Tres juicios esta próxima semana relacionados con las agresiones y los abusos sexuales
El próximo miércoles tendrá lugar un juicio en el que un hombre está acusado de abusar de una menor, de cinco años de edad, a la que daba clases de multideporte.
Según el escrito de la fiscalía, el acusado sentó a la menor en un banco del polideportivo diciéndole que estaba castigada. Entonces, “se sentó a su lado y, tras levantarle el pantalón y la braguita, le metió la mano en el interior y le tocó la vulva con los dedos, con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales”.
La niña contó lo ocurrido a sus padres, manifestándoles que no quería volver a esa actividad deportiva.
El ministerio público considera los hechos un delito de abuso sexual, merecedor de una pena de tres años y medio de prisión, libertad vigilada durante cinco años e inhabilitación para desempeñar actividad de profesor, monitor o coordinador de deporte con menores durante seis años. Además, considera que el acusado debe indemnizar a la víctima en 4.000 euros por el daño moral ocasionado.
Por su parte, la acusación particular que ejerce la familia de la menor pide que la pena sea de seis años de prisión, la libertad vigilada de tres años y la inhabilitación para oficio con menores de cinco años. Junto a ello, solicita que se establezca la prohibición de aproximarse y comunicar con la menor por un periodo de once años.
En concepto de responsabilidad civil, eleva la cuantía de la indemnización a 25.000 euros, “dado el mal causado y la gravedad del mismo, la edad de la afectada” y la “posible afectación durante su vida”.
La defensa del acusado y de la empresa que le contrataba –responsable civil subsidiaria- se muestran disconformes con estas acusaciones.
Otro caso de una menor en el ámbito deportivo
Esta vez se trata de un hombre acusado de abusar de una menor a la que estaba dando clases de tenis de mesa.
Según se desprende del escrito de la fiscalía, el acusado se encontraba impartiendo unas clases a una menor, de 16 años, cuando “encontrándose a solas con ella” y “con el pretexto de corregir sus posiciones y así mejorar la técnica, con ánimo de satisfacer sus instintos sexuales le propinó en dos ocasiones varias palmadas en el glúteo”.
“Con idéntico pretexto y ánimo –continúa el escrito-, la besó en el cuello tocándole los pechos y poniendo sus manos en la zona lateral de la pelvis”.
Consecuencia de estos hechos, explica el ministerio público que la menor se vio “muy afectada, manifestando depresión, ansiedad social, con trastorno de estrés postraumático”.
Los hechos narrados constituyen, a juicio de la fiscalía, un delito de abusos sexuales merecedor de una pena de tres años de prisión, con inhabilitación para cualquier profesión que conlleve contacto con menores durante ocho años y prohibición de acercarse y comunicar con la menor durante igual periodo.
En concepto de responsabilidad civil, el ministerio público solicita una indemnización para la menor de 6.000 euros por los daños morales causados.
El jueves, juicio por violación
Se trata de dos acusados de agredir sexualmente a una joven de veintiún años de edad.
Según el escrito de la fiscalía, los dos acusados se encontraron de madrugada a la pareja de un amigo suyo.
La joven, que había consumido bebidas alcohólicas y hachís, había discutido con su novio, este se había ido y ella se encontraba buscándole por distintos locales de Santander.
La mujer estaba “llorando y muy embriagada”, y los dos acusados “se ofrecieron a acompañarla a buscarle, y decidieron aprovecharse de la situación de la víctima para mantener relaciones sexuales con ella, tras fingir que la consolaban”.
Continúa el escrito de acusación señalando que la joven no conocía la ciudad y tampoco recordaba dónde tenía aparcado su coche, así que los acusados le dijeron que podía dormir en casa de uno de ellos, lo que ella aceptó porque no estaba en condiciones de conducir.
Una vez en la vivienda, señala la fiscalía que le ofrecieron una sustancia blanca que ella esnifó sin conocer de qué se trataba.
Tras encontrarse “muy aturdida”, se acostó en la cama con los dos acusados, quedando en medio de ambos.
Entonces, los acusados empezaron a realizarle tocamientos, procediendo ella, “a pesar de su aturdimiento, a retirarles la mano y a decirles en varias ocasiones que no quería mantener relaciones sexuales”.
Indica la fiscalía que, pese a la negativa de la joven, uno de ellos se colocó sobre ella y la penetró vaginalmente, “tratando ella de quitarse de encima al acusado sin lograrlo, a causa del estado de intoxicación en el que se encontraba”.
El otro, “que a ratos estaba dormido y a ratos despierto, finalmente también se giró hacia la joven y, pese a la negativa de esta, introdujo mínimamente su pene en la vagina de ella, sin llegar a completar la relación”.
Como consecuencia de estos hechos, la fiscalía señala que la joven ha sufrido un trastorno adaptativo y depresión reactiva.
Ambos acusados habían ingerido alcohol y la misma sustancia que la chica, “lo que afectaba levemente su capacidad volitiva”.
Los hechos constituyen, a juicio del ministerio fiscal, dos delitos de abuso sexual con penetración, con la concurrencia de la circunstancia atenuante de embriaguez.
La pena solicitada para cada uno de los acusados es de cinco años de prisión y cinco años de prohibición de comunicar y acercarse a la víctima. En concepto de responsabilidad civil, la fiscalía considera que deben indemnizar a la joven de manera conjunta y solidaria en 18.000 euros.
Por su parte, la acusación particular que ejerce la joven califica los hechos como dos delitos de violación, con la concurrencia de la atenuante de embriaguez, merecedores de una condena de cinco años de prisión, diez de alejamiento y prohibición de comunicación y cinco de libertad vigilada.
En concepto de responsabilidad civil, su representación legal pide una indemnización de 20.000 euros por los daños y perjuicios causados.
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