalet donde se dejaba bien claro, cuantas ciudades, pueblos y aldeas palestinos tendrían que hacer desaparecer. Y sí, eso hicieron: más de 500 pueblos y ciudades fueron arrasados, su población masacrada, 750.000 palestinos se convirtieron en refugiados para que luego el General Moshe Dayan, en el Instituto de Tecnología de Haifa (según cuenta el Haaretz el 4 de Abril de 1969) se divirtiera diciendo: … hemos construido ciudades judías donde antes estaban las ciudades árabes. Vosotros no conoceréis ni siquiera sus nombres, pero no os preocupéis, porque esos nombres ya no existen como tampoco existen ya los libros en donde estaban escritos.

Y Golda Meir, Primera Ministra de Israel, en una visita que realizó a Londres ese mismo año, tendría la desvergüenza de declarar: no es como si hubiera habido gente allí (en Palestina) y nosotros hubiésemos llegado y los hubiésemos expulsado de su país. Pero no, había nadie. Ellos (los palestinos) no existían (Fuente: Sunday Times, 15 de junio de 1969).

Así que no, no vengan ahora, señoras y señores europeos, haciéndose de nuevas. Escandalizándose. Haciendo proclamas. Ustedes engendraron el monstruo. Ustedes son los cómplices de estos genocidas. Sus palabras no engañan a nadie. Nosotros, los palestinos, queremos hechos no palabras, panda de hipócritas.