“¿Estamos diciendo a nuestros hijos que mañana pueden besar a la niña que quieran cuando ganen un torneo o metan un gol? “
Familias cántabras cuyos hijos compiten en equipos de fútbol han dirigido un escrito a la Federación Cántabra de Fútbol en las que piden la dimisión del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, por el beso sin consentimiento que dio a Jenni Hermosa, jugadora de la Selección femenina, tras la histórica victoria en el Mundial. Actitudes a las que se sumaron los insultos a las críticas y que han desatado una indignación general que ha puesto al máximo representante del fútbol español en el alambre.
Las familias exponen la prioridad que para ellos supone la educación de sus hijos e hijas en valores como son la igualdad, la solidaridad, el respeto, la empatía o los derechos humanos, “intentado aportar nuestro pequeño granito de arena para caminar hacia un mundo mejor para todos y todas”. Unos valores que, añaden, también defienden clubes o federaciones.
Sin embargo, lamentan en el escrito recogido por EL FARADIO, su tarea se “complica” con los valores que transmite el deporte en general y el fútbol en particular, en el que muchas actitudes convierten los objetivos de las federaciones en un “brindis al sol”.
Entre esas situaciones, están las que se producen en el sistema de premios y reconocimientos, como los “vergonzosos” e “inadmisibles” hechos protagonizados por Rubiales.
Pero más allá de la valoración de los hechos (en los que recuerdan los gestos obscenos en el palco, el amago de disculpas posteriores, la negación de que estuviera mal …), apuntan al mensaje que traslada en el plano de la educación y los valores para sus hijos.
“¿Estamos diciendo a nuestros hijos que mañana pueden besar a la niña que quieran cuando ganen un torneo o metan un gol? ¿Estamos diciendo que pueden insultar a quienes se lo afeen? ¿Estamos diciendo a nuestras hijas que cuando las besen sin su consentimiento tienen que callarse y sonreír porque esto funciona así? “, inquieren, extendiendo la actitud de Rubiales a otras que podrían producirse.
Por eso, sentencian que “esta persona no puede seguir ni un minuto más en su cargo, y no solo por el maltrato ejercido hacia esa jugadora, la falta de educación o los insultos vertidos a muchas personas, sino por el mensaje que se está trasladando si esta persona continúa en el cargo”.
“El máximo dirigente del fútbol debe de tener un comportamiento que sirva de ejemplo a quienes forman parte de toda la estructura del fútbol, desde arriba hasta abajo, y no parece que eso se esté cumpliendo actualmente”, aseveran.
Y concediendo que en lo deportivo la gestión puede estar siendo buena, matizan que todo lo que ha pasado con el Mundial “ha ensombrecido y dejado en segundo plano el extraordinario logro alcanzado por nuestra selección femenina, habiendo puesto a una de sus jugadoras en una difícil situación, y dejando una imagen internacional bochornosa de nuestro país”.
A la Federación Cántabra de Fútbol, integrada en la española, le recuerdan que debe de velar en este organismo por el cumplimiento de sus estatutos, cuyos objetivos se han visto vulnerados por su presidente en diversos puntos como son “la promoción de los valores universales, educativos y culturales” (artículo 2.d), “hacer todo lo posible por garantizar que todos aquellos que quieran practicar el deporte del fútbol lo hagan con las mejores condiciones, independientemente del género o la edad” (artículo 2.o) o “velar porque se lleven a cabo todo tipo de actuaciones con el objeto de prevenir, controlar y erradicar cualquier clase de discriminación, de violencia, de racismo, de xenofobia, de intolerancia, de discriminación de cualquier tipo” (artículo 2.q).