Fallece en accidente Nicolas Nicle, joven promesa del mundo de la danza
Nicolas Nicle llevaba bailando desde los 5 años. El pasado curso había entrado en el Real Conservatorio Profesional de Danza Marienma de Madrid, lo que anteriormente se conocía como Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza, donde acababa de terminar cuarto curso. Antes había estudiado en el Centro Profesional de Danza Belín Cabrillo de Santander, donde esta mañana todavía no podían creerse la noticia de su fallecimiento ayer en República Dominicana. Tenía 17 años. «Era un cielo de niño. En junio estuvo en la escuela y hace una semana nos escribió para decir que cuando regresase de la República Dominicana iba a pasar a saludarnos antes de volver a Madrid, donde tenía previsto empezar quinto curso. Además de ser un gran bailarín, era un chico maravilloso», recuerda Belín Cabrillo, visiblemente afectada por la inesperada noticia.
«No puedes dejar de hacer algo que te gusta porque a otro no le parezca adecuado»
El Faradio conoció a Nicle en junio del año pasado, cuando acababa de aprobar las pruebas de acceso al Conservatorio Marienma de Madrid. Nos contó que Michael Jackson fue quien despertó su admiración por el arte de mover el cuerpo al ritmo de la música. Con seis años se matriculó en una escuela profesional de danza y, cuando su familia se mudó a Cuba, quiso entrar en la Escuela Nacional del Ballet de Cuba, pero era muy difícil por su situación administrativa y terminó, curiosamente, estando en el Caribe, en una compañía de flamenco.
Después, ya en Santander, se pasó a una de contemporáneo y finalmente se decantó por el clásico. Así llegó hasta la Escuela Profesional de Danza Belín Cabrillo tras presentarse a las pruebas de acceso a enseñanzas profesionales donde el tribunal elegido por la Consejería de Educación le otorgó una nota de 10, lo que le permitió acceder al tercer curso de estudios profesionales de danza. «Es un chico con unas cualidades excepcionales. Físicamente tiene un gran potencial, pero además es muy trabajador y aprovecha al máximo las clases», explicaba hace un año Belín Cabrillo, directora del centro.